Récord de agua en diciembre en los embalses por las últimas lluvias
Los 18 pantanos de la CHD están a más del 80%, aunque en Ávila siguen en bajo nivel

Campos anegados que aún siguen tratando de filtrar todo el agua caída, carreteras cual ríos y cortadas al tráfico, el líquido llamando a las puertas e incluso entrando sin permiso e invadiendo inmuebles... Es la estampa dejada en buena parte de Castilla y León tras los últimos frentes que han descargado con fuerza . Elsa y Fabien han marcado una impronta todavía visible y unos daños aún por cuantificar para los que ya se reclaman y prevén ayudas, pero también una cara más «amable»: el llenado de los embalses .
Tras meses suplicando agua en un 2019 que pasaba las hojas del calendario con el «seco» como calificativo, las lluvias de las últimas semanas han permitido saciar –y con creces– la sed de la mayoría de los pantanos que gestiona la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD ) . Tanto ha caído que han pasado de tocar fondo a mediados de octubre a marcar un récord histórico de agua embalsada para un mes de diciembre , con sólo transcurrido el primer trimestre del año hidrológico. Y eso que el arranque del otoño no fue especialmente generoso en precipitaciones.
Los 2.309,2 hectómetros cúbicos almacenados en los 18 embalses que gestiona la CHD – la que abarca la mayor parte de Castilla y León– han elevado sus reservas de forma notable, hasta el 80,3 por ciento de su capacidad total –2.877,5 hectómetros cúbicos–. Son más del doble de lo que había hace dos meses y medio. Y una cifra jamás alcanzada a estas alturas del año, según la serie histórica del organismo de cuenca. Suponen 539,3 hectómetros más que hace un año, 18,8 puntos más que entonces, y novecientos hectómetros cúbicos más que en el promedio de los últimos diez años, cuando no llegaban a la mitad de sus posibilidades.
Desembalsando
Tanto han aumentando la reservas, que la mayoría están desembalsando –el nivel de agua es inferior a la semana pasada– de forma controlada, según la CHD, para recuperar los niveles de resguardo que se habían llenado con las abundantes lluvias y avenidas de unos ríos que poco a poco están volviendo a la normalidad tras salirse de sus habituales cauces. Ya ninguno está en situación de alarma, tras unas jornadas complicadas, sobre todo en el norte de Palencia y sur de Ávila.
En el Puerto del Pico, en sólo una jornada llegaron a caer cerca de 300 litros de agua por metro cuadrado. Y en la también abulense sierra de Gredos rozaron los 260. Unas precipitaciones que, en distinta cantidad, salpicaron toda la provincia y que han servido para mitigar las necesidades de agua de Ávil a. Aún así, la situación de los embalses sigue siendo deficitaria. Es la única de Castilla y León donde los niveles son inferiores al año pasado , aunque en la capital el ayuntamiento ya ha abierto la puerta a «levantar» la declaración de emergencia por sequía en la que están desde que se declaró el pasado 18 de julio dada la escasez de reservas. El embalse de Las Cogotas ha logrado recuperar líquido y está al 38 por ciento de su capacidad . También los embalses de Fuentes Claras, Serones y Becerril, que surten a la capital amurallada, han mejorado su estampa de escasez.
Aún así, pueden mirar con cierta envidia al resto de los embalses de la cuenca, que están en niveles superiores al 70 por ciento en todos los sistemas y provincias . Los más nutridos, los de León, con sus reservas al 86,5 por ciento , casi el doble del promedio del último decenio. En Soria también superan el 80 por ciento. Y en Burgos, Palencia, Salamanca y Segovia, rebasan el 70 por ciento de sus posibilidades gracias a las aportaciones de las últimas borrascas.
Garantizado el riego
Unos elevados registros que a meses de que en la próxima primavera comience una nueva campaña de riego, permiten a la CHD confirmar que estaría asegurada la próxima campaña para los regadíos en todos los sistemas, después de que en la pasada se ajustasen al máximo las concesiones. Eso sí, «pendientes» de la evolución de la zona del Adaja (de la que dependen fundamentalmente tierras de Ávila, pero también de otras provincias como Valladolid), la más crítica. Aún así, desde el organismo de cuenca destacan que los niveles ya son algo superiores a la media de los diez últimos años, «lo que confirma unas perspectivas favorables».
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