Detenido en Tarragona por adoctrinamiento yihadista tras jurar lealtad al Daesh

Había ocupado una casa en la localidad de Vespella de Gaia, en Tarragona. Una vivienda apartada para evitar ser descubierto. Fue su enésimo cambio de domicilio, tras llegar a España desde Marruecos hace más de una década. El hombre, de 38 años, se definía como muyahidín ; quien ejerce la yihad . Es decir, un combatiente islámico fundamentalista, pero en realidad su papel era el de adoctrinar a otros, a quienes instaba a decapitar «infieles»: occidentales.

Una operación de la Policía Nacional y de los Mossos d'Esquadra se saldó con su detención este lunes y hoy, tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, ha ingresado en prisión provisional. Fue el pasado febrero, cuando el Ejército estadounidense mató en Siria al líder de Daesh Abu Ibrahim Al Hashimi Al Quraishi , cuando el individuo aceleró su actividad de propaganda y adoctrinamiento, llamando a cometer acciones violentas contra Occidente.

Según han explicado fuentes policiales a ABC, las labores de adoctrinamiento las hacía tanto en redes sociales como por teléfono y en persona. De hecho, este último plano ha sido el foco de la investigación. «Tenía su grupo de afines, gente con la que se relacionaba y, dentro de estas relaciones, intentaba llevar a cabo esa captación », indican los mismos interlocutores.

Ponía el foco -como todos los captadores- en personas vulnerables o en aquellos que pudieran tener postulados afines a los suyos. «Lanzaba mensajes de afinidad a la organización terrorista, de cómo hay que comportarse, y cada vez era más beligerante», explican los investigadores.

Aunque el individuo había jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico, no mantenía contacto con ningún combatiente, ni con nadie que se pueda asociar a la estructura central del Daesh . Se había adscrito a sus postulados y los había asumido como suyos.

Ahora la investigación continúa para determinar si alguna de las personas que tuvo contacto con el detenido está en fase de radicalización tras el adoctrinamiento , aunque la Policía no ha detectado ninguna señal que apunte a la preparación de un ataque o atentado.