Economía
Los sindicatos ven «más futuro al carbón» gracias al «nuevo talante» del Gobierno
Nadal asegura que no se puede «prescindir» del mineral «por su papel fundamental en el sistema energético»
El Ministerio de Energía mostró ayer algo muy parecido al comienzo de una «nueva época» en sus relaciones con los agentes del sector minero, después de asumir que «no se puede prescindir del carbón» para producir electricidad en España y ayudar a contener el precio de la luz tras las importantes subidas que se registraron en enero. Simultáneamente, el ministro y el secretario de Estado, en Salamanca uno y en Madrid el otro, dejaron constancia de un «nuevo talante» y una nueva consideración hacia el carbón nacional.
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Por una parte, Álvaro Nadal, declaraba que el mineral autóctono debe seguir teniendo «un papel fundamental» en el sistema energético español y que es el complemento «necesario e imprescindible para el incremento de las energías renovables», que ya es una realidad. Y, frente a quienes apuestan por la eliminación del carbón del llamado «mix energético», el ministro Nadal sostuvo que «nosotros no estamos ahí, sino con la necesidad de usar todas las tecnologías disponibles y una de ellas es el carbón». Eso sí, añadió que, actualmente, es complicado frenar la compra de carbón de importación para las centrales térmicas, dado que hay que seguir las reglas generales que imperan en la Unión Europea, organismo que «impide discriminar entre carbón nacional y extranjero, de la misma manera que no le puedo prohibir a nadie que se compre un teléfono móvil de fuera de España. Forma parte de las reglas del juego, que benefician para unas cosas y perjudican para otras». Y mirando a Bruselas, el ministro de Energía añadió que las autoridades comunitarias se han puesto «tremendamene estrictas», en cuanto al cumplimiento de la directiva que se aprobó en el año 2010, que obliga a cerrar las minas no rentables en 2018 y a devolver las ayudas cobradas por aquellas empresas que decidan continuar. «Ya sabemos que va a ser así y lo necesario es mantener una demanda de carbón», sentenció Álvaro Nadal, quien llegó a hablar de objetivos «más allá de 2020 ó 2030».
Al mismo tiempo, en los despachos del Ministerio de Energía en Madrid, el número 2 del departamento, Daniel Navia, parecía eliminar de un plumazo todos los obstáculos que habían impedido cualquier contacto entre sindicatos y Administración central, durante los últimos dos años, el período más crítico que ha vivido la minería del carbón en nuestro país, en el que se han sucedido, en cascada, los cierres de empresas y la pérdida de empleo y producciones de antracita.
Constituye un auténtico «punto de inflexión en los desencuentros que han venido aconteciendo entre el Gobierno del PP y los sindicatos»
En una reunión con los dirigentes nacionales mineros de CC.OO. y UGT, el secretario de Estado ofreció un talante novedoso y mostró una absoluta disposición a dialogar. Esa postura constituye un auténtico «punto de inflexión en los desencuentros que han venido aconteciendo entre el Gobierno del PP y los sindicatos» y un «vuelco en la interlocución con el Gobierno», según apuntaron fuentes sindicales después de la reunión. Incluso, el líder ugetista, Víctor Fernández, confesó haberse sentido «descolocado» por esos planteamientos del secretario del Estado. Aunque sólo se abordaron cuestiones de carácter general, las centrales sindicales coincidieron en mostrar una valoración positiva de su conversación con Navia, porque reconoció «la importancia estratégica del carbón y la necesidad de su presencia dentro del mix energético nacional, y ha trasladado su intención de trabajar en esa línea». UGT y CC.OO. confirmaron que Navia calificó el carbón como necesario e insustituible como energía de respaldo, que además de moderar los precios, es un factor fundamental en la seguridad de abastecimiento.
Con esas premisas, Gobierno y agentes sociales acordadon recuperar el diálogo. De hecho, se ha fijado una nueva cita para antes de Semana Santa. Al tiempo, la Administración se ofreció a presentar todos los datos relativos a la situación del sector, otro hecho que no ocurría hasta ahora. Con esos compromisos sobre la mesa, los sindicatos mostraron una puerta a la esperanza para que ese diálogo se traduzca en «futuro para la minería del carbón y las comarcas». Ahora consideraron que el futuro «sí es posible».