Las excusas más surrealistas oídas por los Mossos en el estado de alarma: de pasear la cabra a 'servicios sexuales'
Entre las más repetidas, ir a la segunda residencia donde se había producido algún tipo de accidente doméstico o fuga que, casulamente, iba toda la familia a reparar de manera conjunta
Salir de casa para comprobar si, efectivamente, sancionaban por incumplir el confinamiento comarcal o dar vueltas en el coche en mitad de la noche porque esa era la única forma para conseguir dormir a su hijo. Estas fueron algunas de las excusas y respuestas inverosímiles que escucharon los Mossos d'Esquadra durante el estado de alarma por parte de quienes incumplían las restricciones de movilidad.
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Entre las más repetidas, tal y como ha difundido la policía catalana a través de sus redes sociales, se encontraba la de ir a la segunda residencia para reparar una supuesta fuga o algún tipo de incidente doméstico. Casualmente, esas visitas a la costa o la montaña se hacían en familia y con el coche lleno.
Paseo con periquito
Durante el periodo de confinamiento, en el que se estaba permitido sacar al perro a pasear, los Mossos notificaron también la presencia de personas en la vía pública con animales de todo pelaje. Desde periquitos hasta cerdos vietnamitas, todo se sacaba a pasear. Un señor de Palafrugell (Gerona) incluso salió a tomar el aire en compañía de una cabra .
La pila del reloj
En esos mismos días, los agentes también sancionaron a una persona de Manresa (Barcelona) que se estaba desplazando hasta Castellgalí con el pretexto de cambiar la pila del reloj, ya que este era el único «en el que confiaba para que le diera la hora exacta». También durante el momento en que las medidas se mostraban más severas, un hombre de Figueres (Gerona) se saltó el confinamiento para llevar a cabo un « servicio sexual a domicilio », puesto que, según él, «era un bien esencial». En Barberà del Vallès (Barcelona), la policía se topó con un señor que alegaba que hacía semanas que no se pesaba y que se estaba desplazando hasta el lugar de trabajo donde tenía una báscula.
«Alimentarse era un motivo esencial para vivir»
En el mes de abril, los agentes pararon a un hombre en la localidad gerundense de Salt que declaraba necesitar ir a la casa de su hermano porque « no sabía cocinar » y «alimentarse era un motivo esencial para vivir». Al final, como los agentes no dieron credibilidad a la respuesta, decidió volver a su domicilio y recoger un «cojín para el dolor de espalda» que se le había «olvidado».
Recogida de espárragos
Durante este mismo mes, fueron denunciados los propietarios de dos bares de Vilanova del Camí (Barcelona), ya que encontraron al primero de los dos, que sí había cerrado su local atendiendo a las restricciones sanitarias, consumiendo en el bar del segundo denunciado, que no lo había cerrado. Otro de los casos que acabó en denuncia fue el de un supuesto dentista que se desplazaba entre Verges y Torroella de Montgrí (Gerona), alegando que la tela que llevaba en el maletero de su vehículo era para la confección de mascarillas. Al final, resultaba que el hombre había ido a recoger espárragos y los escondía liados en el interior del manto.