Crisis del PP
Posición común del PP autonómico para pedir un congreso extraordinario
Mañueco y los presidentes provinciales coinciden en reclamar hoy un «cambio de rumbo» rápido e inmediato en busca de la «unidad» del partido
Mañueco exige a Casado una solución «rápida, inmediata y eficaz»
Una semana después de que el PP se abriese en canal, ayer llegó la dimisión de su secretario general, Teodoro García Egea , y todo apunta a que la del presidente Pablo Casado está al caer en cuanto se encuentre la fórmula menos dramática algo que, a estas alturas, se supone harto complicado. Parece que los populares ya han cogido el hilo con el que coser las costuras abiertas, que son muchas, si bien es verdad que los primeros movimientos han generado en sus seguidores un cierto alivio, conscientes de que llegado el momento actual al que han conducido los acontecimientos quedaban pocas opciones para poder empezar a recomponer los trozos sin pasar por una cirugía muy agresiva.
En la comunidad, como en el resto de España, todos los responsables populares coinciden en que la única salida pasa por la celebración de un congreso extraordinario en el que los afiliados (léase compromisarios) elijan un nuevo equipo que coja las riendas. En principio, cabe esperar que la Junta Directiva que se celebrará el próximo martes 1 de marzo tomará esta decisión, de forma que el cónclave tendrá lugar 30 días después, según marcan los estatutos, es decir, a comienzos de abril, el fin de semana anterior al del Domingo de Ramos.
Precisamente, el presidente del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acudirá hoy a la convocatoria realizada por el propio Pablo Casado y en la que estarán presentes en Génova todos los dirigentes autonómicos con el mandato de que la cita congresual se lleve adelante. Ayer, un encuentro de urgencia y vía telemática con los responsables provinciales del PP en la Comunidad sirvió para consensuar una postura común basada en la necesidad de que se celebre ese cónclave y se haga desde la «unidad» para evitar males mayores, que es lo que sucedería con un congreso con más de una lista.
Lo cierto es que los dirigentes del PP en cada provincia han necesitado tiempo para pronunciarse sobre la crisis abierta y sus salidas. Algunos lo han hecho con más vehemencia que otros aunque el común denominador es que sólo la celebración de un congreso en el que los afiliados elijan un nuevo presidente puede poner fin a lo que para muchos ha sido una auténtica guerra civil. Entre los que se han posicionado de forma más clara ante el conflicto está el presidente del PP en León, Javier Santiago Vélez, quien ayer reclamó un «giro radical para dar la voz a los afiliados y elegir un nuevo equipo» después de que se hayan cometido «errores imperdonables» de los que culpa a «las malas compañías». Con la esperanza de que «el partido salga más fuerte», Santiago Vélez confía en que se presente el «mejor candidato», pero con la garantía de que «el cambio sea radical».
También el presidente de los populares en Burgos, Borja Suárez, uno de los primeros en posicionarse , fue muy claro al respecto al apostar por un «cambio de rumbo» a través de un congreso con la elección de un nuevo equipo y censuró «la guerra de guerrillas» en el partido y «las artimañas» empleadas. Desde Ávila, Carlos García, exigió a Pablo Casado una «última decisión que dé salida a este túnel en el que se ha sumido el partido», pensando en la democracia española y para ser una «auténtica y sólida» alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos.
El resto de presidentes provinciales del PP coincidieron en lo sustancial, como es la necesidad de celebrar un cónclave extraordinario que abra una nueva etapa con la mirada puesta no ya en las elecciones generales de 2024 sino, sobre todo, en las municipales de 2023 que obligarán a que el año actual concluya con la nada fácil tarea de diseñar las listas. Y eso, en un partido roto y convulso, puede resultar una labor poco menos que imposible, más con Vox empujando fuerte.
Con los alcaldes
Para la presidenta del PP de Palencia, Ángeles Armisén, «ante la situación insostenible que estamos viviendo, cada día cuenta, sobre todo en el compromiso que tenemos con nuestros afiliados, concejales y alcaldes». Por eso y ante el hecho de que «no se está dando esa solución inmediata, hay que dar la voz a los afiliados del partido para que sigamos siendo el partido al servicio de España, de Castilla y León y de Palencia». Desde Valladolid, Conrado Íscar apostó por una «solución rápida y estable que garantice la unidad», lo que se traduce en un congreso extraordinario que en un mes dé la voz a los afiliados. Su apuesta pasa también por que se abra «un nuevo ciclo» y, sobre todo, que haya una lista única porque «no podemos trocearnos».
En términos parecidos se expresó el responsable de Salamanca, Javier Iglesias, para quien es necesaria una solución «drástica, rápida y limpia en la que participen todos» porque, según indicó, «España no se puede permitir que no exista un gran Partido Popular». Y en Zamora, el también senador José María Barrios señaló que «hay que hablar mucho y arreglar las cosas». «Ha llegado el momento en el que los afiliados hablen y los afiliados hablan a través de congresos, que es donde votan», sentenció.
Diputados y senadores también se han ido posicionando durante las últimas horas. Así, el senador autonómico, Javier Maroto, ha exigido el congreso extraordinario que «necesita el PP y necesita España». Mientras, el diputado por Salamanca, José Antonio Bermúdez de Castro, consideró que el PP necesita reaccionar y recuperar la unidad, la cohesión interna y la ilusión y confianza de los militantes y votantes y para ello, ve necesario dar la palabra a los militantes.
Han sido dos diputados por Valladolid, José Ángel Alonso y Eduardo Carazo, los únicos que no han «renegado» de Casado . «Tiene mi respeto y mi admiración. No le negaré tres veces», señalaron en un tuit compartido.
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