Nuevo récord de contagios por Covid con 1.075 casos: ¿qué está fallando?
Los especialistas apuntan a los comportamientos individuales y a las realidades sociales como causas
Rechazan el confinamiento general, por el momento, para evitar el efecto «botella de champán» en la desescalada
Castilla y León superó ayer el umbral de los mil contagios y marcó un nuevo récord con 1.075 casos por coronavirus , además de sumar siete nuevos fallecidos en los hospitales de Castilla y León. Con 231 positivos diagnosticados en las últimas 24 horas, 17 brotes más y 83 altas hospitalarias, la contundencia de las cifras arrojan un panorama nada alentador. Zonas teñidas de rojo en las capitales de Valladolid y Salamanca, con Íscar, Pedrajas de San Esteban y Pesquera de Duero (Valladolid) confinadas y Roa de Duero (Burgos) también en transmisión comunitaria dibujan la fotografía más alarmante. La evolución de la última semana, en el que el aumento de los contagios fue una constante, llevó el viernes a la Junta a convocar al Comité de Expertos en Covid para, con todos los miembros del Consejo de Gobierno y su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, a la cabeza, analizar la evolución de la pandemia con el objetivo de tomar nuevas medidas, habida cuenta de que en el propio seno del Ejecutivo, las posturas no son unánimes a la hora de apostar por las medidas más drásticas. Sobre la mesa, el posible confinamiento general de la Comunidad, una opción que los especialistas sanitarios del Comité rechazaron , al menos de momento, por considerar que en provoca demasiados efectos colaterales. Sin embargo, no se descarta. Ignacio Rosell, secretario del citado Comité, reconoce a ABC que la situación en la Comunidad es «preocupante, pero el resultado de un confinamiento general, si no es bien duradero y no se plantea una desescalada correcta, al final genera el efecto «botella de champán». Así ocurrió, mantiene, después de las restricciones de marzo abril y mayo que se hicieron bien y que salvaron muchas vidas pero luego la salida fue en tropel. De esta forma, expertos y Junta acordaron el viernes que, de momento, no se recurre a la medida más drástica aunque «eso no quiere decir que en breve plazo no haya que tomar otras decisiones y plantearse las más rigurosas», aunque con la idea muy clara de que «el confinamiento sería el último recurso». «Vamos a intentar incidir en la comunicación, concienciar a la gente, vigilar cuarentenas, implantar test de antígenos más rápidos... Todo lo que pueda ser antes del último recurso, que no se ha descartado», aclaró Rosell.
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En este sentido, este médico y profesor universitario pone su esperanza en concienciar a la gente «a la que habrá que dar menos datos y más mensaje y favorecer ayudas para las personas que tiene que trabajar y tiene que hacer cuarentena pero por su entorno social lo tienen difícil ». Todo para revertir un escenario que, de momento, «no es esa situación desesperada de marzo», por lo que ahora el principal deseo es no tener que recurrir al confinamiento.
Y para evitar que llegue ese momento, la pregunta que los expertos se repiten una y otra vez es ¿qué está fallando? La respuesta no es fácil, aunque sí hay indicios que explican, según su criterio, el por qué el Covid-19 sigue expandiéndose. Rosell recuerda que al inicio del verano hubo un brote exagerado en Aragón de 240 casos por cada 10.000 habitantes, mientras que en Castilla y León entonces sólo había diez. «No estábamos haciendo las cosas 24 veces mejor que Aragón», puntualiza, lo que demuestra que hay factores que no tienen explicación . Pero otros sí. Así, por ejemplo «nos estamos obsesionando con aforos y normas pero nos olvidamos de lo esencial: metro y medio, mascarilla, manos limpias y medio ambiente ventilado». Otro aspecto que justifica algunas cosas es que «la precariedad laboral es la que es y la protección social también, y nos encontramos con personas a las que resulta difícil cuarentenarse». Sin olvidar que muchos ciudadanos creen que el domicilio «es un santuario» y obvian que cuando llega alguien a casa también hay que usar la mascarillas. «Hay algo en nuestra cultura que nos falla», incide el secretario del Comité de Expertos, y hay «factores individuales y también sociales».
«Nos obsesionamos con aforos y normas y nos olvidamos de lo esencial: metro y medio, mascarilla, manos limpias»
Ignacio Rossel
Secretario del Comité de Expertos
Un panorama en el que, por ejemplo, la zona Este de Valladolid estaría después de Madrid en incidencia por Covid , por lo que «estamos muy preocupados», aunque Rosell matiza que, con todas las reservas «nuestros escenarios no plantean curvas como las de marzo, son más planas». Uno de los elementos a favor en la lucha actual contra la pandemia es que «estamos protegiendo muchísimo las residencias», porque los mayores son los que más necesitaban la UCI y dos tercios de los fallecidos en la primera fase. «Creemos que hay opciones para concienciar, controlar y habilitar más ayudas. Si no podemos habrá que asumir la evidencia de que hay que volver a algo que no queremos nadie y que va a crear otros daños aparte del coronavirus», concluye.
Consecuencias
Otro de los miembros del Comité de Expertos que también participó en la reunión del viernes es el catedrático de Microbiología José María Eiros para quien «el estado de alarma tiene unas consecuencias sociales y económicas muy considerables que habrá que ponderar», de forma que las alternativas son el confinamiento selectivo y estrategias de educación para la salud. Sin olvidar que es necesario cuidar a los profesionales de Atención Primaria y de los hospitales que «están cansados y agotados y ven venir una situación muy complicada» . No obstante, considera que una de las prioridades debe ser la implantación de test rápidos, algo a lo que ya se ha comprometido la consejera de Sanidad, Verónica Casado. «Las técnicas de diagnóstico son cruciales y las PCR no das abasto porque hay problemas de suministro». También para Eiros hay mucha responsabilidad individual en la expansión del virus porque «no hacemos bien las medidas de higiene y frecuentamos los locales cerrados en demasiadas ocasiones». Así que insiste en la necesidad de «decir con claridad a los ciudadanos que estamos en una situación de pandemia y eso quiere decir que si no hay otra medida de prevención como la vacunación, todo lo tenemos que basar en la reducción de la transmisión».
«Mientras no tengamos una vacuna todo lo tenemos que basar en la reducción de la transmisión»
José María Eiros
Catedrático de microbiología de la UVA
«Hay que explicar bien que en una situación de pandemia y con un virus de estas características las infecciones van a seguir», aclara Eiros que reconoce que eso es algo que «infunde respeto porque uno de cada 20 puede necesitar asistencia hospitalaria, acabar en la UVI y una proporción fallecer» .
De momento, lo que está claro, según el microbiólogo, es que «el virus se ha adaptado muy bien a la especie humana y es muy estable genéticamente, por lo que es de prever que siga con nosotros». En este escenario, «lo que es deseable es que avancemos en dos cosas: secuenciando el genoma y cultivando el virus para ver cómo se comporta», explica. En cuanto a la llegada de la gripe, Eiros señala que en el hemisferio sur las medidas de distanciamiento social y prevención y las de higiene han condicionado que haya tenido un impacto menor. «Esperamos que esto también se reproduzca aquí pero hay que ir a la vacunación porque pueden cocircular los dos virus».