Verdaguer renace en Vil·la Joana con la Casa de la Literatura
La casa en la que murió el poeta aspira a convertirse en pieza clave de la Barcelona literaria
![Vista exterior de Vil·la Joana](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2017/04/13/180316VilaJoana-kWpC--620x349@abc.jpg)
Ahí está la cama en la que Jacint Verdaguer murió de tuberculosis y el oratorio en el que rezó al final de su vida, pero la intención es huir de la idea de mausoleo y convertir Vil·la Joana, la casa en la que expiró el poeta en 1902, en una de las piezas clave de la Barcelona literaria. Es por eso que el Ayuntamiento de Barcelona ha rehabilitado el caserón ubicado en el parque de Collserola y la abrirá al público como Casa de la Literatura.
En realidad, la casa ya empezó a recibir visitantes en 2016, aunque la campaña electoral impidió una inauguración oficial y fue ayer cuando el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, Jaume Collboni, junto con el director del Museo de Historia de Barcelona, Joan Roca, y varios arquitectos y museógrafos presentaron un proyecto que se ha concebido como foco de actividades académicas.
El centro, explicó Collboni, «ofrece una aproximación a la historia de la literatura y a la literatura en nuestra ciudad» . Una travesía que, siempre bajo la atenta mirada de Verdaguer, conjuga la historia de la propia casa, construida en 1708, con apuntes de literatura universal y reflejos de cómo Barcelona se ha visto representada en la literatura a lo largo de los años . El autor de «Canigó» también cuenta con su propio apartado, dedicado en gran parte a rastrear sus influencias y su repercusión. Todo ello enmarcado en un «patrimonio arquitectónico valioso y singular» en cuya puesta a punto se han invertido cinco millones de euros.
La casa también fue sede de las Escuelas Vil·la Joana, un centro especial, pionero y reconocido en toda Europa, que en 1922 tenía el objetivo de facilitar el acceso a la palabra de los niños con deficiencias auditivas y visuales, entre otros. A partir de 1963, algunas estancias se convirtieron en el primer museo dedicado a Verdaguer, quien se instaló precisamente allí porque estaba relativamente cerca del centro de Barcelona y podía ser visitado por sus amigos. «Cada noche podía ver desde su ventana como se ponía el sol tras las montañas de Montserrat», añadió Oriol Izquierdo.