Una crisis más del experimento

La marcha de Yolanda Díaz a Madrid supondría para AGE pasar a ser el cuarto grupo en el Parlamento gallego

Los diputados de AGE Yolanda Díaz, Antón Sánchez y Xosé Manuel Beiras EFE

D. DOMÍNGUEZ

« AGE fue una decisión personal difícil. Renunciar a nuestras siglas para este proyecto era una apuesta arriesgada para mí ». Así parecía iniciar Yolanda Díaz su «despedida» del Parlamento gallego en la junta de portavoces de este martes en O Hórreo tras conocerse que será candidata por En Marea al Congreso de los Diputados en el puesto de salida al que aspira el brazo gallego de Izquierda Unida, el número dos de la lista de La Coruña.

La coalición que se autodenominaría con el tiempo «rupturista» fue un experimento que sobre el papel sorprendía a propios y extraños . Para las autonómicas de octubre de 2012 iban a juntarse bajo el mismo paraguas de una parte la izquierda radical española, encarnada por IU; y de la otra, una escisión del BNG, la recién nacida Anova. La mezcla de un partido que hasta entonces había jugado en Galicia un papel cuasi testimonial con otro que contaba con poco más que el capital simbólico de Xosé Manuel Beiras dio unos resultados que sorprendieron hasta en el seno de la candidatura, al conseguir nueve escaños y situarse por delante de un Bloque que quedaba sumido en una grave crisis.

Pero el camino no iba a ser tranquilo en ningún momento en el seno interno de la coalición. La marcha de David Fernández Calviño para continuar con su carrera de investigador sacudió por primera vez sus cimientos, de modo que se rompía el equilibrio entre Anova e IU por la llegada de una diputada más de la formación de Yolanda Díaz. Carmen Iglesias no quiso renunciar a su puesto y prefirió crear el grupo mixto, causando la primera baja en los rupturistas.

La segunda butaca de los no adscritos también la ocupó una diputada que antes había ocupado las de AGE. Consuelo Martínez se llevó su acta cuando fundó Cerna, una escisión de Anova. Y la tercera, previsiblemente, seguirá sus pasos, ya que de irse Díaz su puesto lo ocuparía otra mujer que a día de hoy se encuentra en el partido de Martínez, Mónica Fernández . De este modo, AGE pasaría a ser cuarta fuerza en el Parlamento, al quedarse con un diputado menos que el BNG.

Con una bancada menguante, y con el riesgo de descabezarse dada la retirada de Beiras , Díaz dice no temer por la salud de un grupo del que todavía es viceportavoz. « Nadie daba un duro por nosotros y aquí estamos . Los liderazgos son colectivos y, además, se suplen rápidamente» decía la propia Díaz. La líder de IU en Galicia resta importancia a esta pérdida de peso en la Cámara, y zanja que «la ruptura democrática no puede ser matizada por cuestiones tan pequeñas como esta, porque lo que está en juego es mucho más importante».

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