POLÍTICA

Villarrubia agita al PSCL

La intención de Palencia se situar a quien fuese secretario regional como cabeza de lista al Congreso desestabiliza a la formación socialista

Villarrubia y Tudanca, en una imagen de archivo ABC

I. JIMENO

Como el mar que aparenta estar en calma en la superficie, pero con potentes corrientes en el fondo. Así es el PSOE de Castilla y León. Cuando todo parecía discurrir con cierta paz, los fantasmas del pasado que dormían en la bodega del barco socialista han vuelto a despertar para desestabilizar una nave que no terminan de enderezar su rumbo. Ululan el nombre de Julio Villarrubia. Su espectro vuelve del pasado después de haberse despedido de la política en noviembre una vez que en Ferraz le dieron un portazo apartando su nombre de la candidatura socialista por Palencia al Congreso.

Entonces, la imposición de la Ejecutiva Federal de retirar a Villarrubia -quien había recibido el 94 por ciento de los apoyos de la militancia palentina para ser de nuevo el número uno de la lista- sentó como una patada en el partido encabezado por Míriam Andrés . Ahora, aprovechando el rebote de noviembre y que hay nueva cita electoral vuelven a revolverse. La Comisión Ejecutiva del partido en esta provincia dio el martes el primer golpe sobre la mesa al proponer por «unanimidad» que el veterano exdiputado encabezase el cartel , apeando del puesto a María Luz Martínez Seijo , la elegida por Pedro Sánchez en noviembre para la candidatura.

El viernes ratificaron sus intenciones. Aunque no acudieron todos los citados al Comité Ejecutivo Provincial, los presentes sí dieron su «sí» a que Villarrubia sea su cabeza de cartel. La decisión de Andrés y Villarrubia de no votar en el Comité Federal del 30 de abril en Madrid a la hora de pronunciarse que se repetían las candidaturas salvo por circunstancias «sobrevenidas» ya apuntó la pista, materializada esta semana.

Un movimiento que ha vuelto a desatar la caja de los truenos en un PSOE de Castilla y León donde, al contrario que lo que reza el dicho, tras cada calma llega una nueva tempestad. Y en los últimos años ese fenómeno adverso tiene un nombre detrás: Villarrubia. El jueves habrá Comité Ejecutivo para abordar el asunto, forzado por Palencia y también con León en el orden del día tras la pretensión de Ponferrada de que un afiliado suyo ocupe el número dos en la candidatura al Congreso. Aunque en el partido que encabeza Luis Tudanca no parecen estar muy dispuestos a ceder y ya han dejado claro que para ellos las listas son inamovibles respecto a las que concurrieron el 20 de diciembre.

Primer intento fallido

Ya en 2008 la figura del político palentino a punto de estuvo de abrir unas heridas que en las filas socialistas nunca han encontrado un buen médico que las cure. Estaba dispuesto a dar el salto para hacerse con las riendas del partido a nivel regional, pero entonces Ferraz impuso a Óscar López, un madrileño con raíces segovianas y prácticamente un desconocido en Castilla y León, pero que llegaba con el impulso del entonces poderoso José Blanco -número dos de José Luis Rodríguez Zapatero en sus tiempos de auge- y como un soplo de aire fresco a un partido que aún se lamía las cicatrices de otra derrota electoral en una Comunidad en la que no se deleita con las mieles del triunfo desde las primeras elecciones autonómicas.

Entonces Villarrubia dio un paso atrás, pero encontró su recompensa en 2012. López, tras su primer y único fracaso en sus aspiraciones por la Presidencia de la Junta, se despidió de Castilla y León ante la llamada de Madrid. Continuó un tiempo como portavoz, pero dejó la capitanía del barco al ser nombrado número tres del equipo -secretario de Organización- entonces en manos de Alfredo Pérez Rubalcaba . Con el 83,13 por ciento de los votos y como único candidato, Villarrubia cumplía su sueño de hacerse con el bastón de mando del PSCL.

Pero fue incapaz de cumplir su mandato. La revuelta interior de los suyos le apartó del sillón cuando aún humeaban las velas de su segundo aniversario al frente del partido. El 30 de mayo de 2014, más de la mitad de los miembros de la Comisión Ejecutiva Autonómica que encabezaba presentó su dimisión, justo después de una reunión, poniendo fin al ya entonces cuestionado liderazgo de Villarrubia al frente de un partido que volvió a pecar de la bicefalia que le ha acompañado durante buena parte de su historia. Entonces, él era secretario general y diputado, pero no líder de la oposición parlamentaria en las Cortes, encabezada por un Óscar López aún con mucho tirón entre los suyos.

Con la formación de la rosa en manos de una gestora durante varios meses, Villarrubia no se rindió y aspiró de nuevo para intentar hacerse con la Secretaría del Partido en las Primarias convocadas para el 4 de octubre de ese año. Enfrente, el burgalés Luis Tudanca. Por un relativamente ajustado resultado, el diputado por Burgos cumplió los pronósticos se convirtió en el nuevo líder del partido, tras recibir el 54,84 por ciento de los votos (3.641 frente a 2.997, es decir, 644 más).

Apartado por Ferraz

Si entonces parecía que las aguas debían volver a su cauce, tan sólo un año después la bomba de relojería del PSOE estallaba de nuevo. Villarrubia continuó como diputado y portavoz socialista de Justicia en la Carrera de San Jerónimo. El pasado otoño recibió el apoyo mayoritario de sus compañeros palentinos para que quien acumulaba ya 19 años de experiencia en Madrid fuese de nuevo su cabeza de cartel. La propuesta pasó aparentemente el filtro autonómico, pero se encontró con el veto de Madrid. A última hora, la Ejecutiva Federal rechazó su nombre -entre la media docena de apartados-. Pedro Sánchez alegó que él elegía a su equipo. En el fondo, un castigo a Villarrubia, que durante la campaña de las primarias para hacerse con la Secretaría General del PSOE para elegir sustituto de Rubalcaba se decantó abiertamente por Eduardo Madina, perdedor en la contienda.

Como coordinadora de la campaña de Pedro Sánchez en Castilla y León, la también palentina María Luz Martínez Seijo , aupada directamente desde Ferraz al frente de una lista con la que no pudo hacer mella en un PP que dominó de nuevo en las elecciones generales del 20 de diciembre pese a que presentó como cabeza de cartel al «paracaidista» Íñigo Méndez de Vigo , ministro de Educación.

Decisión criticada

Una decisión criticada entonces abiertamente por la secretaria provincial del PSOE de Palencia, Míriam Andrés , mano derecha de Villarrubia, y que ahora quiere que la voz de la provincia se vuelva a oír, poniendo en un brete a un Tudanca que si en octubre no entró en la cuestión ahora la ha vuelto a eludir. Andrés censuró que la maniobra de Madrid restaba «credibilidad» al PSOE. Y aunque por unos días el veterano político y abogado guardó silencia, una semana después de verse apeado de la carrera electoral, el palentino explotó. En teoría, ese 23 de octubre se despidió de la política. Un punto y final que ahora se transforma en punto y seguido. «Hay corruptelas y se van los de raza» , criticó, molesto y sin mostrar su apoyo expreso a quien ocupó su puesto en la lista.

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