Omella: «Desgraciadamente, prima el bien de unos pocos»

El arzobispo de Barcelona critica el «individualismo feroz» y reclama a políticos, iglesia y sociedad que trabajen juntos por el «bien común»

El arzobispo, en una entrevista reciente con ABC INÉS BAUCELLS

ABC.ES

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella , critica el «individualismo feroz» imperante en la sociedad y lamenta que, «desgraciadamente, en la actualidad prima el bien de unos pocos» por encima del bien común y hace un llamamiento a políticos, iglesia y sociedad para trabajar juntos por el bien común.

En su carta dominical que publica hoy su archidiócesis, que precisamente lleva el título de «El bien común», Omella defiende que el bien común es «un principio que se deriva de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas». «Sin embargo, llama la atención constatar cómo se ha instalado hasta adquirir carta de naturaleza un individualismo al que no dudo en calificar de feroz. Sus manifestaciones están en la mente de todos : cada uno va a lo suyo, la cercanía del otro está absolutamente ausente», asegura el obispo.

En este sentido, Omella recuerda que la Iglesia define el bien común como «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección» y para él «el bien común pretende el bien de todos los hombres y de todo el hombre . Ahí está la verdadera clave de que el bien común sea en la doctrina social de la Iglesia el ‘tema estrella’, con palabras coloquiales de nuestro tiempo», comenta.

«Desgraciadamente, –lamenta– hay que insistir en que en la actualidad lo que prima no es el bien de todos rectamente entendido: prima el bien particular o, para ser más exacto, el bien de unos pocos», asegura en su carta. Como ya hizo el papa Francisco, Omella alerta de que «sin el bien común como fin último se corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza », según recogió Efe.

«Orientar esfuerzos»

En su carta, el arzobispo también parafrasea a Juan XXIII al recordar que éste defendía que «todos los miembros de la comunidad deben participar en el bien común por razón de su propia naturaleza, aunque en grados diversos» y que «los gobernantes han de orientar sus esfuerzos a que el bien común redunde en provecho de todos, sin preferencia alguna por persona o grupo social determinado, poniendo especial cuidado en los más débiles».

«Aplicado al momento que estamos viviendo, en el que la tasa de pobreza en Cataluña supera el 20% de su población, es importante que gobernantes y gobernados revisemos nuestro camino y que trabajemos juntos administraciones, Iglesia y sociedad en la consecución del bien común», concluye Omella.

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