La lírica regresa al Calderón 27 meses después con 'La Traviata' para homenajear a las víctimas del Covid
La soprano italiana Claudia Pavone y el tenor español Airam Hernández encabezan el reparto que lleva a escena la ópera «más representada en la historia» en una adaptación «más intimista y oscura»

El Teatro Calderón de Valladolid recupera esta semana su programación lírica tras 27 meses de ausencia debido a la pandemia y lo hace con «el título más representado de la historia» de la ópera, 'La Traviata', en un montaje que intérpretes, músicos y dirección quieren convertir en un «homenaje a todos los abonados que lamentablemente nos han dejado» , víctimas del Covid, y en señal de agradecimiento a la «fidelidad» que los espectadores ha mantenido todo este tiempo con la escena vallisoletana, ha señalado la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, nada más comenzar su intervención en la presentación de este montaje, que subirá a las tablas con todas las entradas vendidas en sus pases del miércoles 11 mayo, viernes 13 y domingo 15.
«Será un momento doblemente emocionante por volver al teatro y convertirlo en un brindis por los que ya no están presentes», ha coincidido el director artístico del Calderón, José María Viteri, quien ha recordado que esta «gran producción» en la que se han unido el Teatro Real, el Liceo, el Welsh National Opera (Cardiff) y el Scottish Theatre (Glasgow) mantiene «una línea muy clásica» para el lucimiento de la interpretación actoral.
Andrés Salado, director musical , que regresa al Calderón tras dirigir en 2019 sobre las mismas tablas 'El martirio de San Sebastián' junto a La Fura dels Baus, ha recordado la capacidad de Giuseppe Verdi, «una de las figuras más icónicas de la reunificación» de Italia, para «enarbolar y hacer crecer a personajes muy mal vistos en la sociedad y convertirlos en héroes a través del amor y del dolor». Asimismo, se ha considerado «un privilegiado» por estar al frente de la dirección musical de un montaje que ha conseguido reunir a «un gran elenco a nivel internacional» y poder volver a trabajar con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (Oscyl).
En este sentido , el director gerente de la Oscyl, Jesús María Herrero , ha apuntado que este tipo de colaboraciones «aporta muchísimo» a la formación orquestal, ya que «a nivel de música es muy bueno ponerse el foso y ser reactivos» a los intérpretes.
Leo Castaldi, al frente de la escena en esta reposición , ha apuntado entre las cualidades de este montaje su «simplicidad».Ha recordado que la adaptación, «el director no ha querido aparecer y rasgar el mundo de 'La Traviata' con su personalidad», sino que simplemente lo contagia de «una sensibilidad extremadamente sutil y creo que eso el público lo agradece». Crea, para ello. «unos personajes redondos, de gran profundidad psicológica, que van más allá de los clichés de la ópera» , uno de los 'peligros' que tiene recurrir a títulos tan conocidos, según Castaldi.
El montaje «mueve» la acción de los años 40 a los 90 del mismo siglo XIX, a través del recuerdo de uno de sus protagonistas, Alfredo Germont, impregnándose así de «melancolía», ha añadido.
«A lo Tim Burton»
En el papel de Alfredo Germont se mete el tenor tinerfeño Airam Hernández, que se ha mostrado «encantado» de estar «por primera vez» en Valladolid y volver a coincidir con la soprano italiana Claudia Pavone, con quien ya tuvo la oportunidad de representar 'La Traviata' en el Teatro La Fenice de Venecia. Claudia, por su parte, ha destacado la «profundidad» de un montaje «que me emociona y sorprende». Coinciden ambos en que pese a no ser papeles nuevos para ellos, volverse a meter en la piel de estos personajes les da la oportunidad de encontrar «otros matices». Hernández, ha destacado también el lado «oscuro e intimista» de esta adaptación, que ha llegado a comparar con las producciones de Tim Burton.
«No queríamos recrear una trama que ya ocurrió en sl siglo XIX, sino lo que nos interesaba era el contenido emocional y vital que vehicula toda esa historia», ha apuntado Castaldi, destacando la contemporaneidad en ese sentido de la ópera. Una opinión a la que se ha sumado Salado, para quien «en la sociedad del antiesfuerzo a la que estamos acostumbrados», una de las «grandes lecciones» que da este montaje es que «la belleza más sublime se alcanza desde el esfuerzo».
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