Los agentes económicos se organizan para pedir la ampliación del Aeropuerto de El Prat

La propuesta de Aena ha sido ya rechazada por el Ayuntamiento de Barcelona, el de Gavà, Castelldefels, El Prat de Llobregat y la Generalitat

Varias personas transitan por la terminal 1 del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona El Prat EFE/Alejandro García

Daniel Muñoz

Más de una treintena de agentes económicos convocan un acto reivindicativo en la ESADE de cara al próximo 2 de junio para pedir a las instituciones públicas catalanas que lleguen a un acuerdo para la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Entre estos, se encuentran entidades como Fomento del Trabajo, la Cámara de Barcelona, el Mobile World Capital, la ESADE o el RACC.

Una ampliación que prevé la construcción de una nueva terminal satélite y ampliación de 500 metros de una de las pistas paralelas del aeropuerto barcelonés. Este proyecto, recogido en el Plan Barcelona, supondrá una inversión de 1.700 millones de euros en el periodo 2022-2026 por parte de Aena. Permitiendo, de esta manera, poder ampliar la capacidad del recinto hasta los 70 millones de pasajeros al año y consolidarlo como un « hub internacional ».

Argumentos que de nada sirvieron para evitar que el Ayuntamiento de Barcelona rechazara la aprobación del proyecto. Comunes y PSC, socios en el consistorio, acabaron votando diferente, puesto que los de Ada Colau y ERC se posicionaron a favor del 'no' , mientras que PSC, PP y Ciudadanos dieron su voto positivo.

«Diremos siempre sí a la inversión, pero no a propuestas del siglo XX que no tienen futuro», explicó durante el pleno la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sánchez, de Barcelona en Comú. Sánchez, que instó a AENA a mantener de igual manera la inversión en la capital catalana, explicó que es antiguo hacer escoger a la ciudadanía entre economía y ecología, haciendo referencia a la contaminación generada por el tráfico aéreo.

Por su parte, el 'sí' del PSC fue rotundo al afirmar la edil socialista, Laia Bonet, que «está en juego una inversión de 1.700 millones de euros y 16.000 empleos ». La concejal también recordó que «a América, África y Asia no se llega en tren» y que no es necesario elegir entre ferrocarril o avión puesto que son « complementarios », en respuesta a la decisión del equipo de gobierno de Colau que hace unos meses anunció que no utilizaría el avión para realizar desplazamientos cortos.

A la negativa del Ayuntamiento de Barcelona, se suman las de los consistorios de Gavà, El Prat del Llobregat, Castelldefels y de la Generalitat. El 14 de abril, el consejero de Empresa y Conocimiento en el Govern, Ramon Tremosa, ya dejó clara su postura argumentando que la ampliación no es ahora « una cuestión urgente » como sí lo era antes de la pandemia. De igual manera lo sostenía el pasado año el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, aludiendo a que la prolongación de la tercera pista « afectaría a zonas protegidas » como lo es el Delta del Llobregat.

Una situación de difícil encaje y en la que se va agotando el tiempo . Tal y como ha explicado el consejero delegado de Aena, Maurici Lucena, septiembre es la fecha límite para tomar una decisión, puesto que es en esa fecha cuando tiene previsto presentar el plan de inversiones de Aena para los próximos cinco años ante el Consejo de Ministros. De no haber alcanzado acuerdo para entonces, la empresa aérea retiraría la inversión planificada en el aeropuerto.

En el acto convocado en la ESADE el próximo 2 de junio intervendrán el catedrático de Economía y ex-consejero del Govern, Andreu Mas-Colell , y el presidente del Consejo Asesor de Infraestructuras, Paco Gutiérrez.

Catorce años de una de las movilizaciones más multitudinarias en favor del aeropuerto

Ya en 2007 se dieron cita en el IESE más de 130 entidades de la sociedad civil catalana exigiendo que El Prat fuera un «aeropuerto de primera», lo que suponía un acto sin precedentes en Cataluña hasta la fecha. Asistieron más de 800 personas y medio centenar de instituciones. Tal y como explicó el catedrático de económia aplicada de la UB, Germà Bel, no se trataba de «tener un aeropuerto hub», sino de disponer de una plataforma de vuelos intercontinentales.

Este acto se entablaba dentro del contexto de la futura ampliación de la terminal C del aeropuerto, que acabó siendo reformada en el año 2008, y de la construcción de la Terminal 1 y una nueva torre de control que «se traduciría no solo en beneficios para Barcelona, sino también para España y Europa», tal como explicó el profesor del IESE, Pedro Nueno.

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