Vacunas Covid: Castilla y León prioriza la segunda dosis y ralentiza la vacunación ante su escasez
Sanidad descarta paralizar la campaña aunque «hay que planificar semana a semana»
La Consejería de Sanidad no paralizará la vacunación frente al Covid a pesar de la evidente escasez de dosis que han echado al traste toda la planificación inicial. La consejera Verónica Casado reconoció la preocupación existente por no poder cumplir los plazos que se habían previsto, lo que ha obligado a cambiar «la estrategia para garantizar la segunda dosis». En cualquier caso, admitió que «no tenemos previsto parar» y, para ello «esperamos poder recibir suministros». De momento, cuando se sigue vacunando a los sanitarios de primera línea, lo que no se podrá evitar es «ralentizar» la vacunación, reconoció Casado, pero «no vamos a paralizarla y sí a planificar semana a semana».
Lo que tiene claro es que así será imposible que en verano esté vacunado el 70% de la población .Uno de los cambios incorporados con el que se pretende ganar algo de tiempo es que la segunda dosis se ponga a los 28 días en lugar de a los 21.
Dentro de esta necesidad de reorganizar la campaña, la Gerencia Regional de Salud ha indicado que se puede retrasar la vacunación de personal sanitario y sociosanitario de primera línea que hayan padecido el Covid en los 90 días anteriores a la vacunación, con el objetivo de priorizar el acceso a las dosis de los que aún no hayan pasado la enfermedad, informa Ical. Así lo recoge un documento interno, sujeto a revisión, de la Dirección General de Planificación y Asistencia Sanitaria, fechado el 15 de enero, en el que Sacyl precisa que actualmente este retraso de la vacunación se aplicará exclusivamente al personal sanitario y sociosanitario de primera línea, excepto el que trabaja en centros de mayores o de atención a grandes dependientes.
Al fondo de la cuestión, es decir, al porqué de la falta de vacunas, se refirió el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, que ayer reclamó al Gobierno de España que «dé un puñetazo en la mesa» ante la Unión Europea para que ésta deje claro que «no vamos a aceptar estos hechos porque está en juego la vida de nuestros ciudadanos». Advirtió de que la actuación de las empresas farmacéuticas es «inaceptable» y de que «no es comprensible que haya ventas y contratos ocultos», que se impongan a los acuerdos realizados por la propia Unión Europea.
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