GUERRA RUSIA-UCRANIA
Un matrimonio rusoucraniano en Zamora: «Esto va a cambiar el mundo»
Oksana Kharina y Viktor Kharin recalcan que «no es un conflicto, sino una invasión en toda regla»
El padre de Viktor Kharin se movilizó desde el entorno de Moscú para combatir en la Segunda Guerra Mundial. A su regreso paró en Ucrania y ya no regresó a Rusia aunque mantuvo las costumbres de su país y en su casa nunca dejaron de hablar ruso. Viktor Kharin, que mantuvo sus orígenes familiares y tuvo primero pasaporte soviético, luego ucraniano y actualmente español, ya que reside en Zamora, teme que la guerra en Ucrania suponga el inicio de un nuevo combate bélico mundial. «A mi juicio, esto va a cambiar el mundo» , advierte entre lamentos. Aunque de origen ruso, Viktor nació y se crió en la ciudad ucraniana de Leópolis, también conocida con el nombre de Lviv, donde en un centro investigador conoció a su esposa, Oksana Karina.
Este matrimonio rusoucraniano llegó a España en 1994 y se asentó en Zamora hace más de 22 años , pero eso no le ha hecho perder la referencia de sus orígenes y lamentar lo que está sucediendo en Ucrania. Viktor, de 68 años, lamenta los paralelismos que encuentra entre la situación actual y los momentos previos a la Segunda Guerra Mundial. Alemania se vio humillada en los Acuerdos de Versalles tras la Gran Guerra y como consecuencia de ello Hitler alentó después las ansias expansionistas que desembocaron en el siguiente conflicto bélico mundial. Rusia perdió la Guerra Fría y se sintió ninguneado y eso ha llevado al presidente ruso Vladímir Putin a iniciar una guerra en Ucrania para la que se encuentran razones políticas, ideológicas ni económicas y que únicamente se puede entender "exclusivamente por el interés de Putin en perdurarse en el poder", según asegura Viktor. También lamenta la censura que existe en la mayor parte de los medios rusos, ya que apenas encuentra un único periódico independiente que se muestra crítico con el discurso oficial de Moscú.
Viktor Kharin, profesor universitario en la Escuela Politécnica Superior de Zamora, habla con fluidez ruso, ucraniano, español, inglés y polaco, lo que estos días le ha permitido consultar por Internet periódicos de distintas partes del mundo y su visión no es nada optimista. Tampoco lo es la de su mujer, Oksana, profesora de canto y directora del coro zamorano Aures Cantibus, que cuando conoció el ataque ruso a su país se pasó unas horas temblando y llorando.
Aunque su familia en Ucrania ha intentado tranquilizarla , ya que Leópolis está al oeste del país, próxima a la frontera con Polonia y allí la situación no es tan crítica como en Kiev y en otras partes ocupadas , Oksana, no puede por menos que mostrar su preocupación. Una prima suya presente en Leópolis, la sexta ciudad más grande de Ucrania, ha comenzado a preparar en una cocina comunitaria bocadillos para el Ejército de su país. También ha recibido noticias de una familiar que tiene trabajo en España, pero que se fue hace unos días a ver a su familia ucraniana y ahora se encuentra con dificultades para regresar.
A Oksana le cuesta entender la pueril justificación de Putin para llevar a la guerra a su país. «¿De qué genocidio habla ese hombre?», se pregunta, «¿Qué derecho tiene a invadir un país?» , continúa con unos interrogantes que más bien son lamentos cargados de impotencia por la situación. Recuerda que en Ucrania siempre convivieron, hasta el conflicto de Crimea en 2014, zonas de habla rusa y otras ucraniana sin problemas en la convivencia . Ahora le duele ver a su país inmerso en un conflicto bélico que su pueblo no ha buscado.
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