MAPA FINANCIERO
El camino de Abanca hasta ser la sexta entidad
El banco ha incrementado su volumen de negocio un 56% gracias a su táctica de comprar y mantener el control
Hace casi siete años, en diciembre de 2013, el venezolano Juan Carlos Escotet compraba al Estado español Novagalicia Banco. La entidad financiera resultante de la fusión de las antiguas cajas había recibido unos 9.000 euros de ayudas públicas. Pero el presidente del grupo Banesco firmó la adquisición por tan solo 1.003 millones. Medio año después, Escotet presentaba en sociedad en Santiago su nueva marca, rebautizada como Abanca. El nombre le gustaba, aseguró, por llevar en su interior la triple A que conceden las agencias de calificación a los bancos más solventes. Abanca aún no cuenta con la triple A, pero en estos años la estrategia del banquero venezolano la ha convertido en la sexta entidad financiera de España por volumen de activos. En 2015 ocupaba la décimoprimera posición.
En la presentación de Abanca celebrada en Santiago, Escotet t omó la batuta de la orquesta contratada para la celebración . La imagen podría simbolizar la táctica que ha llevado durante todos estos años. El presidente de Banesco nunca ha ocultado su interés por incrementar el negocio en un mercado financiero en el que cada vez juegan menos actores. Pero siempre manteniendo el control . «A Escotet le gusta crecer vía mancha de aceite, extenderse en los mercados en los que busca ser líder», resume el economista especializado en mercados financieros Venancio Salcines. «Su estrategia siempre ha sido mantenerse como entidad principal» , coincide el profesor de la Facultad de Economicas de la Universidade de Santiago Luis Otero.
Para poder expandirse, Abanca tuvo que esperar a que Bruselas pusiese fin al periodo previsto de tutela para las entidades que habían recibido ayudas públicas. A partir de ahí se lanzó a los mercados. En septiembre de 2017 adquirió el 100% de Popular Servicios Financieros, la antigua división de crédito al consumo de Banco Pastor. En 2018, el banco gallego daba un nuevo paso, tras resultar ganador del proceso formal de venta de la unidad de banca de particulares de Deutsche Bank PCB Portugal. La operación más importante llegaba a finales de noviembre de 2018. El Gobierno portugués, responsable de Caixa Geral —que fue nacionalizada tras la crisis— anunciaba que Abanca ganaba la partida a Cajamar y adquiría el negocio y las 110 oficinas de la entidad lusa en España. La semana pasada Escotet firmaba en San Sebastián su última adquisición, Bankoa , hasta entonces propiedad de la francesa Credit Agricole.
La operación situará a Abanca con 65.000 millones de euros en activos, lo que supone un crecimiento del 37,5% en los últimos cinco años. Su volumen de negocio ha ascendido en el mismo periodo un 56,4% hasta los 93.000 millones de euros . Pero por el camino hubo también operaciones frustradas. Primero la compra del asturiano Liberbank y después la del portugués Eurobic. «Más que una entidad con presencia global, Escotet busca tener una fuerte participación en el mercado en el que opera», explica Venancio Salcines. De ahí que sus compras se hayan centrado hasta el momento en el noroeste español. Tanto Salcines como Otero coinciden que en el fracaso de las negociaciaciones con Liberbank ha tenido mucho que ver el tamaño de la entidad asturiana. Con 45.000 millones en activos, Liberbank no quiere dejarse absorber con facilidad, ni sus consejeros renunciar a tener poder de decisión. «No es lo mismo querer comprar una entidad pequeña, que es lo que ha venido haciendo Escotet, donde compras y diriges la estrategia, a los términos de la integración con una de mayor tamaño», indica el economista Luis Otero, quien recuerda que Liberbank siempre ha presentado más problemas de solvencia que Abanca. Aunque en los últimos días el banco asturiano parece haber vuelto a entablar conversaciones para la fusión con la andaluza Unicaja, Otero vería con buenos ojos que Abanca no diese por perdida la batalla, siempre que fuese capaz de mantener las riendas.
¿Quedan opciones en el mercado español para que Abanca siga expandiendo el negocio? «Yo creo que Escotet es un hombre de absorber, no de fusionarse y ahora mismo no hay muchas opciones en España», indica Venancio Salcines. «Ya está complicado», reconoce también Luis Otero. La otra entidad a la que podría mirar Abanca es precisamente Unicaja, pero su tamaño hace también complicado que Abanca tuviese totalmente el control.
Portugal
El otro mercado en donde Abanca podría bucear es el portugués, donde ya ha realizado su primera incursión con los 70 puntos de venta de Deutsche Bank PCB . La entidad gallega intentó seguir su expansión con Eurobic, pero finalmente dio marcha atrás. «Yo aplaudo esa retirada», asevera Salcines, quien considera que Eurobic era un banco sin una clientela asentada que, eso sí, ofrecía a Abanca una importante red comercial. «Si entran en Portugal buscan tener una capilaridad, para abrir cuatro o cinco oficinas lo pueden hacer ellos. Quieren tener una red amplia dentro del país para ser una entidad ibérica», indica Salcines. Otero coincide en que Escotet seguirá buscando oportunidades en el país vecino. «El norte de Portugal está en un momento de expansión importante y es un mercado atractivo», subraya .
¿Y sí no sigue creciendo, podría Abanca ser absorbida? Salcines opina que Abanca es una entidad «solvente y líquida que tiene capacidad para que no la compren» . Su único problema, incide el experto en mercados financieros, es la rentabilidad. Explica que en los últimos años buena parte de los beneficios ha llegado por la venta de activos. «Abanca pertenece el 80% a Escotet, si a él le es suficiente la rentabilidad pues no hay problema», indica. Entre 2015 y junio de 2020, Abanca ha reportado beneficios por valor de 1.948 millones de euros . Casi el doble de lo que pagó Escotet por adquirir las antiguas cajas gallegas.
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