La revolución del arte en el arte

Segovia conmemora con «Insurrecta», la rompedora muestra al aire libre de Gonzalo Borondo, el 500 aniversario de la Revuelta Comunera que tuvo en la ciudad uno de sus escenarios

«Insurrecta», de Gonzalo Borondo, rinde homenaje a la batalla comunera con una muestra al aire libre por distintos espacios de Segovia A. TANARRO

Isabel Jimeno

Arte dentro del arte. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad convertida en un gran museo al aire libre. Otra forma de ver y disfrutar de Segovia, donde pasado y presente se dan la mano , se entremezclan y ofrecen una visión diferente de la milenaria ciudad. Llevando a esos «no lugares» ahora convertidos en sala de exposiciones. Sin puerta de entrada ni de salida. Abierta a todos, a cualquier hora y sin límite de tiempo. Es lo que ofrece «Insurrecta», la rompedora forma con la que Gonzalo Borondo echa la vista 500 años atrás para proyectar en el siglo XXI la Revuelta Comunera.

¿El soporte? También rompedor: 32 vallas publicitarias repartidas por 17 localizaciones que invitan al visitante a descubrir, plano en mano, a pie, en coche o en bicicleta la exposición y esa otra Segovia que muestra Borondo. En la que sus obras entran a formar parte, interactuar y a la vez romper con el entorno. Una provocación también al espectador. «Insurrecta» ahonda en la idea de revuelta de la que nace, pero va más allá de lo ocurrido hace 500 años. Llama a la reflexión, a indagar en la periodicidad cíclica de la historia a través de una lectura personal y crítica hacia la contemporaneidad.

Nacido en Valladolid en 1989, afincado en Segovia y con una gran proyección internacional de la que también ha tenido eco la muestra prorrogada hasta final de año, Borondo transforma el paisaje con este proyecto del Ayuntamiento de Segovia en colaboración con Acción Cultura Española. Lleva a los denominados «no lugares», sitios menos frecuentados ante los que la irrupción de sus obras de arte obligan a parar... y pensar .

Homenaje a los comuneros

Junto al hospital, en las entradas a la ciudad, los polígonos, entre unos árboles... Espacios ahora tomados por el arte de Borondo, que logra con sus creaciones romper e integrarse a la vez en el paisaje en el que se enmarcan. La conexión de la reapropiación de las vallas publicitarias por el arte como la que los comuneros hicieron de la tierra. Un montaje que surgió tras una primera fase de investigación de textos históricos sobre los acontecimientos de hace 500 años y con el que el joven artista rinde homenaje a los comuneros. Profundiza en la idea de revuelta, pero va más allá de la liderada por Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado en 1520, y la extiende a la pugna de la humanidad enfrentada a la naturaleza, lo urbano y lo natural...

De los coloridos mensajes que antes ocupaban las vallas publicitarias, al arte que capta la atención. Y llama a ejercer el pensamiento crítico , a ahondar en el origen de los conflictos, uno de los motores de transformación cíclica de la realidad. La obra representa la revuelta comunera como la naturaleza sometida al ser humano que, siendo el sustento de la sociedad, puede levantarse y desequilibrarla, reaccionando contra el intento de someterla a esos intereses.

A. TANARRO

Cada pieza de la muestra –dividida en cinco capítulos– está acompañada de un pequeño texto histórico. «Llega un extraño, lo ajeno, es el forastero. ‘¿Pero ¿quién es?’, pregunta el pueblo. Nenn mich Carlos, dein König Carlos, responde Él. ‘Su Cesárea Majestad’, traduce un consejero. ‘Tiene 16 años, no habla vuestra lengua’. ‘¿Nuestro rey?’, claman en Castilla. ‘¡Que se lleven esa verja!», reza el adjunto al gran montaje junto al hospital. Una puerta en mitad del campo. La metáfora del levantamiento comunero , del pueblo contra la llegada de Carlos I como rey tras el fallecimiento de Fernando El Católico.

Una sublevación que tuvo en Segovia uno de sus escenarios de inicio y desarrollo principales. Y a la figura de Juan Bravo , nacido en Atienza, pero casado en Segovia, uno de sus principales estandartes. Líder de la revuelta y ajusticiado ahora hace 500 años en Villalar. Un acontecimiento histórico al que el Ayuntamiento rinde tributo con «Insurrecta», para la que Borondo utiliza diferentes técnicas, aunque todas con el matiz común del monotipo –uso de las herramientas de grabado, pero generando una sola copia–, con las que homenajea la intención divulgativa series de grabados de Goya.

Esculturas de hierro y paneles microperforados que rebosan de algunos marcos, la cinotipia en busca del realismo onírico de las primeras fotografías, el uso de la animación, la yuxtaposición en la propia valla o la animación forman y conforman «Insurrecta», un recorrido por otra Segovia y un viaje al pasado para reflexionar.

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