Regreso a las aulas: «Ha sido un reencuentro feliz tras tantos meses de aislamiento»
La escuela privada American School of Barcelona, primer centro de España en inagurar el curso escolar, marcará a los alumnos con pulseras de colores para que los «grupos burbuja» no se mezclen en los espacios comunes
Después de un verano atípico marcado por la pandemia y aún con el mal sabor de boca del abrupto cierre de las escuelas en marzo, los alumnos del colegio privado American School of Barcelona , ubicado en Esplugues de Llobregat (Barcelona), se han reencontrado hoy con las aulas y con sus compañeros de clase a los que tanto han añorado durante meses. Han sido los primeros alumnos en España en experimentar las nuevas condiciones impuestas por la nueva normalidad y, según han explicado a ABC fuentes del centro, «ha sido un reencuentro feliz después de tantos meses marcados por el aislamiento y la pandemia».
Control de temperatura, higiene de manos, y alumnos divididos en «grupos burbuja» para preservarlos de otros grupos de convivencia han sido algunas de las medidas adoptadas. A ellas se sumarán otras con sello propio de la escuela como la de entregar una pulserita de diferentes colores a cada uno de los «grupo burbuja» para tenerlos controlados y que no se mezclen en los espacios compartidos del centro. Los más mayores (alumnos de Secundaria y Bachillerato) en lugar de ir marcados con pulseras se les dará una pequeña banda, como si fuera una acreditación , en la que se definirá e l grupo al que pertenecen. «Las pulseras llegarán mañana a los alumnos. Hoy aún no estaban listas», ha precisado Valentina Pollini, responsable de Comunicación y Relaciones Externas del centro.
Manuel, el portero de la escuela, muy popular entre los alumnos de todas las edades, ha sido testimonio de esa emoción desbordante de los niños. «No paraban de saludarle con una sonrisa de oreja a oreja» , ha indicado la citada portavoz.
«Ha habido menos lloros que en otros años»
Las clases han empezado solo para los más pequeños, 350 alumnos de Educación Infantil y Primaria, mientras que los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y de Bachillerato arrancarán el curso dentro de unos días. Solo algunos padres han podido entrar las instalaciones (los del primer ciclo de Educación Infantil) para dejar a sus pequeños, aunque ese esperado reencuentro ha hecho «que haya habido menos lloros que en otros años», según explican testimonios consultados por este diario.
A todos los alumnos se les ha tomado la temperatura y han tenido que lavarse las manos con gel hidroalcohólico en la entrada, tal como establece el protocolo aprobado hace unos días por las consejerías de Salud y Educación .
No ha hecho falta reducir las ratios porque siempre han sido muy ajustadas en esta escuela ( de 15 alumnos en Infantil y 20 en Primaria ) y el uso de la mascarilla ha sido generalizado para todos los alumnos de estas etapas cuando circulaban en los espacios comunes. Una vez en el aula, al tratarse de grupos burbuja reducidos, el uso de la mascarilla se limita a los profesofes que entran para dar clases. «Ellos solo se relacionan entre ellos. Por eso no tiene sentido que si no se mezclan con otros grupos burbuja lleven mascarilla en el aula», dice Valentina Pollini. Sí será obligado su uso tanto en las instalaciones comunes como en las aulas en todos los alumnos a partir de los 12 años, siguiendo las recomendaciones de la Generalitat.
Programa de enseñanza virtual
A pesar de las medidas y los protocolos, el subdirector del centro, Bill Volchok , ha explicado que los padres de entre 20 y 30 alumnos han optado por no llevar aún a sus hijos al centro y ha detallado que la escuela ha puesto a su disposición un programa de enseñanza virtual.
La excepcionalidad del protocolo y los abundantes medios para llevarlo a cabo -casi una decena de trabajadores atendía a los alumnos que accedían por una de las tres entradas- concuerda con el perfil de las familias del centro, que p agan entre 12.000 y 21.000 euros al año por hijo , informa Efe.
«Confianza» de los padres en el centro
Por lo que respecta a la mayoría de padres que llevan a sus hijos a esta escuela, el sentimiento generalizado ha sido de «confianza». «Tenemos confianza total en las medidas, si no, no vendríamos", afirma Álvaro, uno de los padres.
En los corrillos que se han formado a las puertas del centro los padres han destacado el nivel de organización, la confianza en las medidas tomadas por el centro y la buena comunicación que ha habido desde el principio: «Han hecho todo y más para que las cosas vayan bien» , asegura Íngrid, otra madre.
La American School of Barcelona es una escuela privada internacional en la que cursan sus estudios 890 alumnos de 55 nacionalidades diferentes, el 30 por ciento de ellos españoles.
Noticias relacionadas