Crónicas pandémicas
El doble encierro del «runner»
El confinamiento genera situaciones de ansiedad en personas acostumbradas a realizar ejercicio físico al aire libre
Varios estudios aseguran que el aislamiento prolongado no voluntario en casa puede generar ansiedad y depresión. Algo que puede multiplicarse exponencialmente si la persona confinada está acostumbrada a correr todos los días, como Montse Mingo , que el fin de semana anterior al estado de alarma corrió la maratón de Sevilla o Raúl Romero que el había cubierto los 164 kilómetros de la ultramaratón de Málaga en 27 horas. «Estar privados de libertad puede favorecer la aparición de secuelas físicas y mentales pero la existencia de patrones de pensamiento rígidos y conductas repetitivas que generan una marcada rutina planificada favorece el desarrollo de trastornos ansiosos y depresivos porque se genera una imagen del mundo que dificulta la adaptación a la situación de aislamiento y posteriormente dificulta la inserción social», confirma a ABC la prestigiosa psicóloga Silvia Rodríguez Bautista .
Montse y Raúl pertenecen al «Barcelona Trail Runners» , un grupo de 200 corredores y atletas que estas últimas semanas se han visto afectados por las medidas de confinamiento impuestas por el Gobierno. «Antes subía y bajaba las escaleras del edificio pero los vecinos se quejaron y ahora hago mucha gimnasia en casa. El pasado domingo hice dos kilómetros andando por casa », explica Mingo, que asegura sentirse «como en una celda». Yañade que «cada día voy andando al trabajo, que está a cinco kilómetros de casa, no cojo el ascensor...».
Afectada también se muestra Ana Olivar , una veterinaria que asegura que «el otro día soñé que estaba haciendo la Olla de Nuria, una vuelta circular de unos 21 kilómetros al Valle de Nuria, en el Ripollés, y que corría como un rebeco». Pero si alguien es un ejemplo de ansiedad por la obligación a estar recluido en casa, ese es Raúl Romero, que cada día se pone el atuendo que usa para correr y se sirve de un pasillo de cuatro metros que hay en su casa para devorar kilómetros. «El otro día hice 11 kilómetros de cuatro pasos en cuatro pasos . Soy como un hámster en en la rueda de una jaula». Hasta que los vecinos le llamaron la atención se entretenía subiendo y bajando las escaleras del bloque: «Hay 135 escalones hasta el sexto y las subía y bajaba 16 o 17 veces» . «Todo esto no es mentalmente sano pero necesitas hacer algo», se justifica. Y lamenta: «Iría al trabajo corriendo pero me pueden multar».
La psicóloga madrileña Rodríguez Bautista concluye advirtiendo que «estamos generando o fomentando una enfermedad como la ansiedad para tratar de paliar otra enfermedad como el coronavirus». Y recuerda lo que está sucediendo en otros paises: «El Ministerio Francés de Deportes permite que se salga a correr veinte minutos a la calle a un máximo de dos kilómetros del domicilio». Roxana Maracineanu , que dirige este Ministario galo defiende que «se trata de no alejarse de casa, la regla es la contención para todos pero ¡es posible correr un poco para su equilibrio, pero no 10 kilómetros!». Incluso las medidas de confinamiento del Gobierno belga contemplan «la ctividad física al aire libre», que «está autorizada, incluso recomendada».
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