«Todos los hosteleros querríamos una Ayuso en nuestras comunidades»
Críticos con unos cierres que no creen que hayan dado «resultados» en Castilla y León, el sector se encomienda a un buen verano y clama por más compensaciones
Ha sido sin duda uno de los sectores más afectados. Llevan un año cerrados o a medio gas con su actividad limitada a exteriores y con una clientela que aunque deseosa de recuperar toda normalidad acude con cautela en momento de picos de contagios. El ocio nocturno aún no ha reabierto y el subsector de los banquetes se enfrenta a un momento decisivo. «Variopinta», peleona e imaginativa, la hostelería se ha buscado la vida para sobrevivir en esta pandemia. Aún así, cerca de 4.000 negocios han cerrado, colgado cartel de se traspasa o buscado financiación para dejar atrás la barra en Castilla y León, explica el presidente de la Confederación Regional de Asociaciones de Hostelería y Turismo (Hosturcyl), Fernando de la Varga.
— Se cumple un año de los primeros paseos tras la cuarentena. ¿Imaginaba que un año después seguiríamos así?
—Cuando se decretó el estado de alarma todos pensábamos que era para 15 días o un mes. Ahora el sector hostelero lleva catorce meses entre cierres y estados de alarma sin poder trabajar en condiciones dignas.
—Desde el primer momento han defendido que eran espacios seguros y que sólo un 3% de los casos surgen en estos establecimientos. Sin embargo, también hay informes científicos que apuntan a los espacios cerrados como foco de los contagios. ¿Puede entender que los cierres tenían una base?
—Esos informes no dejan de ser un poco curiosos. El ejemplo más claro es Francia, Italia o Reino Unido, que durante meses han estado cerrados y las olas e índices de contagio han sido manifiestos. No sé dónde se hacen esos informes. Me gusta ponerlos en cuarentena porque no todos los países o comunidades tienen la misma dinámica.
—Su crítica ha apuntado directamente a la Junta. Le acusaban de discriminación, pero otras comunidades y países se tomaban similares medidas...
—Hay comunidades en las que no se ha cerrado y los ratios son iguales o mejores que los que hemos tenido en Castilla y León.
—Ahora es el Consejo Interterritorial el que ha marca la recomendación del cierre de la hostelería de interior. ¿Se sienten huérfanos del apoyo político?
—Castilla y León aplica todo lo que marca el Consejo Interterritorial ya sea obligatoria o una recomendación. No nos sentimos abandonados, pero sí somos una de las comunidades más restrictivas y luego los datos no acompañan. Habría que analizar muy bien y ver por qué se nos está condenando.
—¿Cree que se ha demonizado y actuado contra la hostelería?
—No estamos retrocediendo para analizar las medidas que han sido buenas o malas y buscando el equilibro de convivencia entre pandemia y economía. Hoy en día el único sector que tiene unas medidas restrictivas tan severas es el hostelero. En este juego estábamos muchos más sectores y al que se le sigue cerrando y apuntando en la diana es al hostelero.
¿Prefieren el modelo Ayuso?
—Al final no solamente nosotros. A nivel nacional todos los hosteleros queremos una Ayuso en nuestras comunidades, simple y llanamente porque ha buscando un equilibro entre el sector económico y la pandemia. Las cifras se estudiarán en un futuro y veremos cómo determinadas medidas han tenido un impacto económico muy severo y donde ha convivido el equilibrio han tenido mejores resultados.
—¿Cree que la hostelería de Castilla y León votarían a la candidata del PP si pudieran hacerlo?
—Vista la situación actual, sí. Al sector se le está privando de trabajar. No hablaría de Ayuso. A aquella persona que nos permita trabajar la votaríamos.
—¿A quién votarían en Castilla y León o cree que ningún partido en la Comunidad ha defendido sus intereses?
—Ese ha sido el gran error de la pandemia. Se ha llevado todo al plano político. No nos decantamos hacia unas siglas. Estamos hablando de salvar vidas humanas y economía. No tenemos que caer en ese error de politizarlo.
«Éramos más sectores y al que se le sigue apuntando en la diana es al hostelero»
—Ha habido ayuntamientos que han facilitado la actividad más que otros. ¿Han echado de menos también esa ayuda a nivel municipal?
—En un primer estadio los ayuntamientos, en su gran mayoría, fueron más flexibles, con más medidas fiscales para salvar el sector. ¿Podrían haber dado más? Sí, pero en líneas generales es el organismo público con más sensibilidad con el sector hostelero.
—Tras meses de tensión, ¿están ahora mejor las relaciones con la Junta?
—Siguen tensas porque se nos sigue comunicando las cosas con carácter impositivo. Queremos sentarnos en la mesa y entre todos llegar a un consenso. Vienen, te explican sus medidas y las coges o las dejas y esto son lentejas. Y hay mucho temor. Todos estamos a la expectativa sobre lo que va a pasar a partir del día 9.
—Han denunciado una y otra vez que las ayudas eran insuficientes
—Hasta día de hoy han sido escasísimas. De los famosos 7.000 millones del Gobierno central todavía no nos hemos sentado a hablar por la lentitud de la burocracia en este país. La única ayuda que necesitamos es que se nos permita trabajar y yo no hablaría de ayudas, sino de compensaciones porque no se nos ha permitido realizar nuestra actividad. Se han seguido cobrando todos los impuesto y gastos fijos pero con la puerta cerrada.
—¿Si hubiera habido un plan más ambicioso de ayudas o compensaciones que les hubiera permitido pagar facturas habrían aceptado los cierres?
—Éramos conscientes de que estábamos en una pandemia y lo más importante era nuestra salud. Todas aquellas medidas que se nos han impuesto las hemos aceptado e implementando. Si hubieran sido colaboradores hubiésemos negociado de otra forma. En Navidades era muy sencillo. ¿Queremos una Navidad cerrada para evitar riesgo? Paga la factura que genera cerrar.
—Además de hosteleros en este último año han tenido también que ser vigilantes de seguridad.
—La ciudadanía no ha aceptado que estamos en una pandemia. En los negocios hemos ejercido de fuerza de la autoridad.
—¿Ha habido suficiente control?
—La Policía no puede estar de mesa en mesa. Es que en la ciudadanía tendríamos que ser todos responsables.
—También ha habido incumplimientos en el propio sector.
—Pasa en todas las familias y se pidió mano dura contra todos. Por culpa de un hostelero que haga las cosas realmente mal y sea un ejemplo negativo para el sector no podían condenar al resto que lo estaba haciendo bien.
Noticias relacionadas