Barcelona, ciudad de mercados
La oferta es grande y, además de La Boquería, abarca desde el Ninot al de la Concepción
Hace unos días la biblioteca municipal de Nueva York incluyó el libro infantil «Mercados: un mundo por descubrir» (Editorial Flamboyant), escrito por Josep Sucarrats, director de la revista gastronómica «Cuina», e ilustrado por Miranda Sofroniou, como parte de su selección anual de libros en castellano, por sus virtudes didácticas y su contenido. En el libro, se repasan algunos de los principales mercados de Barcelona, así como del mundo. Los mercados de la ciudad no solamente han inspirado este hermoso libro infantil, sino también inspiran a miles de personas cada día, que en ellos comen o adquieren los productos óptimos para alimentarse. Demos un paseo por algunos de ellos.
La Boqueria cumplió en marzo 180 años desde que se instaló su primera piedra, pero no es ni mucho menos el único de los mercados centenarios de esta ciudad. El de Santa Caterina, por ejemplo, fue inaugurado en 1848. Su remodelación, de 2005, por los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue le catapultó a la fama. Algunas de sus paradas son una visita obligada para los más «gourmets», como la especializada en tomates, Frutas y Verduras Torrent, que tiene más de 30 variedades distintas de este fruto. En sus alrededores hay míticos restaurantes, que se surten del producto de primera que se ofrece en el mercado, como la Casa Mari i Rufo.
Otro mercado histórico de la ciudad es el del Ninot, inaugurado en 1894 y renovado hace pocos años. Entre sus históricas paradas está la de pesca salada Bacallá Perelló, que recientemente cumplió 120 años. En el de la Concepción, inaugurado en 1888, no solo se venden flores y plantas, como pareciera indicarlo su entrada por la calle Valencia. Su arquitecto fue el mismo que el de San Antonio, Antoni Rovira i Trias. No hay que dejar de visitar los restaurantes de uno de sus costados, en el pasaje del Mercado, como Nine 9 o Sopa de Pedres.
Por su parte, la reforma del mercado de San Antonio ha supuesto la renovación de todo el barrio, que ha ganado en espacios verdes y abiertos, así como en infinidad de comercios, tanto gastronómicos como de otros rubros. Sin embargo, los de estructura de fierro antes mencionados, no son los únicos que merece la pena visitar por su arquitectura y amplia oferta, destacan también los de obra vista, de ladrillo rojo, como los de Sarriá, de Pueblonuevo, de Las Tres Torres, de Galvany, de Sants, del Clot o el de la Libertad, en Gracia. Para comer fuera o en los alrededores de este último, es imprescindible probar los menús de mediodía de La Pubilla, frente al mercado, o de Som de Tapes, del chef David Durán, en el número 2 de la calle Zaragoza.
Los hay de todos tamaños, grandes y pequeños, famosos o casi desconocidos, como aquel dentro del centro comercial Maragall, en la esquina del paseo del mismo nombre e Industria. La pandemia ha obligado a todos a renovarse y ofrecer servicio a domicilio, no solamente por teléfono, sino también en línea o a través de aplicaciones, como la de Manzaning. Actualmente, si se hace algún pedido por la aplicación a tres paradas de La Boqueria, se regala el libro «La Boqueria: La Catedral de los sentidos», de Manuel Vázquez Montalbán. Los mercados de Barcelona han inspirado y siguen inspirando a grandes y pequeños cada día, a pesar de las vicisitudes y del paso del tiempo.
Los mercados de Barcelona han inspirado y siguen inspirando a grandes y pequeños cada día, a pesar de las vicisitudes y del paso del tiempo. Hace unos días, la periodista Tana Collados anunció que la segunda temporada de Gent de Mercats, de Tv3, ya está en producción. Larga vida a nuestros mercados y a su gente.
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