Coronavirus / En primera persona
«Da pena ver cómo un ser querido se va sin despedirse de los suyos»
El protocolo también se ha modificado en los enterramientos para evitar la propagación del virus y todavía se hace más duro en el pueblo, «donde todos nos conocemos». «Si ya es duro tener que decir adiós a una persona, imagina cómo es hacerlo de esta manera», lamenta Lorenzo González, enterrador de Coreses
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Lorenzo González, de 52 años, lleva desde 2005 dedicando su vida al Ayuntamiento de Coreses (Zamora). «Cuidamos la piscina, arreglamos los jardines, hacemos obras», explica. Aunque realiza todo tipo de trabajos para su municipio natal, su faceta más llamativa es la del enterrador del pueblo. «En mi oficio no he notado mucho el coronavirus, solo he enterrado a una persona contagiada. Eso sí, ha sido el entierro más raro de toda mi vida», sostiene. González asegura que le «da pena ver cómo un ser querido se va sin despedirse de los suyos».
«Los entierros son más fríos que nunca, nadie habla, todos estamos separados y solo entran dos o tres familiares para acompañar al cuerpo». «Si ya es duro tener que decir adiós a una persona, imagina cómo es hacerlo de esta manera», lamenta. Piensa que «te quedas toda la vida con algo dentro porque nunca te despediste». El protocolo también se ha modificado para evitar la propagación del virus: «No se abre el tanatorio y ya no viene ni el cura». «En los pueblos, que nos conocemos todos, la gente suele venir al entierro del amigo o del vecino, pero ahora el pésame se da desde la distancia», expresa. «Es una situación muy triste en el momento más delicado de una vida».
González cumple a rajatabla todas las medidas de protección. «Nos ponemos guantes, la mascarilla, usamos geles para desinfectarnos y también nos vestimos con los trajes de los sanitarios», señala. Pero «hay miedo» porque no están acostumbrados «como los médicos o los enfermeros». «Confiamos en las funerarias, que traen las cajas selladas y totalmente desinfectadas». Cree que ese trabajo sí que es peligroso: «No sé cuantos cuerpos sin vida manipularán al día». Lorenzo González solo ha enterrado a una persona afectada por el coronavirus y quiere que así siga. «Ojalá no tengamos que enterrar a muchas más».
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