Valladolid «choca» con la movilidad
La conversión de parte de la calzada en carril bici, la peatonalización y la limitación de velocidad «encienden» a oposición, comerciantes y conductores
Choque por la movilidad. Es lo que vive estos días Valladolid. Lo que pretendía ser un proyecto de cara a ganar espacio para ciclistas y transporte público (autobuses y taxis) se ha convertido en un «choque de trenes» entre el Ayuntamiento que encabeza Óscar Puente y defiende a capa y espada su proyecto -con apoyo de algunos ciudadanos- y el Partido Popular, al frente de la oposición, los comerciantes y buena parte de unos conductores que resoplan y se enfadan cada vez que tienen que convivir y lidiar con el nuevo atasco de cada día.
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En pleno estado de alarma y con las aglomeraciones puestas en el punto de mira como posibles focos de contagio del Covid-19, Puente anunció la intención de aumentar en más de 20 kilómetros la red de carriles bici por la ciudad del Pisuerga con el objetivo de favorecerla movilidad individual. Y dicho y casi hecho. Poco más de un mes después, algunos kilómetros ya están operativos. ¿Milagro de unos operarios que han tenido que trabajar a destajo? No. Pues no ha sido a costa de asfaltar nuevas «calzadas verdes» para estos vehículos, sino mediante la conversión de carriles hasta ahora destinados vehículos a motor. Así que, víctimas de la operación de cambio de imagen, vías importantes para la circulación visto como se les «amputa» un carril para tráfico de vehículos a motor. Y se incluyen desde algunas que bordean el centro -como el Paseo de Isabel la Católica- a otras que incluso suponen un acceso a la capital, como la avenida de Gijón.
Atascos
Sin olvidar que hay calles en las que los vehículos privados ya sólo disponen de uno de los dos carriles y el derecho se ha dejado para buses y taxis en una ciudad sobrada de semáforos, las que tienen reducida la velocidad a 30 kilómetros por hora para compartir asfalto con las bicis. Junto a alguna por las que no volverán a rodar los coches, con el consiguiente enfado de los comerciantes por las dificultades que consideran añade para la llegada de clientes tras meses parados o sin apenas actividad por la pandemia. ¿El resultado del cocktail? Largas colas a ciertas horas, dificultades para incorporarse a otras calzadas desde calles sin regulación semafórica.... Y todo en julio y agosto, con parte de la población de vacaciones y sin actividad docente.
Puente lo defiende
Y el choque ha impactado más allá del terreno «vial». La presidenta del Grupo Municipal Popular en Valladolid, Pilar del Olmo, anunció ayer que rompen las negociaciones de los presupuestos para el año 2021 a causa de las políticas de movilidad llevadas a cabo por el equipo de Gobierno, por iniciarlas «sin contar con nadie». «No compartimos objetivo», apuntó Del Olmo, quien señaló que apuestan por una movilidad «sostenible e inteligente». Sin embargo, consideran que la obras llevadas a cabo por el equipo del socialista Puente son «frenéticas y desordenadas» y ejecutadas «de manera secreta y ocultista» durante el estado de alarma, informa Efe. «Entrar al centro de la ciudad es una ratonera», censuró Del Olmo.
El alcalde, que ha reconocido problemas a horas puntuales, sigue firme en sus pretensiones aunque el martes asumió que deberá realizar modificaciones en sus planes. «El cambio de movilidad urbana en la ciudad ha llegado para quedarse y, aunque hay cosas que se pueden mejorar, se respetará la dirección en la que se quiere ir», aseguró Puente. «No se trata de un cambio estético, ni superficial, sino de calidad», defendió el regidor, quien alegó que se han realizado «muchos estudios y cifras con la finalidad de alcanzar una movilidad más eficiente desde todos los puntos de vista, del descenso de contaminación y de adaptarse a la exigencia de las zonas de emisión cero, pero requieren de un tiempo para que todos nos adaptemos a ello».