Coronavirus
La residencia que derrotó al Covid-19
«Confinarnos con ellos, el mejor remedio que podíamos aportar»
Si algo nos está enseñando la pandemia del coronavirus es que es mejor prevenir que lamentar. Con este lema, una residencia de Lérida acató el confinamiento tan al pie de la letra que han conseguido ser una residencia Covid-free . Cuando comenzaron a tener noticias de los primeros casos en Cataluña, en el Centro Geriátrico de Lérida pensaron que la única manera de poder protegerse, tanto para los propios profesionales como a los 89 ancianos residentes, era implantando una «barrera de protección, seguridad y desinfección» como la que se pedía a toda la ciudadanía.
El pasado 22 de marzo, la mitad de la plantilla -24 trabajadores- decidió que pasaría la cuarentena en el centro, junto con los ancianos y lejos de sus familias . Se abastecieron tanto como pudieron de material de protección y los nuevos inquilinos se instalaron temporalmente en una ala del centro, con camas y todo lo necesario para su estancia.
«Los abuelos siguen con su día a día y las sonrisas no decaen», explicaban en sus redes sociales de internet desde el centro durante el encierro, que se hizo más ameno con mucha música y positivismo de los empleados confinados. Así transcurrieron 18 días . 18 días sin volver a sus casas, sin ver a sus familiares, pero por un fin que valió la pena. Están todos sanos, tanto los trabajadores sanitarios como los mayores residentes .
«Nuestras familias lo entendieron y nos apoyaron. Lo que hicimos es de sentido común y humanidad y, sin duda, el mejor remedio que podíamos aportar», destaca Carol Mitjana, directora del centro residencial, que explica en declaraciones a ABC que esos 18 días de confinamiento absoluto les permitió darse cuenta de cuáles eran las acciones que tenían que adoptar para seguir manteniendo el centro completamente protegido. «Los protocolos de seguridad para frenar el Covid-19 solo pueden llevarse a cabo con plantillas completas o ampliadas. Nosotros ya trabajábamos coordinados pero ahora todos vamos a una», añade.
El encierro no fue fácil. «Ha sido muy duro pero sabemos que hemos ayudado a salvar vidas» , comentaba a medios locales uno de los empleados tras haber superado con éxito la cuarentena. El cariño que han recibido ha sido inmenso: llegaron a recibir donaciones de guantes, mascarillas pero también cafés o bandejas con desayuno de anónimos que les agradecían así su entrega.
Ahora, desde el pasado día 9 de abril hacen turnos de tres días de 11 horas de duración . Los empleados confinados necesitaban descansar y volver a sus domicilios y ahora siguen con sus tareas diarias, pero van a dormir a sus casas, donde también tienen un estricto protocolo de desinfección y limpieza. Para poder hacer este cambio de rutina compraron tests que se hacen a los trabajadores que ingresan en la residencia y para poder llevar a cabo estos turnos tan largos han ampliado el equipo, de 45 a 63 . El centro, aún con esta adaptación, sigue siendo Covid-free. A pesar de ser una época especialmente dura en las residencias geriátricas, seguir sin ningún caso de aislamiento ni de contagio los mantiene con mucho ánimo para seguir trabajando con ilusión y fuerza.
Inquilinos con bata
Los protocolos de limpieza en la residencia son extremadamente rigurosos : cada hora y media se desinfectan todas las superficies del centro, hay puntos de reposición de material, todos los que se encuentran en el centro, incluso los ancianos, deben llevar obligatoriamente encima de su ropa batas de protección, mascarillas profesionales y guantes desechables. Cuando reciben insumos de los proveedores también tienen pasos muy estrictos a seguir para mantener la residencia sin riesgo de infección. «Recibimos todo por una puerta destinada exclusivamente para la mercancía y antes de ingresarlos a la residencia desinfectamos todo», detalla Mitjana, que sentencia que «cada día que pasa es una batalla ganada» .
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