Coronavirus Galicia
Las mariscadoras retoman la faena tras seis semanas paradas
No podían trabajar sin mascarillas pero ahora lo hacen a medio gas ante la escasa demanda
Toda la actualidad sobre la Covid-19 en España y en el mundo en ABC.es
Las últimas noticias sobre la pandemia en Galicia en directo
Las mariscadoras gallegas empiezan a volver a las playas. Desde que el 12 de marzo se desató la crisis del coronavirus , ninguna de las 180 personas, en su mayoría mujeres, que conforman el colectivo en A Illa de Arousa habían podido salir a recoger almeja o berberecho. «Ante la falta de material de protección no podíamos retomar la actividad», explica Carmen Dios , presidenta de las Mariscadoras da Illa. Una vez que la Consellería do Mar las ha dotado de mascarillas, este lunes regresaban a la faena. Pero debido a la escasa demanda en el mercado, recogieron muy poca cantidad de producto.
En la zona de Arousa Sur —que engloba a las mariscadoras de A Illa, O Grove, Cambados, Vilanova, Carril, Vilaxóan y Rianxo— apenas se recolectó la cantidad que en una jornada normal llevaría a la lonja uno de los colectivos . Fueron unos 4.000 kilos de almeja japónica, algo más de 200 kilos de babosa y cerca de 150 de almeja fina, la más cara y la menos demandada. «Las organizaciones decidimos esta cantidad ante la incertidumbre a la hora de la venta», explica Carmen Dios. El sector se ha visto muy afectado por el cierre de bares y restaurantes , que en condiciones normales compran el 80% del producto que sale de las rías gallegas. Además, ante la crisis económica que ya empieza a traer el coronavirus, el marisco es uno de los platos que muchos consumidores ya no se pueden permitir. «Para muchas familias comprar un kilo de almejas es un lujo» , recuerda la presidenta de las Mariscadoras da Illa de Arousa.
Para minimizar el riesgo de contagio por coronavirus se han establecido turnos. En A Illa salió el lunes y el martes el marisqueo a pie y hoy y mañana lo hace el marisqueo a flote. «Si saliésemos todos a la vez nos podríamos juntar fácilmente unas 900 personas en la lonja sólo en A Illa» , indica Carmen Dios. Esta semana ha sido de prueba y según vayan las cosas elaborarán un plan de trabajo que les permita tener alguna actividad.
Pese a que el marisqueo ha estado permitido durante todo el estado de alarma al ser considerada una actividad agroalimentaria esencial, durante semanas no se trabajó por miedo a contagiarse de Covid-19. «Era imposible comprar material de protección, muchas cuidamos a personas mayores y otras tienen también enfermedades de riesgo », relata Dios. Durante este tiempo, explica, la mayoría de las mujeres del colectivo han tenido que recurrir a bancos para solicitar créditos que les permitiesen afrontar el pago de autonómos, unos 240 euros al mes. A diferencia de otros colectivos, ellas no pueden darse de baja temporalmente de la actividad al estar dentro del régimen especial del mar. «La mayor parte de la gente no tiene ahorros, somos un sector en el que se vive al día. Ya en una situación normal, hay muchos meses que no llegas a 500 euros y de esos tienes que pagar la cuota de autonómos», asegura. «Lo único que se nos ofreció fue el aplazamiento de las cuotas de abril y de marzo, pero hubo un problema de plazos y además si lo solicitabas luego tenías un recargo del 5%», lamenta la presidenta del colectivo en A Illa.
Las mariscadoras se han sentido abandonadas por las administraciones públicas. «Necesitamos que nos echen un cable porque el marisco no es un producto de primera necesidad», reivindica Carmen Dios. El colectivo pide ayudas económicas para este periodo de transición . «Facturamos 80 euros en abril y llevamos desde marzo sin cobrar nada. Pedimos un pequeño soporte económico», reivindica.
Noticias relacionadas