Fallas 2016
Las fiestas más populares de España buscan ahora su «universalidad»
La UNESCO decidirá este año si las Fallas logran el más alto reconocimiento cultural
Las Fallas de 2016 arderán el 19 de marzo, como marca la tradición, pero esperan el remate final de la fiesta para noviembre . Ese mes se celebra la asamblea anual de la UNESCO que debe decidir si le otorga a las fiestas valencianas la condición de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad .
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La candidatura de las Fallas fue ratificada el pasado mes de octubre por el Consejo de Patrimonio Histórico , donde está representado el Ministerio de Cultura y las comunidades autónomas. La UNESCO -el organismo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en París- viene desde entonces examinando a las fiestas valencianas, que alcanzan a partir de hoy y hasta el sábado su punto culminante con la celebración de sus días grandes, que tendrán como colofón la Cremà del 19 de marzo.
Proyección internacional
A pesar de que las Fallas de Valencia son las fiestas españolas con mayor proyección internacional , junto a los encierros de Pamplona y la Feria de Abril de Sevilla, la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad supondría un espaldarazo definitivo.
En la Comunidad Valenciana ya gozan de este reconocimiento las fiestas de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí , el Tribunal de las Aguas y el Misteri d’Elx. En el resto de España, la UNESCO ha reconocido también al flamenco , en Andalucía, los Castells catalanes , o la Federación de Regantes de Murcia .
Las Fallas quieren sumarse a la Lonja de Mercaderes , que ya goza del reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad, en este caso en el apartado material. En palabras del concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, las Fallas «reúnen unos valores patrimoniales en los que fiesta y cultura son la expresión del sentimiento de todo un pueblo». Las Fallas, de hecho, convierten a Valencia en el epicentro de una actividad cultural sin parangón en todas sus calles. Desde los monumentos falleros ( más de 350 en toda la ciudad ) hasta la música, la pirotecnia, la indumentaria y las flores.
Impacto económico
Las Fallas, más allá de sus valores patrimoniales , conjugan el componente cultural con el económico . El Ayuntamiento ha puesto en marcha un proyecto para determinar el impacto de las fiestas. La última fuente fiable corresponde a un estudio elaborado por la interagrupación de Fallas, que cifra en los quinientos millones de euros anuales las actividades relacionadas con la fiesta.
El sector más beneficiado es el turístico. Las Fallas concentran más de 1,5 millones de personas en la ciudad de Valencia. Los hoteles más céntricos no disponen de habitaciones desde hace un mes. El hecho de que el calendario sitúe la Cremá en sábado beneficiará la llegada de turistas procedentes del resto de autonomías (especialmente de Madrid y Murcia), aunque cada vez gozan de mayor peso los visitantes internacionales. En este sentido, el reconocimiento de la UNESCO significaría otro aldabonazo a la generación de impacto económico de la fiesta. Según diferentes estudios, los turistas que acuden a visitar las Fallas gastan una media de entre 100 y 125 euros diarios. A la actividad de hoteles, bares, restaurantes y locales de ocio se suman otros negocios ambulantes como los puestos de churrerías y los clásicos buñuelos.
Integración social
Al margen del reconocimiento internacional a su patrimonio y de su indudable efecto como motor económico, las Fallas tienen la asignatura pendiente de su relación social.
Las fiestas de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí, el Tribunal de las Aguas y el Misteri d’Elx ya gozan del reconocimiento de la UNESCO
De acuerdo con un artículo de la Revista de Estudios Falleros publicado por el periodista y profesor Quique Collado , en 2016 más del 40,9 por ciento de los valencianos tiene una imagen negativa de las Fallas, frente al diecisiete por ciento que se expresaba en estos términos en el año 1990.
En la actualidad, hay poco más de 63.000 falleros adultos en Valencia que están al corriente de su cuota. Son los miembros de las comisiones, aquellos que viven las fallas todo el año.
La convivencia entre los vecinos y una fiesta que se vive en la calle , y la implicación de las Fallas con toda la ciudad es un reto para las futuras generaciones.