INICIO DEL CURSO
Educación, un giro de 180º
Rodríguez inicia el mandato multiplicando las reuniones con la comunidad educativa que había mantenido Pomar
En medio del malestar del profesorado y los padres por la falta de diálogo de cara al inicio del curso, el presidente de la Xunta remodelaba hace una semana su Gobierno. Del Ejecutivo que se encaró a la primera oleada de la crisis del coronavirus desaparecían dos caras. El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, cesaba a petición propia, según desveló el propio Feijóo. La titular de Educación, Carmen Pomar, perdía también su cartera. El presidente delvovía las competencias al encargado de Cultura, Román Rodríguez. En el acto de la toma de posesión, Feijóo alegó que no quería sumar nuevas consellerías tras la creación de Emprego. Pero la llegada de Rodríguez a Educación, a tres días de que los alumnos retornasen al colegio, supuso un cambio de estrategia en toda regla frente al perfil de baja exposición que había mantenido la anterior conselleira.
Carmen Pomar «pasó prácticamente desapercibida», describió el pasado lunes el presidente de Confapa (la asociación de padres de centros públicos) Rogelio Martínez. Rodríguez ha iniciado su vuelta a Educación con la táctica contraria. N ada más tomar posesión del cargo anunciaba una reunión del Consello Escolar de Galicia, que reúne a toda la comunidad educativa incluidos los padres de alumnos, de cara a la organización del curso marcado por el coronavirus. Durante los meses previos y pese a la excepcionalidad que marca la pandemia del coronavirus, la Xunta no los había consultado. Cargado con las nuevas competencias, el martes Román Rodríguez inició su agenda como conselleiro de Educación con una reunión con los jefes territoriales y de inspección. El miércoles lo hizo con el Consello Escolar, donde escuchó las críticas de sus integrantes por una preparación del curso que consideran caótica. El jueves caía del organigrama de la Xunta la cúpula de Educación . Con Pomar se marchaban también Manuel Corredoira (director xeral de Educación desde 2012); José Manuel Pinal (al cargo de Centros y de Recursos Humanos) y Jesús Oitavénsecretario xeral de Educación desde 2010). Una emnienda a la totalidad. El viernes, tras reunirse con las directores de secundaria, bachillerato y FP, Rodríguez tomaba una decisión drástica. Los centros de esas etapas educativas no estaban preparados. El curso previsto para el 16 de septiembre tenía que esperar una semana .
La actividad de Rodríguez ha sido frenética si se compara con la de su predecesora durante el verano. Hasta mediados de julio, la consellería de Carmen Pomar no publicó el primer protocolo de cómo deberían de organizarse las clases. Se apostó por la presencialidad y por la distancia de un metro entre pupitres. Los alumnos estarían sentados sin mascarilla. Con estas reglas los centros comenzaron a organizarse entre concentraciones del profesorado que veían tacharon el protocolo de «temerario». Hasta el 27 de agosto no se celebró tampoco la reunión entre el Gobierno central y las comunidades. Un encuentro marcado por el alza de los contagios de coronavirus. Los sindicatos CIG, CCOO, STEG e CSIF convocaron una huelga de protesta para el inicio de curso. La consellería reaccionó y publicó un nuevo protocolo en que se anunciaban desdobles en las aulas si no era posible mantener una distancia de seguridad más amplia (1,5 metros) entre los pupitres. La medida obligaría a buscar nuevos espacios y más profesores. Pero ya no dio tiempo a estar preparados para el día 16.
Mientras los alumnos más pequeños empezaron el curso con relativa normalidad (no guardarán la distancia de seguridad de 1,5 metros), en el resto de etapas los equipos directivos no encontraban sitio en los centros para los desdobles . La nueva consellería ofreció entonces la posibilidad de recurrir a la semipresencialidad en el bachillerato y la Formación Profesional y también a la instalación de mamparas entre pupitres, que se quedarán a un metro de distancia. Esta última medida ha sido criticada por los sindicatos, ya que consideran que el nuevo conselleiro recurre a ella para evitar duplicar aulas y contratar más profesorado . Rodríguez, que ayer visitó el CIFP A Xunqueira, en Pontevedra, volvió a insistir en que se contratará a todo el personal necesario. Pero todavía no se sabe cuánto hará falta.
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