Empresas

Recuperación con la vista en 2023

El informe de situación del Consejo Económico y Social prevé que la economía regional alcance los valores previos a la pandemia en menos de dos años y formula propuestas para la recuperación

ICAL

Ignacio Miranda

El Consejo Económico y Social de Castilla y León ha presentado a las Cortes su informe de situación económica de la Comunidad correspondiente a 2020 , un amplísimo documento que, además de recoger un diagnóstico minucioso del momento actual, ofrece claves para permitir la salida paulatina de la crisis mediante una premisa fundamental: salvaguardar el tejido productivo de las nueve provincias, muy afectado por la pandemia, mediante acciones de apoyo todo el tiempo que sea necesario, en un contexto de medio plazo, y en consonancia con las indicaciones del Banco de España, partidario de mantener las ayudas a los sectores más afectados mientras no exista una salida firme de la crisis. Una salida que, según el presidente del CES, Enrique Cabero, puede llegar a comienzos de 2023, cuando la economía refleje unos valores económicos previos al Covid19, «y que deben ir acompañados de inversión social, porque debemos revisar el concepto de crecimiento económico».

La apuesta firme por la industria y la digitalización por su carácter de palanca respecto a otros sectores, la modernización de la agricultura y la ganadería, el fomento del comercio electrónico, la eliminación de trabas a la creación de empresas y a la investigación, así como la internacionalización de las compañías de Castilla y León son las principales direcciones a las que mira el Consejo, lo que requiere alianzas estratégicas y tecnológicas. Además, el informe no deja lugar a dudas, porque el fortalecimiento de la industria «es una necesidad estratégica y una condición indispensable para lograr un crecimiento económico sostenido y generador de empleo».

Plan eficaz de reindustrialización

Porque si alguna enseñanza clara deja la pandemia es la necesidad imperiosas de reindustruializar Europa, España y Castilla y León, desde una perspectiva sostenible. En este sentido, la Comunidad destaca por la automoción y la agroalimentación, «aunque a menudo no lo percibamos de esa manera. Tenemos grandes opciones en el sector industrial», apunta Cabero, quien señala que ahora toca acometer un proceso de reindustralización mediante un plan eficaz, «un pacto por la industria con vocación de estabilidad, permanencia, certidumbre, con una cogobernanza definida, con la participación de los agentes sociales, del que emane una nueva política de industria e innovación, con el objetivo de reactivar la economía y modernizar el modelo productivo hacia la transición ecológica y la transformación digital, incrementando nuestra autonomía estratégica industrial».

El documento pone también el foco en aquellas zonas menos industrializadas y por tanto más débiles en periodos de crisis, con el fin de aprovechar las potencialidades de cada territorio, actuaciones que «deben implicar a todos los niveles de la Administración». Su importancia como actividad reside en varios factores: aportación al progreso tecnológico, tanto a través de la generación de innovaciones de producto y de proceso, como por su consumo de innovaciones tecnológicas generadas por otros sectores; capacidad para generar empleos de mayor calidad, con niveles de cualificación más elevados que el promedio y mejor remunerados; efecto tractor, vía demanda, sobre los servicios de mercado y, en especial, los avanzados, o la mayor productividad de las empresas industriales y su impacto positivo sobre la balanza comercial.

Infraestructuras claves

Asimismo, se hace referencia a las infraestructuras viarias que adolecen de retrasos en su ejecución respecto a los planes iniciales, caso de la A-11 o Corredor del Duero entre Soria y Portugal siguiendo la N-122, la autovía León-Valladolid y corredor Palencia-Medina del Campo a través de Valladolid. La necesidad de contar con intercambiadores modales logísticos, para favorecer el tránsito y distribución de mercancías en Castilla y León, es otra de las demandas expuestas por su estrecha relación con la producción industrial, a la que se debe dar salida por vía ferroviaria y marítima.

Respecto a la agricultura y la ganadería, pilares básicos de la actividad en el medio rural, el CES, es uno de los sectores que concentra mayor número recomendaciones, «pues somos una potencia», afirma Cabero. Para seguir avanzando junto al de la agroalimentación, exige esfuerzos en modernización de infraestructuras como el regadío, más aún ante el cambio climático, y determinadas inversiones para que siga fortaleciendo la cadena de valor ligada a su indudable calidad y al propio territorio de la región. No menos relevancia posee el capítulo de la energía, en pleno boom de las renovables y en una comunidad muy ligada históricamente a la producción de electricidad, en la que existe un enorme potencial que es fundamental para cumplir los requisitos del Pacto Verde Europeo y de la Agenda 2030. Un sector que, en definitiva, también demuestra su fortaleza en la actualidad.

Fortalecer la industria es una necesidad estratégica y una condición indispensable para el crecimiento económico

Por otro lado, subraya el peso del omnipresente sector servicios, al que califica de muy rico, muy variado y capaz de asegurar calidad de vida a actividad económica siempre que hay colaboración entre la iniciativa pública y privada; del latente sector de la ciberseguridad, primordial en nuestras vidas; de los servicios sociales y del patrimonio histórico y cultural, que también poseen potencial para ser un acicate de recuperación económica en los próximos meses.

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