La Fiscalía retira la petición de cárcel para el fotógrafo de 'El País' acusado de empujar a un policía
Albert García niega cualquier agresión a un uniformado mientras cubría los disturbios tras la condena del 1-O, y subraya que fue el agente quien le «golpeó sin mediar palabra»
La fiscal ha retirado su petición de nueve meses de cárcel para el fotógrafo de 'El País' Albert García , al que acusaba de atentado contra la autoridad por un supuesto empujón a un agente de la Policía Nacional cuando cubría los disturbios por la condena del 1-O . El Ministerio público reclama ahora al reportero una multa de 4.800 euros por presunta resistencia.
Durante la vista oral, en el Juzgado de lo penal 8 de Barcelona , este miércoles, García ha defendido su inocencia en lo ocurrido el 18 de octubre de 2019, en los alrededores de la plaza Urquinaona de Barcelona. Según el fotógrafo, un policía le comunicó que estaba detenido y pidió ayuda a un compañero para practicar el arresto, en un momento en que en la zona ya no había altercados.
« En ningún momento opongo resistencia . Siento miedo y no entiendo nada y quiero proteger mi equipo [de fotografía]», ha alegado García, que ha acusado a varios uniformados de incurrir en falso testimonio con su declaración. Entre otros detalles, ha rechazado que él hiciese peso muerto con su cuerpo para impedir su traslado una vez arrestado.
«Les digo que me hacen daño y que así no podía caminar, el suelo estaba lleno de piedras, me ahogaba con la máscara», ha señalado el reportero, que también ha desmentido a los agentes que han indicado que el único periodista que no hizo caso a sus indicaciones para apartarse fue él.
García niega cualquier agresión
Ha sido tras oír la declaración del acusado, de los testigos y de varios agentes, cuando la fiscal ha retirado su petición de cárcel al considerar que no se ha podido acreditar que hubiera cometido un delito de atentado contra la autoridad, si bien ha solicitado que se le imponga una multa por resistencia. Un extremo que también ha negado García.
La Fiscalía llegó a pedir para el fotógrafo hasta un año y medio de cárcel por dos delitos de atentado contra la autoridad por golpear a dos policías que le detuvieron, aunque la Audiencia de Barcelona archivó uno de ellos antes de la vista.
El fotoperiodista, que en el juicio ha contestado a las preguntas de la Fiscalía y de su defensa, ha aseverado que en ningún momento «golpeó» al agente, sino que fue el policía quien lo agredió cuando fotografiaba una actuación que consideraba desproporcionada: « Al contrario, me golpearon a mí », ha subrayado.
Los hechos sucedieron poco después de las 22.30 horas de aquel 18 de octubre, cuando salió del balcón de un piso en el que había pasado la tarde fotografiando los altercados y se dirigió a la plaza Urquinaona.
De acuerdo con su relato, desde allí, a una «distancia muy prudencial» y junto a otros compañeros de prensa, se dispuso a fotografiar una actuación policial contra un joven que, a su juicio, se estaba llevando a cabo «sin ningún tipo de protocolo», y fue entonces cuando un agente se habría interpuesto delante de su objetivo para «ocultar lo que pudiera fotografiar».
«Lo intenté esquivar, pero me iba tapando constantemente para que no pudiera fotografiar lo que estaba sucediendo. Fue todo muy rápido: sin que me dijera nada, me dio un empujón y me fui para atrás», ha detallado García durante la vista.
García ha indicado que el policía lo empujó pese a que iba acreditado con el brazalete de prensa , por lo que le pidió «explicaciones», lo que propició que el uniformado pidiera a sus compañeros que lo arrestasen.
«Me propinó un empujón»
Por su parte, el agente de Policía Nacional ha afirmado que, en la fecha del supuesto incidente, se estaba pidiendo a la prensa que se apartara cuando se topó con García: «Me propinó un empujón y forcejeamos».
Según el policía, el fotoperiodista «hizo caso omiso» a sus «indicaciones» por lo que, tras el forcejeo -en el que se habría lesionado un dedo- pidió a otros efectivos que lo detuvieran.
Al salir del juicio, García ha remarcado que los policías «han mentido en sus declaraciones» y su abogada, Marisa Díaz, les ha reprochado que «crearan una base documental» para justificar una detención «que no tiene ningún sentido».
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