Antología de Les Luthiers en el Auditori del Fòrum

El grupo cómico argentino se instala en Barcelona hasta el 20 de marzo

El grupo cómico argentino Les Luthiers EFE

MARÍA GÜELL

Lo mejor de lo mejor. El top ten. Les Luthiers han elegido diez momentos estelares de su casi cincuenta años de vida artística y los han armado bajo el título de «¡Chist!» que llega esta noche al Auditori del Fòrum.

No es fácil definir el humor de este grupo y mucho menos definir a su público. A primera vista Marcos Mundstock es el cabecilla: «Nosotros presentamos un humor universal en habla hispana». Él mismo desvela que ésta es «una de las posibles antologías, porque con solo elegir lo mejor de cada espectáculo nos saldrían otras diez antologías más».

Por su parte, Carlos López no quiere pasar por alto la primera actuación de Les Luthiers en Barcelona que fue un fracaso de taquilla: «Barcelona nos fascinó, pero nos despedimos de ella pensando que nunca regresaríamos». Por suerte el tiempo les ha dado la razón y repiten en la capital catalana donde tienen un público fiel que les conoce bien.

No son amantes de los localismos y procuran evitar el chiste fácil de nombrar a alguien conocido del lugar. Así y sólo así justifican que Leo Messi no se cuele en sus diálogos. «Ojalá venga como público pero no le nombramos», asegura Mundstock.

Martin O'Connor y Horacio «Tato» Turano son las nuevas incorporaciones tras el fallecimiento del actor y humorista Daniel Rabinovich el pasado agosto. O'Connor explica que fueron momentos muy difíciles y que siguen de luto.

Políticos corruptos

El argumento de «¡Chist!» fija la mirada en dos políticos corruptos que modifican el himno nacional aliados con un músico. En esta pieza repasan buena parte de los trabajos del grupo fundado en 1967 por Gerardo Masana, donde la música clásica se integra con la folclórica en parodias de estilos musicales diferentes, junto a los característicos instrumentos informales de Les Luthiers y creaciones del artesano Hugo Domínguez.

A primera vista parecen un grupo de buenos amigos que van a subir a escena sus vidas. «La obra está muy bien trabajada, seguimos un guión riguroso y no hay lugar para improvisaciones», coinciden.

En breve cumplirán cincuenta años y lo celebrarán comiendo tortas, bromean. Las anécdotas de este medio siglo son infinitas pero nos quedamos con una: «Una vez nos invitó Felipe González a comer y nos dio un postre muy feo: una naranja sin pelar sobre un plato blanco».

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