Diada 2020
La soledad de Rafael Casanova: el coronavirus desluce el día grande del independentismo catalán
Partidos políticos y entidades rinden homenaje al «conseller en cap» de 1714 en la Diada más atípica
Las mascarillas y la distancia ya no son novedad, pero el silencio... Ah, el silencio; nunca un arranque de la Diada había sido tan plácido, silencioso y poco concurrido. Si uno se esforzaba incluso se podría escuchar con algo de nitidez el roce de las cintas ornamentales sobre las coronas de flores y las respiraciones forzadas bajo las mascarillas protocolares. La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, hablaba de una Diada de pequeño formato, pero lo cierto es que el coronavirus ha dejado la jornada bajo mínimos y la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova se ha convertido este viernes en una deslucida sucesión de políticos e instituciones con decorado pero sin público. «No deja de ser una Diada reivindicativa porque seguimos teniendo presos políticos y exiliados. La represión continúa», ha añadido una Budó que, como Torra el jueves, sabe que moverse un milímetro de la baldosa discursiva oficial implica no sale en la foto . Y el independentismo, con manifestaciones masivas o sin ellas, lleva ya un buen puñado de años embobado con su propia foto fija.
El año pasado fue la lluvia la que aguó la fiesta pero incluso así, se pudo escuchar algún que otro grito popular de desaprobación (el célebre «¡traidor!» que resume todas las guerras internas del secesionismo) y alguien tuvo la ocurrencia de pinchar a todo volumen el himno de España desde un balcón cercano , pero este año sólo políticos, instituciones y periodistas se han dejado ver en los alrededores del monumento a Rafael Casanova. Ni espontáneos ni (casi) curiosos. Sólo discursos de partido, tacticismo político y estudiada equidistancia entre la emergencia sanitaria y el monocultivo procesista. Así, el presidente del Parlament, Roger Torrent, ha aprovechado la ofrenda floral de la mesa de la cámara catalana para resaltar, una vez más, que Cataluña está inmersa en una doble crisis: ka derivada de la pandemia de coronavirus y la «democrática» ya que, dicho, «continúa la represión». «Es la tercera Diada consecutiva con presos y con exiliados. Hombres y mujeres demócratas de pura cepa que tendrían que estar en total libertad«, ha dicho Torrent.
Tira y afloja ante los Mossos
Sólo cuando se han retirado las vallas del perímetro y se ha restablecido la circulación se ha producido un incidente entre en hombre que intentaba evitar que otro colocase una bandera española a los pies de la estatua de quien fue 'conseller en Cap' del 11 de septiembre de 1714. Un discreto tira y afloja que los Mossos han zanjado rápidamente.
Mossos, Guardia Urbana, el Ayuntamiento de Barcelona, entidades deportivas como el F. C. Barcelona, partidos políticos salvo el PP, Cs y la CUP… Todos han pasado por el monumento en esta atípica Diada que, a la espera del rumbo que tomen las manifestaciones de esta tarde, deja llamadas a la «solidaridad y cooperación« como la de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau («vienen días difíciles debido a la pandemia que estamos atravesando«, ha dicho) o apelaciones a la frágil unidad independentista. Esto último lo ha intentado la vicepresidenta de JpC, Elsa Artadi, quien ha llamado este viernes al conjunto del independentismo a hacer de esta Diada un »punto de inflexión« a partir del cual abandonar »desencuentros« y »proyectar la unidad desde propuestas concretas«.
El líder del PSC, Miquel Iceta, ha aprovechado para responder a Torra y defender que «el mejor homenaje» a la figura del expresidente catalán Lluís Companys era la aprobación en España de una nueva ley de memoria democrática. «Se ha producido a lo largo del tiempo (...) una reivindicación de la figura del presidente Companys y de la injusticia suprema que constituyó un juicio farsa y su fusilamiento. Todos los homenajes son buenos, pero el gran homenaje será la aprobación de una nueva ley de memoria democrática», ha dicho.