Aragonès se planta tras el último intento de Junts de sabotear ‘el diálogo’

Los de Puigdemont quieren negociar con dos condenados por sedición y, luego, indultados por el Gobierno

La nueva crisis abierta entre ERC y Junts no pone en riesgo el Govern catalán pero agrava la relación

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès Inés Baucells | Vídeo: ATLAS

La llamada «mesa de diálogo» entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña tendrá su continuidad, este miércoles, en dos reuniones en el Palacio de la Generalitat con la presencia de Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Pero este foro, sin regulación institucional, está teniendo un alto coste para los partidos que son socios y controlan la Generalitat. La relación entre ERC y Junts entra en una nueva dimensión , siempre cogida con un hilo, pero no pone en riesgo, al menos de momento, la coalición de gobierno.

Junts escogió la víspera de la visita de Sánchez a Barcelona para lanzar su órdago a ERC anunciando los cuatro nombres de sus representantes en la «mesa de diálogo», unos delegados que incluye a dos condenados por sedición en 2019 por su implicación en el ‘procés’, Jordi Sànchez y Jordi Turull, que luego fueron indultados por el Gobierno, y la portavoz del partido en el Congreso, Míriam Nogueras. Ninguno de los tres forma parte del Govern. Solo Jordi Puigneró, vicepresidente autonómico, figura en la lista de Junts.

El partido de Puigdemont, además, anunció los nombres sin consensuarlos con ERC y al inicio de la reunión semanal del Govern, que tenía que ratificar la delegación de la Generalitat en la reunión de hoy. Entonces, Aragonès dijo «basta». No eran las formas (aireando los nombres) ni el fondo (el acuerdo verbal era, según ERC, que los representantes de la delegación catalana fueran consejeros o altos cargos).

Amnistía y referéndum

La reunión del Govern se suspendió durante unos minutos y ninguna de las dos partes dio su brazo a torcer. Poco después, el presidente autonómico, en una comparecencia «excepcional», confirmó que en la reunión de hoy la Generalitat estará representada solo por los consejeros de ERC Laura Vilagrà y Roger Torrent, además de él mismo, y mostró su enfado con Junts.

« La delegación (catalana) tiene que ser de Govern. No se sientan los partidos (en la ‘mesa de diálogo’) que tienen muchos espacios de participación. No es una cuestión de nombres o personas concretas. Es una cuestión de confianza. Una negociación de gobierno a gobierno y entre miembros del gobierno y consensuados en el seno del gobierno», dijo el ‘president’, añadiendo que la práctica de Junts –sobre todo las formas, filtrando los nombres antes de su ratificación– debía «corregirse» de cara al futuro.

Aunque en el equipo del Palacio de la Generalitat estaban muy molestos con Junts, según varias fuentes consultadas por ABC, en ningún momento pusieron en duda la continuidad de la coalición de gobierno. Tampoco lo hizo Jordi Sànc hez, que a primera hora de la tarde defendió, en una comparecencia pública, la propuesta de Junts –los cuatro nombres vetados– al calificarla del «más alto nivel político».

Eso sí, el secretario general de Junts volvió a poner en duda el propio foro de negociación y criticó al presidente Sánchez y al PSOE, a quienes acusó de haber impuesto un veto «porque probablemente no están en condiciones de abordar el conflicto con una resolución» basada en la amnistía y la autodeterminación de Cataluña.

La discusión entre ERC y Junts parece una excusa entre dos partidos que tienen posiciones casi antagónicas respecto al uso de la «mesa de diálogo». En Junts no la ven con buenos ojos, tratan de boicotearla desde que ERC la pactó con el PSOE y aseguran que ningún acuerdo fija que deben ser miembros del gobierno los representantes en el foro de negociación.

En ERC, sin embargo, en público y en privado, aseguran que Aragonès y Sànchez –que llevan hablando directamente o a través de sus equipos desde julio– habían pactado, pero no por escrito, y que sí debían formar parte del Govern los miembros de la delegación de la Generalitat, que serían tres a propuesta de ERC y tres, por Junts, y no cuatro como anunciaron estos.

Así, Aragonès volvió a defender a capa y espada la «mesa de diálogo». Es obra suya y del presidente del Gobierno. Y el primero tiene puestas muchas esperanzas en este formato extraparlamentario y sin más control que la necesidad aritmética del PSOE. Aragonès insistió en la relevancia de que, por primera vez, un Ejecutivo nacional negocie, de tú a tú, con la Generalitat propuestas como la amnistía para los procesados o condenados por el ‘procés’ y la opción de celebrar un referéndum de independencia. Hipótesis que, según el Gobierno, no se tratarán en la mesa de mañana.

Tranquilidad en el Gobierno

Sea como sea, en el Gobierno, por su parte, se encuentran muy cómodos con las evidentes y sonoras divisiones en la Generalitat. Les permite instalarse en una posición contemplativa de los acontecimientos en la que insistir en su voluntad de diálogo. Y achacar cualquier freno en el proceso de negociación al choque entre los socios independentistas.

En La Moncloa están muy satisfechos con la respuesta del ‘president’. No esperaban otra cosa, aseguran. Estaba pactado con ellos que las delegaciones tenían que ser, sí o sí, formadas por miembros que integrasen ambos Ejecutivos. Algo que vino a confirmar la tesis de Junts al defender que el veto a sus representantes proviene de La Moncloa y no de ERC.

La portavoz de Gobierno, Isabel Rodríguez, que en un primer momento no quiso valorar la delegación de la Generalitat, dejó claro que los nombres planteados por Junts no eran asumibles. «Absolutamente, no», dijo cuando le preguntaron si el Gobierno se sentaría en la reunión si se hubieran mantenido esos nombres. «Siempre el marco ha sido el de dos delegaciones de trabajo de ambos Gobiernos. No entendemos otro marco. Apoyamos la propuesta del presidente de la Generalitat», concluyó.

En esta línea aseguró que La Moncloa no cambiará si, finalmente, a la «mesa de diálogo» solo acuden representantes de ERC, porque el problema viene de lejos: «Tampoco se oculta que es una situación que ha venido tensando en los últimos diez años. El Gobierno ha querido reconducirla. Hoy estamos mejor que ayer. Y mejor que hace un año en Cataluña».

Así, este miércoles se reunirán, a partir de las 15.00 horas, en el Palacio de la Generalitat, los dos presidentes. Seguidamente, comparecerán ante la prensa por separado. Y después tendrá lugar la «mesa de diálogo» entre las dos delegaciones. Está previsto que Sánchez y Aragonès arranquen la «mesa» pero que la abandonen antes de finalizar.

Por parte del Ejecutivo, además de Sánchez, está previsto que formen parte de la delegación desplazada a Barcelona la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los ministros Félix Bolaños, Miquel Iceta, Isabel Rodríguez, Manuel Castells y Raquel Sánchez.

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