ARDE CASTILLA Y LEÓN

«Nunca se habían visto incendios tan continuos y con estos comportamientos»

La Junta achaca la extremadamente rápida expansión de los fuegos a la sequía, la acumulación de biomasa en los montes y las sucesivas olas de calor

Incendio en la provincia de Zamora en el término de Litos ICAL

M. Gajate y Míriam Antolín

VALLADOLID

Esto es lo peor que puede sucedernos en situaciones de este tipo». Con estas palabras se refería el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, al fallecimiento de un brigadista de 62 años y de un pastor de 69 que se encontraba en una tenada por el incendio forestal desatado en Losacio (Zamora). «Lo lamentamos enormemente», aseguró antes de dar el pésame a familiares, amigos y los compañeros que siguen «al frente» de un fuego que ha marcado el récord de expansión al arrasar unas 10.000 hectáreas desde su inicio -a comienzos de la tarde de ayer y la noche-. Y es que un veterano como Arranz -lleva en la gestión de fuegos forestales desde la década de los ochenta- «nunca había visto comportamientos como los de estos incendios». «No he vivido una situación como la de estos días», relató, «tan continuo», con días como el de ayer en el que llegaron a estar activos 35 fuegos, cuatro en nivel 2 y otros seis en nivel, otros 10 controlados y otra decena que se pueden considerrar ya extinguidos.

La respuesta a por qué estos grandes incendios está no «solo en las condiciones meteorológicas actuales», que tampoco han sido las mejores para la extinción de las llamas (rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora), sino también a todo lo que se «arrastra» de antes, manifestó en una rueda de balance de los incendios que asolan la Comunidad el jefe de servicio de Gestión Forestal, Javier Ezquerra.

La ausencia de precipitaciones en primavera hace que la vegetación tenga menos humedad en el periodo estival y, por tanto, arda con mayor rapidez en caso de que salte cualquier chispa. Tampoco ayudan las dos olas de calor registradas en lo que va de verano con una anomalía térmica «diez grados» superior a la habitual. Pero, además, tiene que ver también con el modelo existente en la Comunidad. Hay 2,5 millones de hectáreas de bosque particular y algunas de ellas están abandonadas, mientras que la inmensa mayoría de los de utilidad pública están «aprovechados, certificados y tienen una gestión forestal sostenible», defendió Arranz. Es precisamente ese abandono el que hace que se «acumule biomasa», que, junto al resto de factores, hacen que se estén dando incendios feroces como no se habían visto y especiales dificultades para su extinción, como el de Losacio, en Zamora, que se ha cobrado dos víctimas mortales y en cuya cabecera ha sido «imposible» intervenir».

Provocados

Muchos de ellos han sido provocados por rayos, reconoció el director general, pero sigue habiendo fuegos provocados, como el de Cebreros (Ávila), que continuaba ayer en nivel 1, y habría sido originado por una colilla mal apagada o los de Ferreruela de Arriba y Roeles de Sayago, que son «presuntamente intencionados» en una «época y momentos críticos» y en una provincia muy castigada por los incendios en el último mes -otro fuego a finales de junio en la Sierra de la Culebra arrasó unas 25.000 hectáreas-. «La Junta llegará hasta el final de las personaciones en todos estos casos», concluyó.

A las puertas de las distintas delegaciones territoriales de la Junta se guardaron ayer tres minutos de silencio en memoria del brigadista fallecido, bajo la convocatoria de UGT y CCOO, que criticaron las condiciones «lamentables» en las que trabaja el operativo. Más allá de su eterno reclamo de que los medios estén activos «todo el año», pidieron que se siga la estela de «otras comunidades» y se reconozca la categoría de bombero forestal, «de manera que a aquellos que se manda a apagar los incendios en Castilla y León no son bomberos forestales, son gente sin formación específica, ya que son mangueristas, conductores o escuchas».

Apoyados por decenas de personas en las convocatorias, a las que se sumaron también representantes de la Junta, los sindicatos insistieron en «un cambio de modelo» y de manera «urgente». Para ello, UGT reivindicó una comisión de investigación y que se «regenere» la política de incendios y CCOO, que la reunión del Diálogo Social con la Consejería para retomar los acuerdos pendientes de llevar a cabo en este ámbito «sirva de base para cambiar el modelo de la lucha contra los incendios».

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