Fernando Llopis - El último liberal
Coronavirus: sanitarios en el fuerte de El Caney
«Es grave que, ante tal muestra de generosidad y esfuerzo por parte del personal sanitario de este país, los gobernantes no entonen el mea culpa por los errores pasados. Deberían agradecer de corazón a los profesionales todo el sacrificio y, por supuesto, redoblar sus esfuerzos»
“Si así luchan los muertos, ¿cómo no vamos a luchar los vivos?" , comentaban las escasas tropas que llegaban para reforzar las posiciones españolas de las colinas de San Juan ante el ataque del ejército estadounidense, al comprobar cómo peleaban en aquel lugar los gravemente heridos.
El fuerte de El Caney y las Colinas de San juan eran vitales para la defensa de Santiago de Cuba en 1898 y los estadounidenses habían mandado una gran cantidad de tropas para garantizarse la victoria final. Para asaltar el fuerte de El Caney, los estadounidenses disponían de más de siete mil soldados frente a los poco más de quinientos que contaba la guarnición española. Además, mientras los primeros contaban con ametralladoras y cañones, los españoles tan solo disponían de un par de cañones con poca munición.
El general estadounidense al mando del ataque pensó que los españoles se retirarían ante tal desproporción de fuerzas y dijo que tomar el fuerte sería cuestión de una hora. Una vez más los españoles con escasos medios, tenían que hacer frente a una crisis importante, ya que era fundamental retrasar el ataque. El paseo militar de una hora que esperaban los estadounidenses se convirtió para ellos en una sangría de más de mil bajas y doce horas de combate.
La frase inicial con la que he iniciado este artículo es en la que debería haber pensado la consellera de Sanidad, Ana Barceló, antes de hacer sus desafortunadas declaraciones acerca del escandaloso número de sanitarios que se contagian en nuestro país debido al coronavirus.
Desgraciadamente, es este uno de los rankings donde España está superando al resto de países. Y parece deberse, como estamos comprobando día a día, a que los medios que disponen nuestros sanitarios en los hospitales son a todas luces insuficientes . Todo ello debido a la escasa previsión y diligencia de gobiernos central y autonómico a la hora de conseguir suministros.
Hasta hace poco quería pensar que la consellera Barceló conocía de primera mano toda la información de la terrible situación sobre las necesidades del material sanitario para hacer frente a la epidemia con las mínimas garantías, pero parece que no. Ocurre como en El Caney, tan solo un par de cañones, pero con escasa munición, que se consume nada más iniciarse la batalla.
Me parece muy grave que, ante tal muestra de generosidad y esfuerzo por parte del personal sanitario de este país, los gobernantes no entonen el mea culpa por los errores pasados . Deberían agradecer de corazón a todos los profesionales todo el sacrificio y, por supuesto, redoblar sus esfuerzos para conseguir ese material sanitario. Pero no, la consellera Barceló insinúa que el alto grado de contagio entre el personal sanitario se debe a los viajes que realizan o a las visitas a sus familiares.
Las excusas forzadas y, en varios tiempos, tanto que parecen impostadas, no sé si compensan el insulto que supusieron las primeras palabras de la consellera, pero sí que demuestran el grado de autocomplacencia de unos gobernantes que siguen convencidos de que lo estén haciendo todo bien , aunque los hechos sean tozudos a la hora de demostrarles lo contrario.
El general español que lideró la defensa cayó en combate y fue enterrado con honores por el ejército estadounidense como forma de reconocimiento a su valor y el de sus tropas, ya que aquel día los soldados españoles se ganaron el respeto de los estadounidenses. Nuestros sanitarios se lo han ganado de los españoles, pero los aplausos que les dedicamos no bastan. Esto debe marcar un antes y un después sobre muchas de las reivindicaciones que han hecho y siguen haciendo.
