Elecciones 12-J

Caballero, que se aferra al «timón», promete un PSdeG más «galeguista»

Justifica que el Covid cortó la «ola» favorable de 2019 y provocó un estancamiento el 12-J

Gonzalo Caballero, este jueves en el exterior de la sede del PSdeG en Santiago EFE
Pablo Pazos

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Gonzalo Caballero volvió a tirar este jueves de símiles náuticos para insistir en que no tira la toalla tras el golpe de realidad del 12-J. «Mi responsabilidad es mantener el timón del barco en momentos en que los resultados no fueron los más satisfactorios , por responsabilidad y también por mi compromiso con el partido y con Galicia», proclamó ante los medios de comunicación, empleando nuevamente, como el pasado lunes, el término «timón» para referirse a un puesto, el suyo, que demandan renovar voces críticas dentro del partido, como publicó ABC.

En el interior de la sede continuaba reunida la comisión executiva nacional galega. Caballero hizo un aparte y atendió a la prensa en el exterior, por mor de los imperativos de espacio que impone la pandemia de coronavirus. A su espalda, aseguró, se estaba realizando un «análisis sosegado, sereno y reflexivo» del tercer puesto de los socialistas , con —de momento— 15 escaños, en un «ambiente de cordialidad». Insistio mucho Caballero en que ahora toca dar «estabilidad» al PSdeG, y habló de diseñar una «hoja de ruta» para abrir un «proceso de renovación» en una «nueva etapa». Con él al frente: «Mi responsabilidad es dirigir esta organización, liderar el PSdeG a lo largo del tiempo que le corresponde hacerlo a la ejecutiva nacional gallega [a la que queda un año de vigencia] y también cumpliré los cuatro años como diputado».

De nuevo, el secretario general de los socialistas gallegos apeló a «reavivar» el partido, darle fortaleza, abrirlo más a la sociedad... Preguntado por cambios concretos, citó otra vez la «importancia de conectar con el electorado moderado», sabedor de que ha sufrido una fuga de votos que se han ido al PPdeG de esos socialistas que, cuando llega el momento de las autonómicas, prefieren el proyecto centrado de Alberto Núñez Feijóo. Pero, al tiempo, también abogó Caballero ayer por « trasladar nuestro perfil galeguista con mayor nitidez y mayor claridad . Un reto que asumo en primera persona». Tenía evidentemente al BNG en el pensamiento cuando reconoció que ese es un caladero «en el que otras fuerzas políticas pudieron conseguir un espacio político». Admitió que no fue capaz de «trasladar ese compromiso con Galicia» con la «suficiente nitidez». Y fue castigado. Como factor añadido no olvidó la evaporación del rupturismo, que no previó «ninguna encuesta».

El virus, un enemigo

En el análisis de Caballero no hubo grandes dosis de autocrítica, por más que reconocio «insatisfacción», y sí unos cuantos parches calientes. El principal, que a su juicio la pandemia de Covid-19 provocó que «todo volvió a un comportamiento estanco» previo a la «ola» favorable al PSOE que abrió el ciclo de citas electorales de 2019. Todo pintaba bien hasta que llegó el virus, vino a decir. «El resultado refleja la dinámica electoral que había en Galicia con anterioridad a 2019», apuntó. Una suerte de reseteo que jugó en su contra.

Y tampoco dejó de recordar la «historia» del PSdeG, que solo una vez (2005) logró acceder al Gobierno de la Xunta «por la vía de las urnas» y en cinco convocatorias fue tercera fuerza. «Aprender», sí, pero sin perder de vista un contexto que tampoco ha sido tan favorable, se escudó.

La «hoja de ruta de cara al futuro» será sometida al comité nacional galego, que todavía no tiene fecha.

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