Intervención pionera en España
Primer trasplante pulmonar con donante en parada cardíaca controlada a un paciente menor de dos años
El pequeño Lleïr, que ya hace vida normal, sufría una cardiopatía congénita incompatible con la vida
![El pequeño Lleïr junto a sus padres en los jardines del Hospital Vall d'Hebron](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/08/31/LLEIR-U30744148996lxH--1248x698@abc.jpg)
Se aferraba a la vida con un solo pulmón funcionando (el derecho) y un corazón maltrecho. Pese a sufrir una cardiopatía congénita irreversible que le ofrecía como única tabla de salvación un trasplante pulmonar , el pequeño Lleïr, que en pocos meses cumplirá tres años, no ha dejado ni un instante de corretear de un lado para otro. Desgraciadamente, y aunque por fuera apenas se percibía, sus pilas se estaban agotando. «Le quedaba poco tiempo, por desgracia», indica en declaraciones a ABC el doctor Alberto Jáuregui , jefe del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, centro en el que la pasada primavera le trasplantaron los dos pulmones de un donante de su misma edad y le repararon el corazón.
Se trata del primer trasplante pulmonar pediátrico en un bebé de menos de 24 meses de donante en paro cardíaco controlado (asistolia controlada). Este procedimiento se realiza en pacientes sin esperanza de vida que están a la espera de que se les retire el apoyo vital. En esta situación, los órganos están mejor preservados que en el caso de muerte encefálica u otro tipo de asistolia como la no controlada.
La intervención, que se realizó en el centro barcelonés, concluyó con éxito y, tras un mes de postoperatorio en la UCI, el paciente ya vuelve a corretear por su casa. Hoy, ante los medios, durante la presentación de la operación, Lleïr no ha dado un respiro a sus padres. «Me encanta verle así», dice Laia, la progenitora, orgullosa de su 'pequeño torbellino'. Explica a este medio que «por suerte, nunca le vimos mal porque no tuvo síntomas y eso nos evitó mucho sufrimiento». Ella y su marido Gerard, que viven en Berga (Barcelona), están encajando aún el increíble regalo que les ha ofrecido la vida.
El pequeño Lleïr nació hace poco más de dos años sin aparentes problemas de salud. Fue en uno de los controles médicos rutinarios cuando un ecocardiograma le marcó una trayectoria vital diferente a la del resto de niños de su edad, según explican los padres a este diario. Le diagnosticaron hipertensión pulmonar y le colocaron un stent. Pese a la enfermedad, su día a día no cambió demasiado. « Sabíamos que nuestro hijo tenía ese problema pero por suerte nunca tuvo síntomas. Siempre fue un niño activo con mucha energía», dije Laia. Fue ahora hace un año, en pleno confinamiento, cuando los médicos informaron a la familia de que la salida para su pequeño era someterlo a un trasplante pulmonar.
«No tienes más opción que sobreponerte»
« Nos asustamos mucho , como cualquier familia al hablarles de trasplante, aunque siempre supimos que estaba en buenas manos. La noticia, obviamente nos afectó pero no tiwnwa más opción que sobreponerte», explica la madre. Un equipo de especialistas del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona consiguieron la pasada primavera para Lleïr los dos pulmones que requería para seguir viviendo.
Cirujanos del equipo de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del centro barcelonés extrajeron los pulmones en parada cardiaca controlada (asistolia controlada) a un donante de 24 meses sin esperanza de vida que estaba a la espera de que se le retirara el soporte vital y los trasplantaron a Lleïr en una delicada intervención que se prolongó durante casi ocho horas en la que, además, le reconstruyeron su delicado corazón.
La técnica que se emplea para la extracción es la misma que en pacientes adultos, a pesar de que en pacientes pediátricos es un procedimiento muy poco habitual en Europa . «La principal razón es que la estructura y los tejidos de los pulmones de un bebé no son los mismos que los de un adulto, tampoco la resistencia a la isquemia, fase que pasa entre el momento en que se interrumpe la circulación del órgano hasta que se restituye nuevamente en el cuerpo del receptor, cosa que complica el procedimiento», precisa el doctor Jáuregui .
El especialista destaca también las ventajas de trabajar en asistolia controlada. «Los órganos están mejor preservados que en el caso de muerte encefálica u otros tipos de asistolia como la no controlada, cuando la parada cardiorrespiratoria tiene lugar fuera de un centro hospitalario después de no superar la aplicación de maniobras de reanimación cardiopulmonar», precisa.
La doctora Laura Romero , del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron, añade que «en asistolia controlada, el donante se traslada a quirófano, se le retira el soporte vital y se espera que el corazón deje de latir». Una vez se extrajeron los pulmones al donante, se certificó su idoneidad y, una vez confirmada, empezó la intervención. «Se tarda aproximadamente entre tres y cuatro horas en saber si los órganos son válidos », aclara Romero. «Lo que vino después se realizó de forma urgente. En estos momentos el tiempo es de vital importancia», añade Romero. Una vez obtenidos los pulmones, los trasladaron desde el centro en el que se extrajeron al Vall d'Hebron, donde el receptor ya esperaba en el quirófano.
En la intervención, participó un equipo multidisciplinar formado por profesionales de cirugía torácica, cirugía cardíaca pediátrica, anestesiología, el equipo de la UCI pediátrica que posibilitó el soporte con oxigenación extracorpórea en el quirófano, enfermería de anestesiología, coordinadora de enfermería de trasplante, enfermería perfusionista, enfermería quirúrgica, auxiliares y celadoras y celadores.
Le repararon también el corazón
«El injerto era perfecto, se había hecho la extracción en quirófano y los pulmones llegaban en un estado óptimo«, dice Romero, que fue la cirujana que realizó el trasplante, junto con la doctora Leire Sánchez , del mismo servicio. «Más compleja fue la segunda intervención del proceso, es decir, el trasplante, porque el bebé receptor tiene una cardiopatía congénita y para poder realizar el trasplante de ambos pulmones fue necesario remodelar el corazón con la colaboración del equipo de cirugía cardíaca pediátrica» detalla Romero.
El doctor Jáuregui destaca a ABC « la importante puerta que abre la realización de este tipo de intervenciones en pacientes pediátricos». «En la población infantil es mucho más infrecuente que en población adulta necesitar trasplantes de pulmón. Sin embargo, hay niños y niñas que están en lista de espera y los donantes son muy escasos . Por eso es importante poder ampliar las opciones de donantes a través, por ejemplo, de este procedimiento de asistolia controlada», concluye.
Mientras los especialistas del Vall d'Hebron brindan a los medios los detalles de la intervención, el pequeño Lleïr acapara la atención de todos corriendo entre los pasillos. Ya lleva una vida normal con los dos pulmones nuevos. «Sigue a tope. Le han dado pilas para toda su vida», dice la madre sonriendo. Tanto ella como su marido saben que su pequeño deberá medicarse de por vida y extremar algunas medidas como la higiene. Pese a todo, no caben de alegría viendo a su hijo saborear su nueva vida extra.