Montserrat, Triana y Raquel, en manos del jurado

Suya será la última palabra: culpables o no culpables . Desde el pasado 18 de enero -día en que se constituyó el grupo definitivo- los once miembros que integran el jurado popular han asistido a cada una de las sesiones del juicio por el crimen de Isabel Carrasco. Sentados frente a frente con las tres acusadas han permanecido atentos durante todo este tiempo, sin perder detalle de lo que relataron los testigos y de las pruebas expuestas por los peritos. Concluido el proceso, el protagonismo es suyo. La suerte de Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago está en sus manos.

Esta mañana recibirán del magistrado presidente el objeto del veredicto que deberán someter a examen . Se abren ante ellos una serie de preguntas sobre las que tendrán que decidir y votar conforme a sus convicciones. Más de ochenta cuestiones a resolver que ayer se acordaron entre las partes en una reunión de tres horas en la que no hubo grandes discrepancias.

Será a las cuatro de la tarde de este miércoles cuando arrancará su verdadera labor. Los nueve titulares -cinco hombres y cuatro mujeres- estarán aislados (a los dos suplentes se les eximirá de la labor de deliberar, si bien tendrán que estar disponibles por si hubiera algún imprevisto). En una sala habilitada para tal fin, los jurados deberán elegir entre ellos a un portavoz que dirigirá el debate, redactará el veredicto y lo leerá en audiencia pública una vez alcanzado. Sus funciones serán mayores, pero su voto computará en la misma medida que el resto. El portavoz se pronunciará en último lugar, pero será un miembro más .

Durante el tiempo que dure su reflexión, secreta y a puerta cerrada , no podrán comunicarse con el exterior hasta que hayan emitido el veredicto. No tendrán acceso a los medios de comunicación ni podrán disponer de teléfono móvil. Someterán a votación cada uno de los párrafos del escrito redactado por el magistrado presidente con la colaboración del Ministerio Fiscal y las partes personadas en el juicio y buscarán el consenso entre ellos. Siete votos -emitidos en voz alta y por orden alfabético- servirán para considerar probados los hechos desfavorables para las acusadas y cinco para cuando sean favorables.

Si no se obtienen estas mayorías se modifica el hecho y, una vez alcanzada sobre cada uno de los puntos a debate, deberán decidir sobre la culpabilidad o no culpabilidad de las tres acusadas . El pronunciamiento se efectuará por separado para cada delito y para cada una de ellas y la deliberación se cerrará cuando obtengan las mismas puntuaciones: siete para declararlas culpables y cinco para determinar que no lo son.

A su disposición tendrán información sobre el caso y, si se les planteara alguna duda sobre el objeto del veredicto, también podrán solicitar la asistencia del magistrado presidente y de las partes para ampliar las instrucciones.

Cerrado el debate, llegará el momento de levantar acta y de proceder a su lectura en audiencia pública. Ese momento, imprevisible porque dependerá de la rapidez y la claridad de las ideas del jurado, requerirá la presencia de las acusadas. Montserrat y Triana serán traídas desde la cárcel para presenciar la lectura y Raquel también se desplazará de nuevo a la Audiencia para conocer si el tribunal permite que continúe en libertad -salió de prisión de forma provisional y bajo fianza el 29 de enero de 2015- o si, por el contrario, debe cumplir condena. Conocido el veredicto, el jurado quedará disuelto tras la liquidación de sus retribuciones, en función de 67 euros por día más desplazamientos. Se pondrá fin así a una labor tras la que únicamente restará la imposición de penas.