La marcha de ciudadanos de Castilla y León al extranjero y al resto de España cae a su nivel más bajo

El saldo migratorio positivo no evita la caída de la población por la falta de nacimientos

ICAL

J. M. AYALA

Es una realidad que comienza lentamente a ser tendencia y que Castilla y León necesita para evitar que la sangría poblacional se perpetúe. A falta de que nazcan más niños en la Comunidad -algo que parece poco probable a corto y medio plazo- la otra fórmula para que el descenso del número de habitantes en la Comunidad es que cada año vengan más ciudadanos de fuera de la Comunidad -del resto de España y del extranjero- de las que se van. Este objetivo se volvió a conseguir en el primer semestre de 2019, según confirmaron ayer los datos aportados ayer por el Instituto Nacional de Estadística , después de que también se haya logrado en los dos últimos años rompiendo una racha negativa que se remontaba a 2010. En concreto, llegaron 3.107 ciudadanos más a la Comunidad de los que se marcharon , la segunda cifra más elevada desde el arranque de 2008 -aún sin los efectos de la crisis- sólo superada por los 3.741 que se lograron en los últimos seis meses de 2018.

Desmenuzando estos datos, destaca que durante los primeros seis meses del pasado ejercicio abandonaron la Comunidad un total de 16.212 personas, una cifra muy elevada pero que es a la vez la más baja de toda la serie histórica -que arrancó en 2008- y que en otras épocas llegó a rondar los 20.000. Además, también aumentó la llegada de ciudadanos a la región con un total de 19.419 ciudadanos que se asentaron durante ese periodo en la Comunidad en lo que supone una de las cantidades más elevadas desde 2008, superada de nuevo por la emigración que vino a Castilla y León durante los seis últimos meses de 2018.

La diferencia entre los que se marcharon y llegaron dentro de España es la menor desde 2010

Por tipos de flujos migratorios, en el caso del que se produce a nivel interautonómico, los datos conocidos ayer revelan que un total de 11.728 personas que residían en la Comunidad decidieron marcharse a otros puntos de España de enero a junio de 2019. Por el contrario, fueron 10.694 los que escogieron a la región como destino procedentes de otro punto de la geografía nacional. En este caso, el saldo vuelve a ser negativo (-1.034), pero se trata del semestre con menor diferencia entre los que se fueron y los que llegaron desde el segundo del año 2010 (-610) después de que en varios periodos estudiados los números rojos se dispararon en varias ocasiones por encima de las 4.000 personas.

En el caso de las procedentes del extranjero o las que se dirigen hacia otros países, el INE apunta a que fueron 8.725 los ciudadanos que llegaron a la autonomía desde otro país y que, por el contrario, hasta 4.484 personas abandonaron Castilla y León para marcharse a otra nación. En el primer caso, el número de foráneos que llegó fue el más elevado en un arranque de año desde 2008 (aún venían en busca de un trabajo ante la situación económica que estaba a punto de cambiar). Mientras, la cifra de los que se fueron es inferior a la media de la última década, donde hubo semestres en los que abandonaron la Comunidad para asentarse fuera de España más de 6.000 personas.

Decrecimiento vegetativo

Más allá de estos datos que permiten un atisbo de esperanza, el INE también adelantó que el crecimiento vegetativo de Castilla y León (diferencia entre nacimientos y fallecimientos) volvió a ser muy negativo en esos primeros seis meses de 2019 con un saldo de -8.007 que hacen inviable cualquier remontada en el número de habitantes de la Comunidad. Este dato sería de los peores del país, sólo superado en este caso por Asturias y el País Vasco. Ante esta situación, el organismo apunta a ese descenso de la población (inferiores a otros años por la mejora de saldo migratorio) con unas cifras que en pocos meses confirmarán con la publicación del padrón y que supondrán una nueva caída.

Además, el INE también informa dad media de la población en España ha superado por primera vez los 44 años en España, lo que supone 14 años más que hace casi medio siglo. De este modo, la edad media de la población de España no ha dejado de crecer en los últimos años. En 1975 se situaba en 30 años y de forma paulatina ha ido incrementándose: 31,8 años en 1985; 35,2 años en 1995; 38,6 años en 2005; 39,9 años en 2010; 42,3 años en 2015; 43,6 años en 2018, y 44 años en 2019.

La comunidad autónoma más envejecida de España continúa siendo Asturias, con una edad media de 48,28 años; seguida de Castilla y León, con 47,50; Galicia, con 47,24; Cantabria, con 45,57; País Vasco, con 45,45; Aragón, con 44,81; y La Rioja, con 44,49 años.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación