Zapatos nuevos para Bartolo

Un vecino de la localidad palentina de Baltanás hierra de manera tradicional y paso a paso a su caballo para protegerle y evitar que sufra daños al ser montados o trabajar

Victorino remata con la escofina el casco tras herrar a su caballo Bartolo en Baltanás (Palencia) ICAL

ICAL

Cuidar al milímetro y tener a mimo. Una pasión por los caballos y por su bienestar. El vecino de la localidad palentina de Baltanás y aficionado a los equinos, Victorino se prepara para herrar a Bartolo , un caballo de ocho años. Afirma que e s necesario hacerlo porque se desgasta el casco trabajando y se puede llegar hasta la parte sensible, sufriendo daños, de ahí que la herradura les proteja.

En la mayoría de los aficionados que tienen caballo de paseo, hay que quitar esas herraduras de protección, porque «les crece demasiado el casc o y pierde todos los aplomos». En cambio, los caballos que están en el campo y no trabajan no están forzados. «Se desplazan sin nadie encima y no tiran de ningún peso , por lo que necesitan ninguna protección». El casco les crece y se desgasta de manera natural, al igual que ocurre con otros animales en el monte, comenta.

A la hora de llevar a cabo este método, todo depende de cada caballo y su crecimiento, pero, por norma general, «cada tres meses habría que levantar la herradura existente, cortar el casco y colocar otra nueva». Generalmente se realiza el proceso en las cuatro patas, aunque subraya que también entra en juego la temporada del año y la climatología, en consonancia con el estado del terreno.

Victorino clava la herradura a su caballo Bartolo ICAL

Paso a paso

Detalla que el proceso consiste en limpiar el casco , levantar la herradura vieja, rebajar todo lo que hay alrededor, además de limar para que quede completamente liso el casco. Tras ello, se coloca la nueva herradura y se clava. A mayores, se rematan los laterales y todo lo que sobresalga «para que no se astille» . Un proceso que no daña al equino, añade.

Victorino señala que su experiencia procede de la observación , dado que «lleva con caballos toda la vida». «He visto herrar muchas veces y a cabé harto de la poca formalidad de los herradores en los horarios y sus visitas», porque no se presentaban a las citas acordadas , sin olvidar el ahorro económico, informa Ical.

Victorino ajusta la herradura en el yunque antes de herrar a su caballo ICAL

De esa forma, a su experiencia se sumaron varios cursillos de herraje para aprender las técnicas modernas. Y es que, una de sus pasiones son los caballos, quien reconoce que la primera vez que le tiró un caballo fue a los cuatro años, y la cuenta ya se ha perdido, «al haber sido de todas las maneras posibles». Aun así, agrega que su cariño y pasión a este tipo de animales no ha cambiado.

Lo califica como ocio y terapia . «Llegas del trabajo estresado y coges el caballo para dar una vuelta por el campo. No estoy seguro si es el campo o el animal, pero llegas a casa de otra manera. Unos se van a jugar al tenis y yo monto un caballo», asevera el vecino de la localidad palentina de Baltanás.

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