Nuevas energías: residuos que no tienen desperdicio
EMPRESAS
Los ingenieros industriales reclaman cambios legales para poder aprovechar el potencial de la producción de biometano, en la que Castilla y León es líder y tiene capacidad para «autoabastecerse» en la demanda de gas e incluso exportar
España no levanta el pie del acelerador en su viaje de reinvención de la energía

Restos de podas, paja, broza, excrementos animales, purines, hojas de puerros o zanahorias… Lo que a priori se ve únicamente como basura de la que deshacerse puede tener aún mucha vida y nutrir a la red en forma de biometano. Una energía por la ... que los ingenieros industriales de Castilla y León apuestan y piden a las administraciones que lo hagan con ellos con el objetivo de «reducir la dependencia energética, abaratar el abastecimiento y dinamizar la economía en el medio rural».
Y es que Castilla y León es una «potencia» nata, destacan en su llamada. Es la que «mayor potencial de crecimiento en la generación de gas metano» tiene en España gracias a su gran extensión de terreno -la autonomía más grande, con más de 94.000 kilómetros cuadrados- e importancia del sector agrario, ganadero y agroindustrial. «Tenemos gran cantidad de materia natural», destaca el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Burgos-Palencia, Ignacio Velázquez, uno de los tres colegios que hacen la llamada a favor del biometano. Reclaman «un impulso decidido» a favor de esta «energía renovable» en la que los ingenieros industriales de la Comunidad ven también una «apuesta por el futuro, por la descarbonización».
Y con ese potencial que atisban claro, ¿qué falta para que se haga realidad? Una legislación que permita pasar del «autoconsumo» que ya se lleva a cabo a la conexión «a la red de gas natural», de modo que el biometano producido a través de residuos se «inyecte» y pueda así llegar al conjunto de los consumidores. La producción de biometano «ya se está haciendo» y, por ejemplo, «casi todos» los vertederos tienen su planta de cogeneración en la que transforman los residuos en energía, «pero no se puede meter en la red, mientras se sigue teniendo que comprar gas fuera», señala Velázquez.
«Hay que facilitar los mecanismos administrativos», subraya el decano del Colegio de Ingenieros de Burgos-Palencia, quien apunta a seguir los pasos que ya se han dado con otras renovables en las que ya «se ha facilitado» ese enganche como la energía eólica y la fotovoltaica. «Incluso que esa conexión haga rentable» la instalación, recalca.
Hasta 250 plantas de biometano
Sustentan su apuesta y reclamación a Gobierno central, Junta de Castilla y León y corporaciones locales -cada uno en función de sus competencias- en los datos a luz de informes elaborados por expertos en la materia: la Comunidad podría albergar hasta 520 plantes de biometano, casi la cuarta parte del potencial desarrollo nacional, donde se calcula que sería posible que funcionaran hasta 2.300. Castilla y León se sitúa así muy en cabeza en este potencial energético, pues las siguientes, Andalucía y Castilla-La Mancha, se quedarían ligeramente por encima de las 300 cada una.
Según el 'Estudio de la capacidad de producción de biometano de España', elaborado por la Asociación Española de Gas (Sidegas) en colaboración con las empresas PwC y Biovic, al que se 'enganchan' los ingenieros industriales de Castilla y León, ese más de medio millar de plantas en la Comunidad podrían producir hasta 37.780 millones de kilovatios (kWh/año). En otras cifras, hasta 38 teravatios hora (TWh) al año, lo que supondría el 23 por ciento del total nacional calculado. Entre todas las repartidas por la geografía nacional, las previsiones señalan que podrían producir hasta 163.000 millones de kilovatios al año, lo que supondría obtener de residuos orgánicos hasta el 45 por ciento de la demanda de gas natural de España, recalcan para sustentar su apuesta y reclamación a favor de cambios en la legislación.
«Independencia energética»
Castilla y León, que ya está a la cabeza en otras renovables como la eólica e hidráulica, en las que genera más de lo que consume, también con el biogás podría producir para autobastecerse en la demanda de esta energía e incluso exportar al resto del país, apunta el informe, en el que se destaca el «enorme potencial de generación de biometano» gracias a un potente sector ganadero.
También, merced a cultivos en los que destaca la Comunidad como la remolacha azucarera, pues posee más del 68% de total nacional; el trigo blanco, del que produce cerca de la mitad de la cosecha española (47,5%), y los girasoles (43%). Sin olvidar, apunta el 'Estudio de la capacidad de producción de biometano en España', otros cultivos como el maíz, la patata y la cebada, con cuyos residuos se podría obtener el 50% del potencial de generación de biometano de la región.
De hecho, la Comunidad podría generar «más» energía en forma de biometano del gas que consume, destacan también los ingenieros industriales de Castilla y León, que han celebrado recientemente una reunión -con la participación de los decanos de Burgos-Palencia, Valladolid y León- para analizar la situación de la comunidad en relación con el compromiso internacional de reducción de los gases contaminantes. Y ahí, su apuesta por el biometano y su llamada a las administraciones para dar un «impulso decidido» a esta renovable, con la que valoran también se avanzará en lograr una «independencia energética», más después de los últimos meses en los que ha quedado patente esa «dependencia de terceros países que son inestables».
Por el momento, señalan, únicamente hay una planta de generación de biometano funcionando más allá del autoconsumo. Está en Burgos y suministra el gas que produce el polígono de Villalonquéjar. «Ha sido un logro la conexión e inyección a la Red general», valora el decano del Colegio de Ingenieros de Burgos-Palencia, pues «permite recoger todos los residuos orgánicos» de las industrias que aquí operan y devolvérselos en forma de metano. «Genera energía limpia y se inyecta a al red con las mismas características que el gas de un pozo petrolífero», resalta Ignacio Velázquez.
4.000 millones de ahorro
Ese uso de los residuos para desarrollar biometano y poder inyectarlo a la Red tendría, además, «un impacto en la economía de las familias muy significativo», inciden. En España, dicen en base a ese estudio, «habría supuesto un ahorro de unos 4.000 millones de euros en la factura de los consumidores».
Los ingenieros industriales subrayan también la creación de empleo y obtención de riqueza, «especialmente parael medio rural» de la apuesta por las plantas de biometano que enganchar a la red de modo que «cualquier caldera» de gas lo pueda quemar. El informe sobre el que sustentan su reclamación, dice, cifra en más de 10.000 millones la inversión que supondría levantar esas 520 plantas -10.112 millones de euros-. También tienen cifras de empleo: creación de 5.156 puestos directos y cerca de 11.000 indirectos.
De las 520 plantas de producción de biometano que estiman que podrían funcionar en Castilla y León, en base a los recursos naturales disponibles, calculan en 271 las que serían capaces de operar a través de residuos ganaderos, lodos (depuradoras) y residuos sólidos urbanos. Otras 215 se alimentaría de cultivos intermedios y 34, de biomasa forestal. Unos números, recalcan, que «ponen en valor la importante actividad agroalimentaria».
Y el potencial de esos residuos no acaba al transformarse en biometano. Una vez convertido en gas, «todo lo que no es carbono» puede volver a la tierra en forma de abono. «Economía circular», subraya Ignacio Velázquez, quien recalca que es una apuesta por el «residuo cero» mandatado por la Unión Europea.
«El biometano se presenta como una alternativa real en toda Europa tras recibir el respaldo de la Comisión con la aprobación del Plan REPowerEU a raíz de la invasión de Ucrania, con el objetivo de reducir a independencia energética del gas ruso», apuntan desde los colegios de ingenieros de Castilla y León.
En concreto, recuerdan, la Unión ha fijado el objetivo de producción en los 35.000 millones de metros cúbicos de biometano en 2030, al tiempo que «ha animado» a los Estados miembros «a desarrollar medidas fiscales para fomentar el ahorro de energía». En este sentido y dado el potencial, los profesionales inciden en que el «verdadero desarrollo» de esta actividad requiere de un marco normativo «homogéneo y más favorable en toda España, porque la situación actual nos sitúa muy lejos todavía de otros países de la Unión Europea».
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