Covid-19
Un pinchazo de la vacuna contra el coronavirus y a seguir con las clases: «¿Ya? Pues no he notado nada»
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Son las nueve de la mañana de un miércoles cualquiera, pero en el CEIP Antonio Machado de Valencia se respira el ambiente de los días importantes. Álvaro, de 9 años, cuenta que está bien y que no tiene miedo. Está convencido de que la vacuna que se ha empezado a administrar hoy en los centros educativos de la Comunidad Valenciana, y que él mismo va a recibir en pocos minutos, es «un pinchacito que no duele nada».
Una canción navideña marca la entrada de los niños y niñas al recinto bajo la atenta mirada de los progenitores, que empiezan a abandonar la escena. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas madres -y muy pocos padres- de alumnos de cuarto a sexto de Primaria siguen esperando a las puertas del colegio. La jefa de estudios reaparece con un listado: «Ahora van a entrar los de quinto». Tras ella desfilan cruzando el patio hacia la entrada del edificio algunas de las mujeres que conversaban en el exterior para acompañar a sus hijos en su vacunación contra el coronavirus .
Es el ritual que se seguirá hasta el 22 de diciembre en los centros educativos de la región para inocular las 150.000 dosis pediátricas recibidas a menores de entre 9 y 11 años y aquellos con necesidades especiales o que comparten aula en escuelas rurales. A la vuelta de las vacaciones de Navidad se espera poder retomar la inmunización en el grupo de 5 a 8, hasta que los más de 330.000 niños y niñas valencianos de estas franjas de edad tengan los dos pinchazos de Pfizer.
La logística se ha organizado en un tiempo récord: las familias apenas han tenido 24 horas para firmar la autorización correspondiente, algo a lo que muchos han quitado hierro. Entre ellos, Ana Ramiro, presidenta del AMPA y madre de Álvaro, que ve con buenos ojos que se evite el desplazamiento a vacunódromos o a centros de salud. «Es una forma de tenerlos a todos centralizados y que se haga lo más rápido posible», comenta.
«El año pasado, justo antes de Navidad, una niña de su clase dio positivo y tuvimos que estar confinados. Hasta el mismo día de Nochebuena no supimos que eran todos negativos», cuenta con la esperanza de que el fármaco evite situaciones similares en el futuro. En la misma línea, Ana Belén cree que «cuanto más vacunados estemos, mejor, porque sino no vamos a acabar con esto». Su hija Ainhoa está «muy contenta». «Espero que no le dé reacción. Al resto de la familia nos ha ido a todos bien» , señala.
«Trabajo en un colegio con chicos más mayores, donde hay más contagios, entonces me viene muy bien que mis hijos también estén vacunados», relata Susana. «Cada uno que haga lo que quiera, pero es alargar lo inevitable. Más vale prevenir que luego lamentarnos », apunta.
Y aunque la gran mayoría han acudido este miércoles al colegio sin «ninguna duda» - se han vacunado 57 de los 73 niños de los cursos convocados, el 78% -, no todo el mundo está convencido todavía. Amparo está a la espera de la tercera dosis y se ha puesto las dos anteriores solo por trabajo. Aunque no tuvo efectos secundarios, no considera que los fármacos actuales estén lo suficientemente testados. Su hija, con la cartilla de vacunación en regla, no recibirá, de momento, el suero contra el covid. « No quiero riesgos . Se pasa muy mal con las vacunas. Hasta que no la analicen como han analizado las otras, no lo voy a autorizar», explica.
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Al respecto, uno de los responsables de la vacunación, ha puesto el foco, durante una atención a medios de comunicación, en que la aceptación ha sido «bastante alta» en todo el territorio. Se han firmado « entre un 60 y un 80 por ciento» de las autorizaciones. Son «cifras que consideramos adecuadas, teniendo en cuenta todas las situaciones que hay», ha matizado José Antonio Lluch, jefe de servicio de Promoción de la Salud y Prevención en las Etapas de la Vida de la Conselleria de Sanidad. Además, se ha mostrado seguro de que las solicitudes «irán aumentando en los próximos días». En cualquier caso, para quien siga teniendo dudas, «habrá más oportunidades más adelante» .
Lluch ha incidido en que la vacuna de Pfizer es «segura» y «no es nueva»: «Es la misma con una formulación un poco diferente, porque en los estudios que ha presentado el laboratorio para conseguir la autorización -de la EMA-, ha visto que con una menor concentración de antígenos es suficientemente efectiva y el número de reacciones adversas que se producen es más bajo».
En Estados Unidos llevan cinco millones de dosis administradas en menores de 11 años «sin que se haya detectado ninguna señal de alerta que pueda hacer pensar que en estos niños hay un riesgo adicional que no hay en los adultos», ha destacado.
«Hemos tenido que trabajar de manera un poco precipitada» , pero «sin grandes problemas», porque «nos parecía más oportuno ofrecer las vacunas cuanto antes a los niños». Son el grupo con mayor incidencia -aunque no padecen covid grave- y «hay un riesgo real para ellos y para su entorno». Del mismo modo, «va a permitir una cierta normalización de la vida social de los niños y va a ayudar a reducir la incidencia general», ha subrayado.
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La primera de las madres en salir es Pilar. Su hija, de 9 años, ha sido la primera de su clase en recibir el pinchazo. La vacunación se ha desarrollado en tres aulas, una de ellas destinada a los quince minutos de espera posteriores . El protocolo remitido a los centros exigía, además, que el espacio contara con una entrada y salida diferenciadas para evitar aglomeraciones y el efecto contagio de niños que pueden salir asustados. En este caso han participado una pediatra, cuatro enfermeras y una administrativa de un centro de salud cercano.
«Estaban todos sentados en clase tranquilamente, y los iban sacando. No había nervios, pero yo prefería venir, por si le daba reacción», asegura Pilar, aunque Sofía ha estado «muy tranquila, porque ya sabía a lo que iba». «Pasamos el covid en diciembre del año pasado y teníamos ganas de estar todos vacunados en casa». «De pequeña me vacunaba en el colegio y veo bien que se haga así» , agrega.
Tras ella, empieza el desfile de familiares que salen aliviados porque todo ha salido bien. «Muy tranquilo él y tranquila yo de poder acompañarlo», relata la abuela de unos de los menores que tendrá que completar la pauta dentro de ocho semanas con una segunda dosis. A las diez y media de la mañana y sin incidentes, el CEIP Antonio Machado da por concluido el operativo con una rapidez que sorprende hasta a los propios protagonistas de la jornada. «No quería mirar y cuando la enfermera ha terminado le ha dicho: ¿Ya? Pues no he notado nada» .
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