Nuevas medidas
Coronavirus Galicia: La Xunta aboga por autoconfinarse un mes para no regresar al pico de abril
Desde este viernes, la mitad de los gallegos afrontan restricciones máximas, con cierre perimetral para dos de cada tres
Descartada la reclusión domiciliaria, se adelanta el toque de queda y se pide salir solo para actividades esenciales
La imagen recordó a la del 4 de noviembre. Ese día Alberto Núñez Feijóo accedió al Salón Grande de San Caetano junto al conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, tras una intensa reunión del comité clínico. La incidencia del Covid estaba disparada, la presión asistencial iba in crescendo y el presidente de la Xunta anunció una batería de restricciones para contenerlo. Este miércoles se reprodujo este guion. Los matices vinieron de la mano del diseño de las nuevas limitaciones. Si en noviembre se presentó en sociedad el «modelo Carballiño», este miércoles se le dio una vuelta de tuerca . De la segunda ola, a la tercera.
Como se anticipó la víspera, de noche, los 313 concellos quedan encuadrados en los dos niveles más severos de restricciones : 60, los que presentan peores números, en el máximo; 33 concellos de más de 10.000 habitantes y otros 27.000 de menos de 10.000. Aglutinan al 47% de la población. El resto, en el medio-alto, incluidas tres de las siete ciudades: Vigo y Pontevedra -con muchas papeletas para subir de nivel la próxima semana- y Lugo.
Los municipios sujetos a máxima restricción son los siguientes : La Coruña, Arteixo, Cambre, Culleredo, Oleiros, Carballo, Santiago, Ames, Ribeira, Boiro, Rianxo, Noia, Ferrol, Narón, Fene, Cee, Camariñas, Cerceda, Laxe, Vimianzo, Cabanas, Pontedeume, Ortigueira, Outes, Porto do Son, Pobra do Caramiñal, Melide, Oroso, Trazo, Val do Dubra, en la provincia de La Coruña; Vilalba, Viveiro y Xove, en la de Lugo; Orense, Barbadás, Carballiño, Verín, Allariz, Monterrei y Xinzo, en la de Orense; y A Estrada, Poio, Bueu, Moaña, Baiona, Ponteareas, Redondela, A Guarda, Tomiño, Tui, Vilagarcía, Vilanova, A Illa, Valga, Pontecesures, Caldas, Cuntis, Poio, O Rosal y Salvaterra de Miño.
Las principales diferencias entre uno y otro nivel radican, por un lado, en los cierres perimetrales, que no se aplican en el medio-alto. Con una salvedad: las tres citadas ciudades, que sí se blindan por su volumen de tránsito, con lo que casi dos de cada tres gallegos (el 64,3%) quedan sujetos a cierres de municipio, que pasan a ser individuales (desaparecen las almendras). Además, en la hostelería, en nivel máximo, solo se permite habilitar las terrazas, al 50%, con 30% en interior en el nivel previo. Y en el comercio, la horquilla va del 30% al 50% de aforo de uno a otro nivel, con prohibición de ocupar zonas comunes. Como novedad, el gran comercio deberá disponer de sistemas para conocer en todo momento el número de usuarios, además de controlar el aforo máximo.
Entre las decisiones aplicables a todo el territorio , a sumar al cierre de la Comunidad, ya en vigor, figuran: adelanto del toque de queda a las 22 horas (esto conlleva el cierre del comercio a las 21.30); máximo de cuatro personas en reuniones públicas y privadas; recomendación de ceñir los encuentros a convivientes, con reclamación adicional de que esto se respete en domicilios a partir de las 18 horas; limitar a una persona por paciente los acompañantes en centros sanitarios; y demandar «máxima ventilación» en el transporte.
«Lucha titánica»
Esta batería de medidas entrará en vigor esta próxima medianoche y, en principio, permanecerá activa hasta mediados de febrero . La Xunta estuvo a punto de lanzar las nuevas restricciones el pasado viernes pero prefirió aguardar. «Esperamos a tener una aproximación completa de los efectos de las Navidades, incluido Nochebuena y las fiestas de Fin de Año; ya tenemos una radiografía y una visión correcta de la situación, y es cuando adoptamos decisiones», defendió Feijóo, quien una vez más reivindicó la prudencia y anticipación con la que, aseguró, actúan al compás de su sanedrín de expertos sanitarios. Y esa radiografía habla de una situación «claramente preocupante», directamente «mala», que obligará a una «lucha titánica» .
Un escenario que no coge por sorpresa, sino que se preveía por la «interacción social vinculada a la Navidad ». El último balance del Sergas consignó 9.479 infectados, 669 más que la víspera; y un dato revelador: 928 PCR positivas. El número reproductivo instantáneo se sitúa en el 1,4 de media en la Comunidad y supera la frontera crítica, el valor 1, en las siete áreas sanitarias. Con 1.480 muertos, los pacientes en UCI pasaron de 70 a 73; y en planta se incrementaron en 17, hasta sumar 438. Hay guarismos que podrían insuflar optimismo, como la incidencia acumulada, por debajo de la media nacional, pero ocurre que se doblan los valores de hace un mes. De la misma forma, en UCI la ocupación es un 22% inferior al inicio de la segunda ola, y en planta, está un 10% por debajo. Pero hay un problema: la «progresión es peor» que en noviembre , por lo que Feijóo llamó a «no autoengañarnos» con la «foto fija» actual.
De no adoptarse las nuevas medidas, según las progresiones que manejan tanto el comité clínico como el servicio gallego de salud, el pico de la tercera ola llegaría a finales de febrero y la ocupación hospitalaría igualaría los niveles del pico de la pandemia de abril . Actuando ahora y de esta forma, en la Xunta se espera adelantar el pico a finales de enero o primera semana de febrero, conteniendo la presión asistencial por debajo del techo de la primavera.
En el momento actual se descarta el confinamiento pero se pide a la población, reforzando un mensaje lanzado ya la semana pasada, que se restrinjan los movimientos a a las actividades esenciales -si bien, en la medida de lo posible, se propone recuperar el teletrabajo-. « Las recomendaciones son muy estrictas; de seguirlas, producirían efectos muy parecidos a un confinamiento general », razonó Feijóo.
Tras remarcar que aguardan «semanas duras», dejó una serie de mensajes. El primero, llamando a la responsabilidad ciudadana: « Si sustituimos los bares por domicilios, no vamos a cortar la epidemia ». Recordatorio de que no cabe confiarse con la irrupción de la vacuna: el proceso acaba de empezar y marcha con lentitud porque se reciben pocas dosis. «La inmensa mayoría seguiremos desprotegidos». Y llamamiento también a los cuerpos y fuerzas de seguridad, especialmente para redoblar la vigilancia en la frontera con Portugal: el país vecino está muy afectado por el Covid y esto se constata en los concellos limítrofes.
Oposición
Escuchado el presidente, la líder del BNG, Ana Pontón, le acusó de «reñir a la gente» y de mostrar «incompetencia» y «cobardía» al «responsabilizar» a los ciudadanos. « Ahora se despacha pidiendo que no trasladen los bares a sus domicilios », cargó Pontón, quien reclamó que el DOG con las nuevas medidas recoja ayudas a los sectores más afectados. Gonzalo Caballero mostró su «respeto» a la batería de restricciones, pero el secretario general del PSdeG no dejó de reprochar a Feijóo que eche la «culpa» a Gobierno y ciudadanos ahora, cuando «se cuelga medallas», apuntó, si «las cosas van bien».
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