Congreso provincial
El PP de Valencia confía en un acuerdo para sus primarias
La dirección regional trata de lograr un pacto de mínimos tras la petición de Génova
Entre actos con militantes y campaña en redes sociales durante este puente, los dos principales candidatos a dirigir el PP de la provincia de Valencia -el actual presidente, Vicente Betoret , y la portavoz popular en la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles - continúan con su búsqueda de apoyos de cara al congreso que la formación tiene previsto celebrar próximamente.
El cónclave no ha podido convocarse oficialmente todavía debido a la profunda división que existe entre ambos sectores, pero la dirección regional del partido confía en llegar a un pacto de mínimos -relativo a la composición del Comité Organizador del Congreso- que garantice la paz aunque sea de forma aparente. «Veo posible ese acuerdo, se producirá porque hay que convocar el congreso», afirmaba este martes la líder del PPCV, Isabel Bonig, quien dejaba claro sin embargo que las primarias parecen irreversibles: «Este partido ha iniciado un proceso de participación y de apertura que vamos a continuar para que se presenten candidaturas y la gente libremente vote».
Para ello, están previstas varias reuniones a lo largo de esta semana en los que se intentará consensuar el nombre de un presidente del COC -posiblemente Antonio Clemente- y del resto de cargos. Fuentes del partido confían, pese a que aún no ha habido avances sustanciales (sí contactos), en que este pacto servirá para calmar la intranquilidad que se vive en Génova, donde en principio instaron al PP valenciano a resolver la situación por su cuenta tras fracasar en la petición de una candidatura única .
La dirección nacional quiere evitar ahora que se repita la imagen de la última Junta Directiva Provincial de abril en la que se tenía que salir elegido el Comité Organizador del Congreso. La votación en urna únicamente de la propuesta de Betoret -y que finalmente fue tumbada- se produjo entre abucheos y gritos de «dictadura», «tongo» y «pucherazo». Un primer pulso entre los partidarios de unos y de otros que generó un clima de absoluta tensión .
Participación
Génova decidió por ello desde el principio poner el foco en esta guerra abierta para trasladar la necesidad de una lista de unidad. Las palabras del coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, sobre la necesidad «intervenir lo que sea necesario» desataron todo tipo de especulaciones, incluyendo la creación de una gestora , aunque es una opción que cada vez se da más por descartada .
Faltará ver, por tanto, si estos últimos movimientos fructifican y si resultan suficientes para la dirección nacional, desde donde se llegó a sugerir la fórmula de Sevilla en la que los dos aspirantes accedieron a apoyar en el congreso a quien consiguiera el mayor respaldo de las bases en la primera vuelta de la votación. Aunque pasaría por ser una «solución», como indicó ayer Bonig, en la dirección regional no parecen del todo convencidos.
Por ahora, parece que ha conseguido un entendimiento con Génova en que no se frene ninguna candidatura con la esperanza de que no se tuerza. De hecho, el empecinamiento inicial de la dirección nacional no se entendió en la regional, donde defienden la participación de las bases con normalidad en un proceso de primarias. Además, el liderazgo de Bonig está en juego para tratar de recuperar las instituciones en 2019 y enfrentarse a la batalla del congreso de Valencia ciudad con nueve de los diez concejales investigados por el caso Taula y la herida del fallecimiento de Rita Barberá aún por cicatrizar. Aunque la líder del PPCV siempre ha mantenido públicamente que permanece neutral, Contelles es una persona de mayor confianza para ella y que encaja más en sus objetivos de renovación.
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