Coronavirus

El alcalde de Igualada: «La comunicación con el Estado y la Generalitat ha sido muy mejorable»

La alarma sanitaria en la Conca d'Òdena, con 70.000 vecinos, saltó a mediados de marzo, cuando los casos se empezaron a disparar

Voluntarios de la Cruz Roja han llevado este miércoles material para las camas que se han instalado en el pabellón de Las Comas de Igualada. EFE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ni en sus peores pesadillas, el alcalde de Igualada (Barcelona), Marc Castells (JpC), habría imaginado tener que estar al frente de una pandemia mundial que azota especialmente a sus vecinos. «Ahora mismo no somos ni capaces de poner perspectiva a la situación pero esto será histórico» , comenta en una entrevista telefónica con ABC. Como la peste negra que asoló su zona, la Conca d'Òdena, en los siglos XIV y XVI o el cólera en el XIX. «Ahora nos ha tocado el coronavirus . Pero lo superaremos», remarca.

El impacto del coronavirus en la zona está siendo demoledor. La compleja situación llevó hace tres semanas a implantar allí un confinamiento perimetral extraordinario que en breve pasará a la historia. La Generalitat abogó anteayer por levantarlo, alegando que el estado de alarma en todo el país ya obliga a medidas suficientemente restrictivas, y ayer, el ministro de Sanidad, Salvador Illa (PSC), autorizó finalizar los controles policiales.

La alarma sanitaria en la Conca d'Òdena , con 70.000 vecinos, saltó a mediados de marzo, cuando los casos se empezaron a disparar. Según los últimos datos de la Consejería de Salud, del viernes, el coronavirus había infectado a 644 vecinos , 154 de ellos profesionales sanitarios, y había provocado hasta entonces la muerte de 107 personas de la zona confinada -ninguna de ellas durante las últimas 24 horas-. Estos datos, que Salud no actualizará más al acabar el confinamiento perimetral, fueron objeto de controversia, ya que los ayuntamientos de la zona aseguraron anteayer que sí había habido nuevas víctimas mortales en la zona, once según sus cálculos.

Hospital estabilizado

«Aunque nos quedemos sin el confinamiento perimetral, la situación sigue siendo muy grave y tendremos que seguir en casa, sin relajarnos. Pero vamos por el buen camino », avisaba ayer Castells en su 25ª comparecencia. El cambio en sus accesos supuso una buena noticia. Así como el comunicado del Hospital de Igualada, que asegura que la situación en el centro es «estable» e incluso están «en disposición de ofrecer a otros centros la ayuda» recibida cuando ellos la necesitaron.

Hasta ahora, en la zona se ha intentado luchar contra el virus con anticipación . Los cuatro ayuntamientos confinados se pusieron en la cabeza las palabras que les trasladaron desde Médicos sin Fronteras: «Más vale 100 camas vacías que no 100 enfermos que no sabes dónde poner». Este ha sido su mantra, y por esto han habilitado por su cuenta un hospital de campaña y una residencia medicalizada, que todavía no se ha usado.

Con los deberes hechos, la Conca está a la espera de la ayuda de otras administraciones y, aunque se intenta esquivar toda polémica, se cree que algunas cosas se podrían haber hecho mejor . «Quizás la comunicación del Gobierno y la Generalitat con nuestros ayuntamientos ha sido muy mejorable. A veces he tenido la sensación de tener más información de los alcaldes de Italia con los que estamos en contacto que con responsables de aquí», lamenta a ABC Castells.

Además de la queja por la falta de material, de planes para sus residencias y de tests de detección rápida, las autoridades municipales basan su demanda, ahora, en la crisis laboral que se acomoda en el territorio. Cuando la zona quedó confinada, unos 10.000 empleados pasaron a tener sus derechos laborales vulnerados : sin poder cruzar el control policial, faltaron al trabajo por culpa del coronavirus. Sin embargo, si no estaban infectados o aislados preventivamente no pudieron acogerse a la baja médica. «Algunos han sido despedidos y muchos no han podido cobrar ni una sola prestación», lamentan fuentes sindicales de la zona.

Soluciones laborales

El goteo de casos sigue sin parar : la comarca cerró marzo con unos 550 parados más. Los alcaldes confían en que el próximo Consejo de Ministros incorpore una rectificación para estos casos. «Judicialmente se podría ganar en un futuro pero la gente necesita soluciones ahora porque en seis meses el daño ya estará hecho», incide Castells, que está especialmente preocupado «por el tsunami que vendrá después de este tsunami. Si Gobierno y Generalitat no ponen más medidas para empresas y autónomos, el impacto económico será devastador». Los gobiernos locales, por su parte, han aplazado el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y otras tasas .

Y es que para la zona, el mundo local se ha convertido en su primera vía de ayuda. Allí, los vecinos interpelan a alcaldes por el móvil, por mensajes de Whatsapp o sus redes sociales. Para todos ellos, Castells tiene un mensaje esperanzador: « Tan pronto como sea posible, volveremos a dar gas a la ciudad . Me muero de ganas de potenciar el renacimiento que Igualada se merece y también de devolver a los ciudadanos todo lo que nos han dado con su confinamiento responsable y disciplinado».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación