Viaje al «deslumbrante» Egipto sin salir de Burgos

El Museo de la Evolución Humana reúne más de 150 obras relacionadas con la fascinación que ha despertado a lo largo de la historia con esta gran civilización milenaria

El Teatro Real, el Museo Arqueológico o la Biblioteca Nacional son algunas de las instituciones que han cedido piezas FOTOS: R. ORDÓÑEZ

PEDRO SEDANO

El antiguo Egipto sigue teniendo algo de mágico. Durante siglos ha evocado el misterio ligado a una civilización cuyos orígenes casi se pierden en el tiempo y que fue capaz de construir las pirámides y también responsable de otros tantos hitos menos conocidos. Algo de esto debió llevar a Verdi a componer la ópera «Aída». Se estrenó en 1871 en El Cairo y ahora vuelve a cobrar vida como elemento aglutinador de una exposición en el Museo de la Evolución Humana de Burgos que lleva su nombre «Aída. El Egipto soñado».

La muestra, que se podrá ver en el museo hasta el próximo mes de septiembre, reúne más de 150 obras distribuidas en cinco espacios. Incluye restos arqueológicos y réplicas, aunque también libros, fotografías, documentos y material audiovisual, cedidos por diversas instituciones.

Se inauguró con la presencia, entre otros, del director científico del museo, Juan Luis Arsuaga, y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. Ambos coincidieron en que la civilización egipcia es «una de las culturas más deslumbrantes de la historia de la humanidad» y refleja «una forma de comprender la acción pública en el ámbito de la cultura, basada en la suma de esfuerzos y voluntades» entre las distintas entidades que han aportado material para este proyecto del MEH. De hecho, en la muestra se pueden ver piezas procedentes del Teatro Real de Madrid; Museo Arqueológico Nacional; Biblioteca Nacional; Museo del Romanticismo; Museo del Prado; Museo Thyssen; Museo Víctor Balaguer; Parque de las Ciencias de Granada; Embajada de Egipto en España; Museo Naval; Museos de la Universidad Complutense de Madrid; Fundación Casa de Alba; Universidad Politécnica de Madrid; Wolfgang Wettengel; The Griffith Institute; y Metropolitan Museum of Art.

Ese espíritu de colaboración y humanismo se ha convertido en una seña de identidad del Museo de la Evolución Humana en sus diez años de andadura. En este tiempo no solo ha respaldado el proyecto de investigación científica y la divulgación de los hallazgos de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca, también se ha convertido en una referencia cultural en ámbitos tan variados como el cine, la literatura, la música y la historia. A lo largo de 2019, este Museo recibió más de 400.000 visitas.

Génesis de la Egiptología

En esta ocasión, «Aída. El Egipto soñado», bajo el comisariado de José Manuel Galán, pretende llamar la atención sobre la fascinación que la cultura egipcia despertó en el siglo XIX en Occidente y que está en el génesis de la Egiptología. Para ello, se refiere al inicio de esta ciencia, en 1798, fecha en la que Napoleón emprendió su campaña egipcia, cuyos resultados se plasmarían en los libros «Description de l’Égypte», editados entre 1809 y 1829, uno de cuyos tomos puede verse en esta exposición, que también cuenta con una reproducción de la cámara sepulcral de la tumba de Sennedjem, realizada por el egiptólogo Wolfgang Wettengel.

En la muestra también se da relevancia a la apertura del Canal de Suez, una de las obras de ingeniería más grandes de la historia y en cuyo planteamiento y desarrollo estuvieron implicados ingenieros españoles. De hecho, su inauguración, en 1869, fue presidida por Eugenia de Montijo, de la que se muestra una mantilla con encaje de Chantilly. Tampoco faltan espacios dedicados a Tutankhamon y a Cleopatra e incluso a la ópera que da nombre a la muestra, representada por piezas de las escenografía de Hugo de Ana, cedidas por el Teatro Real de Madrid.

Junto a Eugenia de Montijo, otro protagonista español de la muestra es Eduardo Toda, cónsul de nuestro país en Egipto desde 1884 a 1886, dado que parte de las piezas que trajo en la segunda mitad del siglo XIX, como la tapadera del ataúd en madera policromada de la Necrópolis de Sheij Abd el-Qurna o la figura de Ptah-Sokar-Osiris en madera policromada, ilustran la sección de arqueología egipcia.

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