Coronavirus Galicia

José Martínez Costas, investigador: «Nuestra estrategia para la vacuna es totalmente distinta a las demás»

Su equipo trata de diseñar un antivírico mediante una metodología propia

El investigador José Martínez Costas posa junto a su equipo en el CiQUS MIGUEL MUÑIZ
Miguel Ruiz de Arcaute

Miguel Ruiz de Arcaute

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José Martínez Costas , investigador jefe del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares de la USC (CiQUS), rechaza posar en solitario ante la cámara. Quiere que lo acompañe su equipo, con el que lleva semanas explorando la viabilidad de una vacuna contra el coronavirus mediante una metodología propia. El sistema que han diseñado, basado en la potenciación de células con capacidad intrínseca para estimular al sistema inmune, permite obtener resultados en cuestión de semanas. El equipo acaba de recibir parte del material que necesitan para trabajar y prevén empezar a producir a partir de esta semana. Su éxito dependerá, en gran parte, de un factor siempre crucial en estas lindes: la financiación.

¿Cuándo cabría esperar nuevas noticias acerca de la investigación? ¿Cuál es el siguiente paso y cuándo podría esperarse un hipotético resultado definitivo, calcula?

Nosotros podemos producir las vacunas en un plazo relativamente corto de tiempo, entre tres y cuatro semanas contando a partir del momento en que recibamos los reactivos. A partir de ahí empezarán los ensayos de respuesta inmune en animales, que pueden llevar tres o cuatro meses. En ese momento podremos saber si nuestra estrategia puede funcionar o no contra el coronavirus y pasaremos a una nueva fase de ensayos de vacunación y desafío en animales.

¿De qué dependen?

Para esta nueva fase necesitaremos más financiación, que estamos ya buscando. De obtenerla rápido, podríamos acelerar un poco el proceso al simultanear el análisis de respuesta inmune con desafíos con el virus en ratones, lo que nos permitiría acceder rápido a ensayos preclínicos en macacos, como paso previo a los ensayos clínicos en humanos. En resumen: aunque podemos producir muy rápido la vacuna, todo el proceso hasta su posible aplicación a la población va a superar el año. Todos estos pasos son necesarios no solo para comprobar la eficacia de la vacuna, sino para asegurar su seguridad, esto es, que no tenga efectos secundarios nocivos.

¿En qué se diferencia la vacuna que desarrollan de otras en vías de desarrollo?

Nuestra estrategia es totalmente diferente a todas las que están en desarrollo, porque se basa en una tecnología que hemos desarrollado y patentado nosotros y de la que nadie más dispone. Su desarrollo viene de largos años de investigación básica, de esa que aparentemente «no vale para nada», pero que en este modesto ejemplo sí ha valido para generar una tecnología que tiene múltiples aplicaciones, desde la producción de vacunas hasta la estabilización de enzimas para su uso industrial, terapéutico, etc.

¿Podría haber imaginado que esto llegara a pasar alguna vez?

La aparición de una pandemia vírica era, desgraciadamente, predecible. Ya se venía alertando, tanto desde la comunidad científica como desde otros ámbitos. Un claro ejemplo es el vídeo que circula estos días por la red de una Ted Talk de Bill Gates alertando de ello en 2015.

¿Cómo se imagina el futuro en estos momentos?

La verdad es que no lo tengo muy claro. Si te dejas llevar por las opiniones que se oyen estos días parece claro que esto va a tener consecuencias a todos los niveles, que el mundo va a cambiar profundamente en muchos aspectos. Debería hacerlo. Como yo ya he oído esa cantinela otras veces, y aunque la situación actual es especialmente grave, hasta que no lo vea no lo creeré.

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