Detenido otra vez con manuales de explosivos el yihadista que quería ser el mejor francotirador de Daesh
Una mochila suya, localizada en la taquilla de un centro comercial, contenía además propaganda de Estado Islámico, un arma blanca y unos nunchacos
Se trata de la segunda vez que es arrestado en Madrid, la primera en Las Rozas en diciembre de 2020
Había sido detenido en diciembre 2020 en Las Rozas (Madrid) por autoadoctrinamiento y enaltecimiento terrorista -quería prepararse para convertirse en el mejor francotirador de Daesh- y salió de prisión un año después, en enero de 2021, tras cumplirse el periodo máximo de prisión preventiva. Muy radicalizado, desde que volvió a la calle este español de 38 años retomó sus actividades yihadistas; el pasado miércoles volvió a ser detenido en la capital por agentes de la Comisaría General de Información y desde ayer está en prisión. Lo más inquietante es que esta vez no solo se le intervino propaganda de Daesh; también tenía unos apuntes para la fabricación de explosivos, unos nunchacos y un arma blanca. Por tanto, podía actuar en cualquier momento .
Gracias a la colaboración ciudadana, en marzo pasado fue encontrada una mochila sospechosa, que se encontraba en el interior de una taquilla de un centro comercial . Un ciudadano informó a los vigilantes del establecimiento del hallazgo, quienes de inmediato pusieron los hechos en conocimiento de la Policía.
La mochila contenía numeroso material a favor de Daesh, anotaciones sobre la fabricación de artefactos explosivos e incendiarios, así como diversos dispositivos electrónicos, un arma blanca y unos nunchacos. Los agentes, tras realizar la oportuna investigación, pudieron acreditar que la mochila pertenecía a un viejo conocido: un tipo al que ya habían detenido en Madrid por yihadismo.
La Policía ya tenía bajo la lupa este individuo debido a su alto grado de radicalización. Los expertos en la lucha contra el terrorismo detectaron que el investigado continuaba alineado con los postulados de Daesh y defendía los preceptos más radicales del yihadismo. En diciembre de 2020 fue detenido por la Policía Nacional por difundir a través de Internet material de contenido yihadista. En sus múltiples comentarios en redes sociales ensalzaba la figura de los combatientes yihadistas , llegando a expresar su deseo de viajar a Siria, concretamente a la ciudad de Idlib, para incorporarse al combate y convertirse en el mejor francotirador de Estado Islámico.
Con todos los datos sobre la mesa, los responsables de Información de la Policía decidieron actuar de inmediato porque era evidente que este individuo suponía una amenaza para la seguridad y podía actuar en cualquier momento. Los agentes procedieron el pasado miércoles a su detención en una vivienda en la que estaba de okupa , neutralizando así el peligro. El detenido fue puesto a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, cuyo titular decretó su ingreso en prisión de nuevo, ya que hace dos años ya fue este mismo magistrado el que lo envió a prisión. También entonces vivía de okupa, en una nave de Las Rozas.
El sospechoso, que ya tenía antecedentes policiales por usurpación de funciones, comenzó a radicalizarse porque le daba pena la situación en Siria . A partir de ahí aprendió a rezar -no se le había visto ir a una mezquita al menos hasta su primera detención-, algo de árabe e hizo girar toda su vida alrededor de la ideología yihadista. No tenía más ingresos que un subsidio de unos 300 euros y además antes de ese primer arresro había pedido la Renta Mínima Vital.
No tenía familia, ni un círculo de amigos estable; es más, con quien más se relacionaba en 2020 era con algunos grafiteros que entraban en la nave en la que fue detenido entonces, según constataron las vigilancias a las que fue sometido a lo largo de meses. Precisamente esa ausencia de un círculo cercano hacía que nadie le pudiese poner límites, lo que unido a la proximidad de las fiestas navideñas, proclives a la actuación de yihadistas, y su deseo de ser un «mártir», motivó la decisión de la Policía de detenerlo entonces. «Su perfil es el de un actor solitario, extremadamente peligroso» , explican las fuentes consultadas.
Y hace dos años se comprobó su avanzado estado de radicalización a través de una intensa actividad en las redes sociales, en las que visualizaba y publicaba de forma casi compulsiva contenidos de enaltecimiento a Daesh. Los agentes pudieron constatar, además, cómo entre los contactos de sus perfiles sociales figuraban combatientes yihadistas situados en zona de conflicto. Así, y de forma habitual, realizó comentarios alabando a los muyahidines y justificando atentados como la decapitación de un profesor francés en octubre de 2020 o los atentados de la sala Bataclán de París. Su actividad en internet la hacía con un teléfono móvil un tanto anticuado -no disponía de ordenador- y era asiduo a locutorios.
Consciente de su actividad terrorista, en aquella época adoptaba diferentes medidas de seguridad para evitar ser detectado, como cambios constantes del lugar de pernoctación, ocupando locales deshabitados que le permitieran disponer de un control total del exterior. «No es un perturbado -dicen las fuentes consultadas por ABC-; su discurso es estructurado, cuenta lo que quiere y oculta lo que le interesa . Por ejemplo, justifica los ataques en que nosotros, nuestra sociedad, lo ha hecho antes. Es verdad que no se le han intervenido ni armas ni precusores, pero para sembrar el terror no hace falta nada de eso«. Además, a las mismas fuentes le llamó la atención la edad de este individuo, bastante mayor para la media de los que sufren un proceso de radicalización.
La Policía obtuvo la información sobre el hallazgo de la mochila a través del Proyecto Red Azul integrado en el Plan Integral de Colaboración con el Sector de la Seguridad Privada , coordinándose posteriormente en la realización de las gestiones investigativas oportunas. Esta operación, según Interior, plasma la eficaz «alianza de seguridades» entre la Seguridad Privada y la Policía Nacional.
La operación, llevada a cabo por agentes de la Comisaría General de Información en colaboración con la Brigada Provincial de Información de Madrid, ha sido coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
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