Bronca interna en el grupo socialista por el veto a Méndez

La dirección interina del PSdeG había avisado de que no cambiaría la propuesta de Modesto Pose como senador por designación autonómica y ayer impuso su palabra. Al mismo tiempo que intentaba sofocar la revuelta interna del grupo parlamentario — cuya mayoría de miembros pedía reconsiderar la decisión y auspiciar la marcha al Senado de José Luis Méndez Romeu —, se registraba formalmente en el Parlamento la solicitud de Pose, que será votado en el pleno del próximo martes.

La reunión acabó entre sonoras protestas del sector crítico —que componen 13 de los 18 diputados—, muy molesto porque la actual portavoz, Patricia Vilán, se marchó dando el encuentro por finalizado sin atender la petición mayoritaria para que el candidato al Senado se eligiera por votación interna del grupo, lo que evidentemente habría convertido a Méndez Romeu en el elegido .

Vilán ejecuta así la decisión adoptada por la presidenta de la gestora, Pilar Cancela, que ha hecho oídos sordos al argumento de los críticos , quienes cuestionan la autoridad de la dirección del PSdeG por ser provisional y no ser elegida por la militancia. Además, los próximos a Méndez Romeu — perdedor de las primarias que sirvieron para elegir a Xaquín Fernández Leiceaga como candidato socialista a la Xunta— han recordado con insistencia que el exportavoz parlamentario tiene detrás a un 45% de los afiliados , a los que la gestora ahora ningunea.

Tras la tensa reunión con sus compañeros, Vilán apeló a la responsabilidad de los diputados de cara a la votación del martes. Carmen Gallego, por el contrario, lamentó que «ahora sabemos que las palabras de unidad interna se quedaron en sólo eso , palabras, porque entendíamos que este era el gesto que podía dar esa cohesión al partido».

La elección de Pose está asegurada, ya que en la votación plenaria las opciones son el voto afirmativo o la abstención. Esta será —muy probablemente— el sentido del PP, por lo que el PSdeG sacará adelante a su senador únicamente con sus apoyos. El riesgo es que los diputados críticos, como ya ocurrió con Pose en diciembre, dejen la papeleta en blanco para evidenciar su discrepancia con la dirección. Un sonrojo más.