Cultura
La Pavana da vida al Harold Pinter más cómico
Ayer se estrenó en el teatro Rialto la divertida adaptación de «Escuela Nocturna», escrita en 1960 por el fallecido Premio Nobel de Literatura
La atmósfera de amenaza y misterio, el absurdo heredado de Beckett, Ionesco y Genet, los silencios significativos… todas los elementos característicos de la obra de Harold Pinter (Londres, 1930) están presentes en «Escuela nocturna». Escrita en 1960 , cuando este dramaturgo y poeta de origen judío todavía no se había convertido en un primer espada de las letras británicas, esta obra es además una de las más ágiles y cómicas de todas las que firmó a lo largo de su vida. De hecho, la representación de esta pieza, estrenada el miércoles en el Rialto por la compañía valenciana La Pavana, estuvo sembrada de risas de principio a fin. Es la magia de Pinter (y la de la magnífica interpretación de Juli Disla, Empar Ferrer, Eva zapico, Mamen García, Bruno Tamarit, Toni Misó y Patricia Pardo): consigue camuflar sutilmente las intenciones del texto disfrazándolas de conversaciones aparentemente intrascendentes, incluso absurdas o contradictorias.
Rafael Calatayud dirige hasta el 30 de octubre esta obra , en la que los personajes siempre mienten para sobrevivir o para tener poder sobre el otro. «Mienten porque se sienten en peligro o disfrutan mintiendo y viendo el efecto que en el otro produce esa mentira». «Escuela Nocturna» fue escrita originalmente para radio y televisión pertenece al periodo de Pinter llamado «Comedias de Amenaza», estilo que desarrolló desde «La habitación» (1957) y que abarcó toda la década de los sesenta.
La obra comienza cuando Walter, un delincuente fracasado, vuelve de la cárcel a la casa de sus tías Annie y Emilia a buscar «sus cositas» y encuentra su habitación ocupada por una inquilina que trabaja de maestra. Al menos eso dice ella.
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