Núria Espert regresa con «Romancero gitano» al teatro en el que debutó a los 13 años

Lluís Pasqual dirige a la actriz catalana en el Teatre Romea de Barcelona

Núria Espert, durante una representación de «Romancero gitano» Ros Ribas

D. C.

Más de siete décadas después, setenta años de frenesí interpretativo y papeles memorables, la actriz catalana Núria Espert regresa al Romea, teatro en el que debutó con 13 años y en el que descubrió que quería ser actriz, para medirse con el «Romancero gitano» de Federico García Lorca que Lluís Pasqual dirige en Barcelona hasta el 26 de enero. «En "Romancero gitano" está toda mi vida, todo el amor que hemos puesto Lluís Pascual y yo por Lorca», destacó ayer Espert. Se trata de la primera obra que Pasqual dirige en la capital catalana desde su polémica salida del Teatre Lliure en 2018.

El director del Teatro Romea, Josep María Pou, se mostró ayer feliz de contar en la programación con una actriz que es «el gran referente cultural de este país» y que, añadió hacía 35 años que no pisaba este teatro barcelonés, mientras que la propia Espert recordó emocionada que Julieta Serrano y ella compartieron camerino en este edificio cuando todavía eran unas niñas y salieron de estas paredes «convertidas en actrices».

Es más: cuando Espert subió por primera vez al escenario del Romea, para interpretar una obra matinal infantil, «todavía no tenía vocación de actriz, quería ser bailarina». Cuatro años después, sin embargo, ya sabía que ésta era su pasión. Una pasión a la que regresa una vez más de la mano de Federico García Lorca, un autor que también le remite a su pasado más lejano, cuando era niña e iba a los llamados «caus d'art», donde sus padres tomaban café y ella recitaba poemas como el «Romance de la luna luna».

Desde entonces, García Lorca ha acompañado a Espert en muchos momentos cruciales de su vida y no sólo ha interpretado sus personajes, sino que también ha dirigido alguna de sus obras. En esta ocasión, la relación de «carne y hueso» se une en a la «profunda relación que tiene Lluís Pasqual con la parte más espiritual» del autor granadino.

El resultado es un montaje que alterna los versos de García Lorca con las reflexiones de la actriz, que entre poema y poema habla de ella misma y de su relación con Lorca, en un montaje que se estrenó en el Teatro de La Abadía de Madrid y ha tenido muy buena acogida. «Es una obra muy exigente. Como decía Margarita Xirgu, sólo soy feliz cuando acaba la obra, y durante poco rato, porque enseguida empiezo a pensar en que mañana tengo otra función», aseguró la artista.

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