Tribunales
La juez imputa a dos responsables y a un ingeniero del castillo hinchable donde murieron dos niñas en Mislata
La magistrada tramita diligencias por dos delitos de homicidio imprudente y lesiones tras el accidente registrado en la feria de Navidad el pasado 4 de enero
El ingeniero que firmó el certificado del castillo hinchable de Mislata en el que murieron dos niñas no lo supervisó en la feria
La investigación policial determina que la muerte de dos niñas en un castillo hinchable de Mislata se podía haber evitado
La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Mislata (Valencia) ha acordado la citación como imputados del propietario y otro responsable del castillo hinchable ubicado en la feria de Navidad de esta misma localidad, donde el pasado 4 de enero se produjo un trágico accidente en el que murieron dos niñas de cuatro y ocho años y otros siete menores resultaron heridos. Además, la juez también investiga al ingeniero técnico que firmó los certificados de instalación de todas las atracciones.
Según detallan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ( TSJCV ), la magistrada ha tomado esta decisión en el marco de unas diligencias previas abiertas inicialmente por dos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia, sin perjuicio de ulterior calificación.
Asimismo, durante la instrucción de la causa también se ha citado a los padres de las víctimas , tanto de las fallecidas como de las lesionadas, con el objetivo de realizarles el correspondiente ofrecimiento de acciones.
De igual manera, también se ha procedido a comenzar la recepción de las declaraciones de diversos testigos que presenciaron el triste suceso, en el que una ráfaga de viento levantó el castillo hinchable provocando que los menores que se encontraban en su interior salieran despedidos, así como a los agentes de la Policía Nacional que intervinieron en la investigación del caso.
Respecto a uno de los investigados, en concreto el ingeniero particular contratado por los feriantes para certificar el estado de las atracciones, las pesquisas policiales concluyeron que nunca llevó a cabo su cometido de manera presencial , sino que dio el visto bueno al castillo y al resto de instalaciones desde su despacho profesional ubicado en Elche .
Para ello, el Grupo de Homicidios solicitó a la magistrada que instruye la causa el acceso al tráfico de llamadas y a los posicionamientos geográficos del teléfono móvil del perito, con el objetivo de verificar la versión que ofreció ante la propia jueza, a la que aseguró que inspeccionó a la atracción 'in situ' dos días antes del accidente.
Los resultados que obtuvieron los agentes evidenciaron que nunca se personó en Mislata y que fue tres días después del suceso cuando acudió a la ciudad de Valencia para declarar en calidad de testigo en el juzgado. Allí, relató una versión detallada sobre el estado del hinchable e insistió en que una segunda persona, un técnico del Ayuntamiento de este municipio, realizó una segunda revisión, que acreditaba que estaba amarrado a seis puntos fijos capaces de resistir vientos superiores a treinta kilómetros por hora.
El ingeniero esgrimió que la inspección se desempeñó siguiendo las indicaciones y recomendaciones del fabricante , quien la desmintió posteriormente y explicó que su producto debe estar amarrado con argollas y cinchas específicas a treinta puntos de anclaje , que habrían evitado con total seguridad la muerte de Vera y Cayetana.
Además, otra de las cuestiones que suscitó la sospecha de los agentes policiales hacía el trabajo del ingeniero es que no aportó junto al certificado ningún reportaje fotográfico , práctica habitual para expedir este tipo de documentos necesarios para el montaje de las atracciones en recintos feriales.
Por otro lado, el propietario del castillo hinchable, también citado a declarar como investigado, defendió ante los policías que cortó las cuerdas con un cuchillo pocos segundos después de levantarse la atracción por el vendaval de viento , algo que los agentes pusieron en duda al observar que algunos de estos elementos no presentaban nudos en sus extremos.
Ambos acreditaron que las cuerdas se encontraban en buen estado, pero la realidad fue bien distinta, pues los investigadores de Homicidios se las encontraron rotas, desgastadas e incluso sin estar sujetas por el lado que levantó el viento.
Más de tres meses después del accidente, la búsqueda policial del supuesto empleado que velaba por la seguridad de los niños que se subieron al castillo hinchable, como apuntaron numerosos testigos en su declaración, no ha tenido éxito. De hecho, la Fiscalía ha pospuesto su identificación al no conseguir dar con el joven e incluso uno de los imputados negó la existencia de tal persona.
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